Si quiere reunirse con los estudiantes más inteligentes del mundo (o por lo menos de América), probablemente deba ir a Harvard, donde estarán reunidos los cerebros de élite.
ABC / Sin embargo, eruditos o no, los miembros del equipo de debate de la Universidad americana han sido derrotados por un trío de reclusos, condenados todos ellos por crímenes violentos en el Correccional del Este de Nueva York.
¿Da que pensar, verdad? Un grupo de presos defendiendo su derecho a la educación cambia las tornas de lo previsible, y gana a los «invencibles». Porque cuando se cree en algo, se encuentran argumentos irrebatibles hasta por las personas más inteligentes del mundo, incluso si son de Harvard.
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Pero irónicamente, los convictos debían defender lo contrario de lo que pensaban: debían ingeniárselas para encontrar una tesis válida para justificar la potestad del gobierno estadounidense para negar la matrícula a reclusos, a pesar de que ellos creen en el derecho a la educación. Cuando lo lograron, otro grupo de 75 presos más aulló desde la grada.
Según recoge «The Wall Street Journal», la jueza del debate fue Mary Nugent, y a pesar de felicitar a ambas partes por su desempeño, dio la victoria a los reclusos porque los estudiantes de Harvard no contrarrestaron adecuadamente los argumentos de los internos.
Y es que el equipo Harvard subestimó a los presos. Para más inri, desde prisión no tenían acceso a internet para la investigación y documentarse fue toda una hazaña para los criminales.
«Nos cogieron por sorpresa. Todos somos humanos. La idea de que los reclusos iban a ganar por simpatía es totalmente equivocada. Su capacidad académica es impresionante», ha admitido Anna Cais, estudiante de 20 años.