Conmemoramos hoy que un día 12 de octubre un marino genial de origen dudoso, comandando naves de origen indudablemente español, arribó, despistado, a tierras acogedoras y dio comienzo el mayor proceso de mestizaje de la historia. Un primer paso hacia una realidad que hoy conforman muchos, en ocasiones sin voluntad y casi siempre sin conciencia de grupo. Esa realidad es la hispanidad.
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Celebramos que ese afortunado desembarco trajo como consecuencia un proceso que, a veces, fue de conquista y colonización, otras de evangelización y de influencia cultural, y del que hoy debería quedar el hermanamiento de los hispanos. Personas que se comunican en un idioma que es mucho más que una forma de expresarse con la voz y una cultura que ha hecho posible la comunicación fluida y el entendimiento fácil entre habitantes de zonas tan alejadas como la pampa argentina o los caseríos del profundo terruño de nuestros queridos vizcaitarras. Hermanos lejanos a quienes resulta sencillo comunicarse, entenderse y, sobre todo, comprenderse.
Día para reivindicar nuestra posición en las relaciones internacionales como lo que somos: una de las mayores y más extendidas comunidades de seres humanos educados bajo características culturales comunes, con un esquema de valores semejante y con una capacidad de comprensión mutua muy acentuada. La influencia y dimensiones de la comunidad hspana son tal vez las que más se incrementan actualmente en todo el mundo y merece que los políticos de las naciones que las forman tomen conciencia precisamente de su pertenencia a esa comunidad y de la incuestionable conveniencia de buscar una convergencia de sus intereses ante el resto del mundo, desde el respeto mutuo pero con la conciencia delpoder que representa un grupo humano tan grande y con tantas posibilidades de cohesionarse y adoptar ante la historia una posición unida.
Día para no olvidar que la construcción de la hispanidad ha dado, además de días gloriosos a la historia de la humanidad, capítulos oscursos que deben evitarse en el futuro, para que esta comunidad creada en otras circunstancias y bajo otros patrones de convivencia sepa aprovechar su existencia en el siglo XXI para poder constituir un verdadero proyecto de convivencia internacional para el futuro. Un día para reconocer errores, pero saber vivir sin estar condicionados por el pasado. Ardua labor para el mundo hispano, en días en que se debate en el parlamento español una ley diseñada para que el pasado sirva de motivo de enfrentamiento entre españoles, al servicio de los intereses de los partidos políticos, divisores y parciales. Día para reinventar el deseo tan español de encontrar la justicia social en las instituciones que forman y conforman los trabajadores, de los que tantos aún padecen insoportable explotación y marginación en las sociedades hispanas actuales. Día de nobleza laboriosa, desprendida, justa, a caballo entre el quijotismo y la irrefrenable anarquía de nuestro carácter hispano.
Día para reafirmar lo que somos: españoles, hispanos, europeos y miembros de una comunidad creciente que avanza imparable en todo el mundo. Día para asumir nuestra responsabilidad histórica para con nuestros hermanos de España y del resto del mundo hispano. Día para no permitir que la clave, el núcleo inicial de esta aventura que hizo de muchas culturas una sola identidad, se desintegre en micronacionalismos absurdos, ciegos y carentes de ninguna relevancia ante la historia de la humanidad, pasada y por venir.
12 de octubre, día de la Hispanidad. Felicidades a los cientos de millones de hispanos de parte de un grupo de personas orgullosas de pertenecer a este inimitable colectivo.
Información ofrecida por la organización política Falange Auténtica (FA).