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Las 5 estrategias “progres” para minimizar un atentado islamista

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Estas son las 5 estrategias “progres” para minimizar un atentado islamista, según han publicado desde el medio de comunicación realmofchaosslavestodarkness:

1 – Pseudo-laicismo, o “laicismo de conveniencia”

Si el atentado en la ciudad de París de este pasado fin de semana hubiese sido reivindicado por el “Estado Católico” o por la “Alianza Apostólica Anti-comunista”, los ataques de la izquierda contra la Iglesia Católica serían de una ferocidad tal, que ningún “progre” se atrevería siquiera a musitar que el cristianismo es una “religión de paz”. Para el social-demócrata, para el marxista cultural, para el “progretariado“, la gravedad de un crimen se mide en función de la naturaleza del criminal. Un ejemplo: con la colaboración de los medios de comunicación y el cine, la izquierda española ha conseguido que para mucha gente, solo escuchar la palabra “iglesia católica” les haga pensar en “curas pedófilos” o en abusos sexuales (la lista es larga: la extorsión etarra a empresarios se disfrazó durante años, con el beneplácito de los “mass media”, con la etiqueta de “impuesto revolucionario”; otro: “interrupción voluntaria del embarazo” por “aborto”). Este pseudo-laicismo pro-islamista y anti-católico es especialmente contradictorio cuando la izquierda se tapa los ojos ante las actitudes machistas de las teocracias árabes, denunciando mientras tanto actitudes “micro-machistas”, casi imperceptibles, cuando no invisibles.

2 – “El Estado Islámico es fascista”

Acusando de “fascista” o de “neo-nazi” al ISIS, o al talibán de Al-Qaeda, la izquierda mata dos pájaros de un tiro: aleja del centro del debate al criminal islamista, y disfraza el hecho real y tangible con su habitual retórica “anti-fascista”. Desarmado intelectualmente, consciente de que su “hegemonía cultural” ya no es tal, el progre utiliza la palabra comodín para tratar de generar un estado de opinión en virtud del cual el crimen no es responsabilidad ya del musulmán, sino del “fascista”. La adulteración del lenguaje es de tal calibre, que en las últimas horas ya se han leído argumentos “feministas” y “anti-patriarcales” que acusan de “machistas” a los terroristas de París, como si los asesinos hubiesen elegido con una presunta intencionalidad “de género” a sus víctimas (así como varias referencias a las valerosas guerrilleras kurdas, que luchaban, según hemos leído hoy mismo en una red social pro-etarra, “contra el fascismo de ISIS”).

3 – Apropiación de la legítima causa palestina, para criticar el intervencionismo “occidental”

De corte “imperialista” y “colonialista”. Aunque el asunto palestino no tiene absolutamente nada que ver con el terrorismo de ISIS o Al Qaeda, la izquierda, como buen “caballo de troya” intelectual del islamismo, trata continuamente de introducir ese conflicto en cualquier diálogo geo-político que se precie, a cualquier precio. Curiosamente, los acobardados agentes políticos de la izquierda “española” (o del “estado español”, como prefieren presentarse), Izquierda Unida y Podemos en concreto, apenas si se atreven en musitar en voz baja argumentos anti-OTAN en el congreso o el senado, a pesar de manejar una retórica anti-imperialista, solo de consumo interno, en todos sus actos privados y de base.

4 – Diseñar “conspiraciones”

En las que, invariablemente, el presunto verdugo no es el que parece ser; las teorías de la conspiración son aplicables a acciones terroristas individuales, o de muy pequeña escala, pero cuando la sincronización de varios atentados en un corto espacio de tiempo es como los ocurridos en París, resulta complicado pensar que varios “hombres de paja” puedan estar involucrados, al mismo tiempo, en una falsa bandera. El asesinato de Kennedy, el “lobo solitario” de Toulouse, la masacre de Breivik o los atentados del maratón de Boston sí podrían explicarse en términos “conspiracionistas”, pero una convergencia de atentados como la de París -siete en total- resulta muy difícil de simultanear. En el caso de los atentados de París, la izquierda más radical está tratando de sugerir que todo ha sido una “escenificación” con la intención de aupar al Frente Nacional de Marine Le Pen al gobierno de Francia, lo cual resulta una absurdidad: desde que se inventó la televisión, no es necesario recurrir a un “atrezzo” tan sangriento e innecesario.

5 – “Las mayores víctimas del Estado Islámico son musulmanes”

Semejante obviedad solo podría salir de la mente de un imbécil, o de un intoxicador profesional. A nadie se le ocurriría sugerir que las mayores víctimas de los carteles de la droga mexicanos son también mexicanos: es una verdad, una evidencia, y punto. La pregunta es: ¿qué intenta la izquierda presuntamente “laica” al tratar de presentar el terrorismo islámico como una variante marginal y radical del islamismo? Sin duda, disculpar el terrorismo musulmán, disuadirnos de que es solo una “excepción”, una “anécdota”. Una actitud muy contraria a la desarrollada tradicionalmente por la izquierda, al etiquetar a la iglesia española, en bloque, como machista y opresora, franquista y “hetero-patriarcal”. Para la izquierda progre de nuestro país, los presuntos “represaliados” después de la guerra civil, asesinados o enterrados en cunetas, no son ya españoles, sino “víctimas del franquismo”. Todo sea con tal de evitar pronunciar la palabra prohibida: “España”.

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1 COMENTARIO

  1. Precisamente es la izquierda «estatal» la que intenta evitar términos como Islamofascismo, ya que en algún recoveco de su mente creen que esta gentuza lucha contra occidente por que se sienten oprimidos. Como mucho sugerirán la presunta promoción por parte de USA de ISIS, pero la palabra Islamofascismo rompe sus cimientos.
    Aunque a quizá a vosotros la utilización del concepto de «fascismo» como peyorativo os moleste. Sin embargo, recordad los distanciamientos de José Antonio y Ramiro respecto del término

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