Nuno Espirito Santo ha sido quien ha roto su relación con el Valencia. El técnico portugués se ha marchado antes de que Peter Lim, su amigo y valedor, tuviera que tomar la decisión o, cuanto menos, tener que escuchar lo de ‘Nuno vete ya’ el próximo sábado en Mestalla contra el Barcelona, partido en el que tiene previsto asistir el magnate de Singapur. Nuno tira la toalla. Él mismo lo va a anunciar en sala de prensa, aunque la decisión la tenía tomada desde antes del encuentro contra el Sevilla. Su relación con Mestalla había llegado a un punto sin retorno y él era consciente de ello. A falta de confirmación oficial, así lo anunció en la sala de prensa del Sánchez Pizjuán: «Ha sido un orgullo dirigir al Valencia».
AS / Nuno le ha pesado como una losa la salida del club en verano de Amadeo Salvo y Rufete. Ello, el fútbol y los resultados del equipo esta temporada. Digamos que éstos, los resultados, no han podido desviar al técnico portugués del punto de mira de un sector de Mestalla que le acusaba del adiós del ex presidente y del manager general. Al contrario. El ‘Nuno vete ya’ ha ido ganando adeptos entre la afición valencianista con el paso de las jornadas. En Mestalla se le pitó el mismo día de la presentación, a pesar de que venía de conseguir unos meses antes la clasificación para la previa de la Champions y con récord históricos de puntos del Valencia en Liga (76) incluido. Pero aquellos pitos se ha convertido en un cántico contra el entrenador, una banda sonora de Mestalla en partidos como contra el Betis, Levante o Las Palmas.
Nuno llegó al Valencia el 3 de junio de 2014. Fue una imposición de Peter Lim cuando ni tan siquiera era aún el dueño del Valencia. Amadeo Salvo aceptó la petición del inversor y destituyó a Juan Antonio Pizzi, que tenía un año más de contrato y era el entrenador que había llegado al club de la mano de Rufete. De hecho la relación entre Nuno y Rufete ya comenzó viciada por ello, a pesar de que el manager general acató y entendió los argumentos de Amadeo Salvo. Como entrenador del Valencia, Nuno ha dirigido, incluyendo el de Sevilla, 63 partidos oficiales (entre Liga, Copa y Champions). Dice adiós tras 32 victorias, 16 empates y 14 derrotas, ocho de ellas en la presente temporada.
De un año a otro la vida a Nuno en Valencia le había cambiado por completo. La temporada pasada era capaz de hacer un llamamiento a la afición en sala de prensa tras un partido en El Madrigal y que a sus palabras acudieran dos mil valencianistas a recibir a los jugadores tras ganar un simple partido de Liga al Villarreal. Este año, sin embargo, sobre todo en las últimas semanas, las encuestas en redes sociales y medios de comunicación pedían su dimisión fulminante.
Con su decisión, Nuno hace un último servicio a Peter Lim. Es un caso extraño en el fútbol, la verdad, que un entrenador presente su dimisión. Pero en el Valencia actual todo es diferente. Se marcha Nuno y hasta que Lim y Layhoon Chan (conocedores de la decisión de antemano) informen al valencianismo de quién va a tomar las riendas, el club en su área deportiva queda descabezado. Nuno era juez y parte. No hay director deportivo (Jose Ramón Alesanco únicamente ejerce como director de la escuela) ni tan siquiera un portavoz del Consejo de Administración.
En dos semanas se celebrará la primera Junta de Accionistas desde que Meriton Holdings, sociedad de Peter Lim, gestiona el club. En ella deberá explicar a los pequeños accionistas del club el rumbo que toma la parcela deportiva y los cambios en el organigrama, algo en lo que todo sea dicho llevan varias semanas trabajando los gestores asiáticos del Valencia.