La llegada a Finlandia de miles de refugiados procedes de Oriente Medio ha generado cientos de incidentes por todo el país que han llegado a su cúspide tras la detención de dos migrantes acusados de violar a dos menores. Los ciudadanos, hartos del caos generado en la mayor parte de las ciudades, han decidido plantarse ante las políticas buenistas del primer ministro, Juha Sipilä. —Más de 800.000 refugiados han cruzado el Mediterraneo en este año—
Somatemps / Hace una semana, un afgano de 17 años fue detenido por la Policía finlandesa en la localidad de Kempele (al oeste del país), acusado de abusos sexuales a una niña de 14 años.
Casualmente se trata del mismo municipio donde tiene su residencia el primer ministro finlandés, quien en septiembre pasado ofreció su propia casa para albergar a varias familias de refugiados ante la escasez de centros de acogida. —Un promotor ofrece gratis 220 casas de un resort de lujo a los refugiados—
La noticia de las presunta violaciones ha provocado la ira y la crispación de parte de los 17.000 habitantes del municipio, que el viernes convocaron una manifestación de protesta bajo el lema“Finlandia para los finlandeses”.
El mismo fin de semana, los medios de comunicación desvelaban la detención de otro refugiado, un afgano de 19 años, por la presuntaviolación de otra niña de 14 años en Raiso, al suroeste de Finlandia. La Policía ya ha admitido que actualmente está investigando una decena de casos de abusos sexuales perpetrados por migrantes en diferentes partes del país desde el comienzo de la crisis. —Putin a los islamistas radicales: “Os iremos a buscar al fin del mundo y allí os mataremos”—
A pesar de la gravedad de la situación, los líderes de todos los partidos del parlamento han hecho una llamada a la calma y han pedido a la población que no se estigmaticen “a grupos enteros de personas por el hecho de que algunos individuos hayan cometido delitos graves, deplorables y totalmente condenables”.
A través de una misiva publicada en el “Helsingin Sanomat”, los parlamentarios recordaban que “los finlandeses somos un pueblo moderado y razonable. Siempre hemos respetado la ley y la justicia, de manera igualitaria para todos. Sigamos haciéndolo”. —Musulmanes demandarán a España ante el Tribunal de Estrasburgo para acabar con la Semana Santa—
Sin embargo, la población ha mostrado su temor ante el preocupante aumento de episodios violentos en aquellos municipios que acogen centros de refugiados. De hecho, y a pesar de la llamada a la calma, el ministerio del Interior se ha visto obligado a cerrar algunos de estos lugares ante la dificultad de las autoridades para controlar la situación.
En lo que va de año, han llegado a Finlandia cerca de 30.000 solicitantes de asilo, diez veces más que en todo 2014, lo que lo sitúa entre los países de Europa con mayor número de refugiados en relación a su población.