FRENTE DE JUVENTUDES.
ANÁLISIS DE UN CANCIONERO
(Estudio crítico de las canciones del Frente de Juventudes)
Por Eduardo López Pascual
elmunicipio.es como homenaje al Frente de Juventudes, publica este excelente trabajo de su colaborador Eduardo López Pascual, cuando se cumplen 75 años de aquel 6 de Diciembre de 1940 día de su fundación.
PROPUESTA
I
De mil novecientos cincuenta a mil novecientos sesenta, se produjo la mayor difusión y potencia de las llamadas Falanges Juveniles de España, sección voluntaria del Frente de Juventudes, creado por Decreto de 6 de diciembre de 1940. a instancia, propuesta y convencimiento del falangista Enrique Sotomayor Gippini, auténtico hacedor de una de las aventuras juveniles más importantes en la historia de nuestro país. En la corta existencia del Frente de Juventudes (F. de J), veinte años no son nada en la cronología de una nación, su aportación a la vida social, cultural y de convivencia en España no ha sido superada por ninguna otra asociación u organización similar. Es cierto que su existencia venía amparada por la filosofía general vigente entonces, y por tanto beneficiaria de unas atenciones que no las tuvieron las demás, pero además de que esa atención económica y política no fueron nunca suficientes, también es verdad que su cometido, y sobre todo su intención, eran mucho más completas y comprometidas social y funcionalmente que las otras que pudieron convivir en el tiempo y en el espacio.
Porque la misión de las Falanges Juveniles, en el seno del F. de J., no se limitaban a una función meramente dirigida al ocio, el deporte o al entretenimiento, como podría suceder al movimiento escultista, tolerado aunque poco ayudado-, o las asociaciones de la juventud en la Iglesia que en aquellos años, se mostraba consistente en las agrupaciones de Acción Católica, con prácticas muy similares, como excursiones, deportes, una estructura de afiliación en Decurias, etc.), a las que ejercían las FF.JJ, con un contenido de formación cristiana, y ni siquiera orientadas a una acción laboral u profesional como aparecía en otra secciones del mismo Frente de Juventudes, y citamos a los Flechas Navales o a la Juventud Rural, por ejemplo. Es verdad que aquellas organizaciones juveniles de la Iglesia, JOC, JEC, a veces tomaron un derrotero de activismo político, pero era como reflejo de su hermano mayor, la Hoac, muy crítica con el Estado del 18 de julio. En paralelo, EL Frente de Juventudes y las que las Falanges Juveniles comportaban un criterio de formación humana, social y de vocaciones personales como no se dio en ninguna otra organización para jóvenes en España, al menos hasta 1960, fecha de su disolución, aunque mucha de su esencialidad se trasladara a la recién fundada Organización Juvenil Española, OJE, que durante algún tiempo llevó como parte de su mochila formativa. El proceso de transformación no es sujeto de este texto, que tiene por objeto la presentación de esa función completa y comprometida de formar a las juventudes españolas social, cultural y solidaria en gran medida, a través de la canción.
Porque en esa magna empresa colectiva, tuvieron un papel destacado, incluso tal vez imprescindibles, las Canciones que la Delegación Nacional del Frente de Juventudes, a través de sus organismos adecuados, pudo llevar a las distintas unidades de encuadramientos que, en el caso de las Falanges Juveniles de España, alcanzaron un tono verdaderamente épico en la formación de aquellas centurias, falanges o escuadras, muchachos entre los diez y veinte y un años, que componían el cuerpo de la organización. Unas de las vías imprescindibles para la educación que se propugnaba, fue sin duda la que se hizo por medio de la música, de las rondallas, de las escuadras de armónicas, de los grupos de gaitas, o de las bandas de Tambores y Cornetas, pero sin duda, la más significativa fue el aprendizaje e interpretación coral de las canciones que desde los primeros años constituyeron fondo y forma de una filosofía juvenil en la España del Frente de Juventudes, que se aprendieron en os Hogares Juveniles, en los Campamentos, albergues y marchas, y que sería justo exponer aquí, inspiradas desde el principio por el propio himno falangista de José Antonio, Ridruejo, o el maestro Juan Tellería:
Cara al sol con la camisa nueva
que tú bordaste en rojo ayer,…
me hallará la muerte si me espera
y no te vuelvo a ver.
Volverán banderas victoriosas
al paso alegre de la paz,…
Las primeras composiciones cantadas en los hogares y centros juveniles venían de la OJ, organización juvenil primaria que en tiempos de la guerra civil del 36, ya se cantaban en los medios falangistas, pero fue a partir de la vigencia del F. de J.,(1940), cuando se proponían formalmente las bases para un cancionero juvenil que, además de introducir a nuestros jóvenes en al área cultural, llevase en su construcción musical y en su fondo de letras, una serie de valores éticos y sociales que se identificaran con el espíritu que animaba al nuevo Estado surgido del 18 de Julio de 1936 y sobre todo, al espíritu que informaba la principal o única aportación política a ese Estado que fue la ideología falangista –adaptada subjetivamente a los intereses de los nuevos gobernantes-. Podríamos priorizar en esto, la exaltación de las mejores virtudes del futuro hombre español, entrando en todas sus manifestaciones; así en el área del Trabajo, de las Artes, de la Camaradería, el sentido de lo Heroico, del Servicio y el Sacrificio, de la Lealtad. En realidad un cancionero hecho para estimular lo mejor de una juventud que, al término de nuestra contienda fratricida, necesitaba con urgencia un horizonte humanista, espiritual y nacional, que hiciera posible el esfuerzo común que la nación pedía a gritos.
Bajo esas premisas y no otras acaso espurias, con que se quiso desvirtuar aquella inmensa aportación tan formativa como educativa, aparecieron las canciones que vistieron de música y de ilusión, a miles de jóvenes, unidos por un ideal compartido cual era el resurgir de una nación y de unas generaciones ansiosas de un futuro mejor. Aquellas canciones, nunca se pueden interpretar como simples instrumentos para adocenar conciencias o lavar cerebros, imagen falaz de resentidos y sectarios quizá envidiosos del ímpetu y el afán con que los nuevos jóvenes en una España destrozada y pobre, vinieron a dar al país un soplo fresco y limpio de hermandad y de superación. Así, el deseo de la paz y reconciliación palabra puesta mucho después en moda por otros pero claramente imbuida de un sesgo exclusivistas, se observa en muchas canciones y sin duda en dos de ellas, con categoría de Himnos, que al ser considerados así, aparecen esplendorosos en sus letras;
II
REIVINDICACIÓN DE LA PAZ
(El Dardo vivo)
El dardo vivo de un quehacer
vuela rebelde y con fe
en limpia trayectoria azul
llena de paz, amor, de luz.
Los arcos que tensaste tú
En este amanecer
Tiemblan ya de ambición
y santo afán….
Canto de Daniel Pato Movilla, convertido en el Himno oficial de la Academia Nacional de Mandos “José Antonio”, y que cientos de Oficiales Instructores llevaron a los pueblos y ciudades de toda España. Solo amor, honestidad y convivencia se desprendían de sus versos; nada de envidias, de resentimientos, en un claro y decidido propósito de sanar viejas barreras y heridas. A la par, otra canción con espíritu de himno, esta vez de las Falange Juveniles, de España llenaban los aires y los corazones de los jóvenes afiliados voluntarios que nutrían las escuadras y las centurias. Y en esta consideración aparece el Himno del Frente de Juventudes interpretado siempre en los actos de honor en sus hogares, campamentos, o concentraciones.
(Prietas las filas)
Música de A. Cabanas. Letra de J. Villanueva
Prietas las filas, recias, marciales
nuestras escuadras van, cara al mañana
que nos promete, patria, justicia y pan…
Mis camaradas fueron a luchar
El gesto alegre y firme el ademán….
Ya las banderas, cantan victoria
al paso de la paz
y han florecidos rojas y frescas
las rosas en mi haz
Sin duda alguna, una muestra de los sentimientos que se trataban de trasmitir a una juventud ansiosa por emular a sus mayores en el deseo de una patria más amable y justa. Porque se habla de victoria pero, bajo el imperio de la paz y la convivencia. Es esta, una constante en el ideario del F. de J., y de las Falanges Juveniles de España y que se repite a lo largo de todo el cancionero juvenil, que no era solo un deseo inmaterial, una aspiración metafísica, porque era ante todo, un medio, un instrumento real para cambiar el espíritu de un país en reconstrucción. Como la letra que ahora señalamos:
(Juventudes de vida española)
Juventudes de vida española,
mensajeros del trabajo y de la paz
Ha llegado otra vez la fortuna
de luchar, de vencer o ganar…
Y ya se ve desde las primeras composiciones que un afán de restañar heridas, de sanar pensamientos, de ansias de paz, motiva las actitudes de las escuadras del Frente de Juventudes, donde jamás aparecerá ni una referencia a la venganza o a los odios posibles en una sociedad aun dividida. En ocasiones habría que señalar, que cuando algún verso de nuestras canciones, pudieran inducir a alguna susceptibilidad, en las centurias no se tenían inconvenientes para cambiar una palabra. Así, por ejemplo, si aparecía el vocablo “morir”, la sustituíamos por ganar. Esta es, con sorpresa para los demás, el afán permanente en el alma del F. de J.
Un sentido de superación de las graves dificultades por las que pasa la patria de aquella época, se repite didácticamente en el cancionero juvenil. Parece conveniente recordar que la práctica del canto coral, además de la parte alícuota de belleza que tiene siempre una audición musical, lo ya probado, es la gran influencia que el canto tiene en el desarrollo emocional de las personas que cantan; y más aún si estas lo hacen de modo colectivo. no hay duda, pensamos, en que el solo hecho de formar parte de un coro, sea este más o menos numeroso, desde una coral hasta un orfeón, confiere al canto un plus de sensibilidad, y por otra parte, de un sentimiento común entre los que son parte de esa actividad artística. Todavía más, si esta acción se da entre los más jóvenes de cualquier lugar o cultura.
Pertenecer a un colectivo de esta naturaleza hace que la persona se sienta íntimamente ligada a un fin determinado y, en otra perspectiva, a involucrarse en las intenciones que pudieran derivarse de cantar en grupo. La canción, hoy se reconoce como impulsor de tendencias, de actitudes, de maneras sociales, han podido también ser crisoles de voluntades y opiniones, de modelar conductas, que si ahora se consideran normales y productos de una libertad comprensiva, atrás, en otro tiempo, también podrían tener esa consideración y actuar como catarsis de muchas experiencias sociales, culturales y políticas. En definitiva, la canción, es un motor para modular un modo de ser. Y esto siempre es lícito si se convoca a un buen fin, una sana intención, una meta de mejoras personales y colectivas. Cuando como en el F. de J., la canción se usaba para fortalecer el espíritu, para trasmitir valores de honor, camaradería, responsabilidad o trabajo, nunca negaríamos el método para hacer pedagogía en la juventud de un país, imbuida en el proceso de una reconstrucción general.
Por eso, no puede parecer extraño que otra de sus canciones más representativas, fuera precisamente la que nos habla de “resurgir”, de “levantar” o de “construir”. Esto se ve, perfectamente en estas canciones que nos dicen: precisamente de un anhelo siempre positivo
III
AFÁN DE CONSTRUIR
(Somos héroes del mañana)
Somos héroes del mañana
llenos de fe y de ilusión
y en nuestras pechos arraiga
el más noble y patrio amor
Somos camisas azules
De la Falange imperial,
Venimos del campamento
con paso alegre y marcial
Marchad, marchad, marchad,
sembrando paz y amor,
Se advierte en estos versos no una idea de sumisión doctrinal, que nunca lo fue en el ánimo de sus creadores, músicos o poetas, sino en una límpida voluntad de mostrar al joven español, adolescente, una actitud honesta ante la vida y la sociedad donde primara el amor entre todos y la paz como meta irrenunciable. Personalmente, como educador profesional, maestro de enseñanza primaria y profesor de Institutos, y como miembro activo del F. de J., durante muchos años, doy testimonio de que jamás en mis años de juventud encontré otros fines opuestos a los de un ideal de conducta moral y social. No haría falta recurrir a todo el repertorio del cancionero juvenil para dar fe de esta realidad, pero acaso, la bellísima canción Montañas Nevadas, nos acerque más que otra razón a las propuestas que aquí apuntamos.
(Montañas nevadas)
Letra de Pilar G. Noreña y música de Enrique Franco.
La mirada clara, lejos
Y la frente levantada
voy por rutas imperiales
caminando hacia Dios.
Montañas Nevadas,
Banderas al viento,
Al alma tranquila
Yo sabré vencer…
Quiero levantar a España.
un inmenso afán me empuja,
poesía que promete,
exigencias de mi honor…
O esta otra, plena de ardor y esperanza, capaz en su letra de impulsar voluntades y esfuerzos para conseguir, o al menos, procurar que un país en situación difícil como era España en nuestra posguerra, cuente con el trabajo de todos en una empresa común. Es también un ley motiv, una norma general, en el vocabulario de nuestro cancionero.
Marchan las nuevas juventudes
(Llover y Tellería)
Marchan las nuevas juventudes,
sueñan con una España en pie ¡será¡
vienen por todos los caminos
para traer grandeza y libertad.
ya la aventura está
En nuestra juventud
Para conseguir
Sueño de triunfar
Y, entre voces de amor,
cantando caminar,
Estrofas que no dejan al albur más interpretación que una maravillosa idea de servir a la Patria, al país, que en definitiva es estar al lado del pueblo, de la sociedad española duramente sufrida en años de dolor y de escasez. Eran las esperanzas de una juventud que quiere ser protagonista del renacer español tan necesitado. En este sentido, todas las escuelas pedagógicas del mundo, aceptan las técnicas musicales, y aquí entra la canción, como fórmula excelente en el proceso formativo de cualquier joven, Por eso aparecen canciones en la historia de todos los pueblos o naciones, entre otras cosas porque ellas ayudan a la integración normal y positiva de los miembros de una sociedad, más si atraviesa por una situación desestructurada, en todo o en parte, como sucedía en la España de la posguerra, y así se entiende como se piden un nuevo estilo de convivencia y solidaridad, de integración, precisamente desde las canciones. A este esfuerzo colectivo, contribuyeron destacados representantes de la cultura, la literatura y la música, como los maestros Fernando Moraleda autor de letra y música para varias canciones, Mariano Cuesta Polo, el citado compositor Tellería, Daniel Pato, Enrique Franco Manera o A. Cabanas, Paino, y Mario Tecglen, entre otros muchos que escribieron hermosas piezas corales.
IV
VOLUNTAD DE INTEGRACIÓN
Y CONVIVENCIA
Se reconoce en estas letras, poéticas, sin duda, la aspiración constante en el plan general del F. de J., y por supuesto en las Falanges Juveniles, de una convivencia sin exclusiones, en la que todos, procedieran de donde fuera, tuvieran un lugar junto a una nueva juventud que pone como paradigma la convivencia, y el esfuerzo común. Pocas letras en el cancionero juvenil de todo el mundo, pueden presentar tan nobles ideales, pero eso será una seña de identidad de esta organización. Hay un evidente ideal de olvidar rencillas, divisiones, enemistades, y convenir todos en un mis o proyecto común. La canción en el Frente de Juventudes, fue una pieza maestra en la actitud, y comportamiento en los miembros todos de las Falanges Juveniles de España. Una de las canciones que mejor expresan esta aspiración podría ser esta:
(Cubre tu pecho)
Cubre tu pecho de azul español
que hay un hueco en mi escuadra,
pon cinco flechas en tu corazón
llámame camarada.
Te enseñaré una soberbia canción
de amor y de luceros,
y marcharé junto a tí en formación
por el campamento. Ven a mi lado….
No creo, sinceramente, que exista una letra para una canción juvenil, más explícitamente fraternal y amistosa que esta que hemos propuesto. Nos habla de amor y luceros, es decir, sensibilidad exquisita y belleza espacial, indicando al lucero como símbolo de luz permanente, y oyendo su canto y conociendo su verso, resulta imposible el atribuirle un sentido distinto y contrario al que se desprende de su sincera sencillez. Como, podemos decir de esta otra letra que, sin lugar a sospechas de ningún tipo, demuestra energía, decisión y voluntad de recuperar un país.
Juventudes, juventudes
Juventudes, juventudes
de España suprema ambición.
Juventudes, juventudes,
en pie, alerta y con vigor
En la España reconquistada
con heroísmo y valor.
Seremos audaz avanzada
del porvenir español,
con el surco y con la arada,
forjaremos ilusiones,
junto a la cruz y la espada
sembraremos ilusiones.
Creo que ahí se explica bien toda la nobleza de la juventud de las FF.JJ., de España. Hay, siempre, un sitio para el otro. Esta generosidad no se lee en los cancioneros de dentro o fuera de España. Quizá por eso, las incorporaciones a estas unidades, que habrá que repetir que eran absolutamente voluntarias, alcanzaron aquellas cuotas de afiliación que se tuvieron en los cincuenta, datos objetivos que se comenta por ejemplo en la obra de Sáez “El Frente de Juventudes”, en Siglo XXI, o el trabajo del Profesor Manuel Parra Celaya, así como se desprende del libro del Oficial Instructor y licenciado Jarabo, editado por de Barbarroja. A mi modo de ver, esta manera de acercarse e interpretar a la juventud fue realmente magnifica e imborrable; solo reconocer los millones de muchachos de 10 a 21 años que pasaron por sus unidades, suponía de facto, saber que miles de ellos habrían descubierto las mejores virtudes humanas como la generosidad, la responsabilidad, el respeto, y también la alegría compartida, el esfuerzo común, la auto-valoración. Una certeza que oímos de nuevo en una canción emblemática en las Falanges Juveniles de España.
V
INVOCACIÓN AL TRABAJO Y AL ESTUDIO
Cualquier análisis de lo que quiso ser siempre el Frente de Juventudes, deberá de recoger un mensaje permanente de ejemplaridad en la conducta de todos sus miembros, y por ende, de toda la juventud española. La situación en que había quedado la nación no podía ser más estremecedora, arruinada por una contienda de tres años, y sufriendo a mi parecer un cerco comercial insufrible, como son todos los embargos (léase Cuba por ejemplo). España sufría una de las peores épocas de su historia reciente. Así que imperiosamente, y esta palabra hay que entenderla en un contexto de exigencia personal, más que en cualquier otra interpretación, urgía del esfuerzo del completo de su sociedad, del compromiso de mayores y menores, pero principalmente de la juventud. Y a ello se empeñaron los responsables de la organización, que por medio de las FF.JJ, se apresuraban a lanzar esas consignas de resistencia y superación imprescindibles en ese tiempo. De modo que canciones dirigidas a esa causa, fueron desgranándose en sus Hogares, locales donde convivían los muchachos del F. de J., ayudando a forjar una conciencia de responsabilidad. Hay un cancionero que nos hablaban así.
(Con el rumor de la faena).
Con el rumor de la faena
ritmo febril de mi taller,
vuelven las
de una nación que vuelve a ser
(En pie, flechas de España)
Un día dejaremos los viejos camaradas
escuelas y talleres e iremos todos a formar
bajo un soto florido,
al pie de las espadas,
porque en la patria joven.
ha amanecido ya.
(Caminos de mi España)
En mis brazos sustento cada día
una antorcha que no se apagará;
la alimenta una llama de trabajo
donde mi sacrificio prenderá.
VI
UN COMPROMISO SIN FRONTERAS
Porque sin duda el grueso de las unidades voluntarias del Frente de Juventudes, a través de las centurias y sus escuadras, estuvieron nutridas desde el principio, en Decreto de 6 de diciembre de 1040, por una inmensa mayoría de hitos procedentes de las clases medias y obreras de la España posbélica del 39, compuesta casi siempre por oleadas de chicos de familia humilde consignas de estudios y trabajo eran una constante razón DE SU ACCIÓN Y de sus proyectos y así se cantaba al taller y la tierra, y se oían versos sobre la dignidad del trabajo que debería de ser derecho y no un deber, que fuera signo especial para los españoles, señal de dignidad, que evitara la secular angustia de la emigración en los pueblos de nuestra patria . Nacieron así canciones e himnos sobre la dolorosa emigración, sobre los emigrantes, y no con tintes de resentimiento, sino como fuerza para devolver a nuestra gente la promesa de un retorno necesario.
La realidad de un país sometido a tantas dificultades, el alejamiento de los principios falangistas, sometidos a la presión de un capitalismo emergente, pero siempre acechante, la visión casi a diario en aquellos años cincuenta, con el fin de una precaria industrialización en España. El continuo éxodo de compañero y camaradas de las falanges juveniles del brazo de sus padres, maleta de cartón y viajes en trenes de madera hacia los futuros inciertos de Suiza, de holanda y Alemania y sobe todo del sureste de Francia, eran sentimientos que explotaban en nuestros corazones que nos obligaban moralmente, y acaso también políticamente, a tener en cuenta a esos miles y miles de flechas y cadetes exiliados por la falta de trabajo aquí y buscado en tantos países, en busca de pan y trabajo.
En el Frente de Juventudes, específicamente en las Falanges Juveniles, e incluso en las primeras Ojes de España, en los años sesenta, los versos en canción hacia aquellos compañeros de escuadra y de centuria, no podías olvidarse en nuestro repertorio. La llamada a los inmigrantes, el recuerdo de todos ellos, desde Lausana hasta Paris o Ámsterdam, formaban parte de nuestra reivindicación más sincera y completa. Por eso no es de extrañar que juntos cantáramos: esa canción tremendamente acusatoria contra un olvido tan injusto como desproporcionado a tantos camaradas y amigos, españoles todos, que vieron como eran desterrados en obra y pensamiento por los mismos de siempre. Son versos de Ángel María Pascual, un poeta azul, falangista, de una emoción y una sensibilidad que aun hoy marca camino y senda de compromiso, y música de Mariano Cuesta Polo.
A ti, fiel camarada que padeces
el cerco del olvido, atormentado,
A ti que gimes sin oír al lado
Aquella voz segura de otras veces,
Escucha mi dolor. Si desfalleces
Del acoso de todos y, cansado
Ves tú afán como un verso malogrado
bebamos juntos en las mismas heces,
en las mismas heces.
VI
EXIGENCIAS DE HONOR. FUTURO
En las Falanges Juveniles de España revoloteaba siempre en sus Hogares, en sus reuniones de Centuria, en sus concentraciones y campamentos, donde se enseñaban las hermosas canciones juveniles que se ¡allí se aprendían, un aire de esperanza, de ilusión, de impresión de que la formación que se recibía iba directamente a fortalecer la aspiración nacional de una patria mejor, más prospera, grande y libre. Es verdad que en esas reuniones se trasmitía en todo momento una filosofía de triunfo, que tal vez no correspondiera a la auténtica situación del país, pero sin duda, era una elección necesaria y desde un punto de vista formal, muy útil. En los jóvenes flechas y cadetes del F. de J., iba enraizando deseos de esa mejora de futuro, y a ello se implicaban con fe y con ilusión. De ahí que tengan plena justificación canciones como estas;
De Isabel y Fernando
En pié camaradas siempre adelante
cantemos el himno de la juventud
el himno que canta la España gigante
que sacude el jugo de la esclavitud
De Isabel y Fernando
El espíritu impera,
Moriremos besando
La sagrada bandera
El sol de justicia de nueva era
radiante amanece en nuestra nación,
Ya ondea en el viento la pura bandera
que ha de ser el signo de la redención.
VII
LA IDEA DE SUPERACIÓN GENERACIONAL
Hay también, aunque no expresada de forma muy explícita una clara intención entre quienes dedicaban parte de su enseñanza juvenil en os camaradas de los hogares, albergues y campamentos, una decisión que a nosotros o al menos para mí, que andaba en esos menesteres desde mi condición de Jefe Nacional de Centuria, (Covaleda y Lago de Sanabria), suponía un paso más en ese camino de recuperación más absoluta de la convivencia normal para, y en todos los muchachos españoles. Para eso, tendríamos que alterar, aunque fuera levemente, algunas palabras del cancionero, y esto lo digo a título personal porque no puedo ni debo implicar a nadie ni a nada. Pero yo entendía que habían vocablos en canciones que se voceaban en los pueblos, en las aldeas y campos de España, que podían provocar sentimientos encontrados entre los ciudadanos, vecinos y paisanos , muchos de ellos contrarios y muy opuestos a nuestras invocaciones, que no eran ni oportuno ni conveniente del declamarlos públicamente. No por un temor a violencias físicas, pero si a despertar recelos que no eran ni fueron nunca de nuestra intención. Así veíamos que repetidamente se usaba la palabra muerte, o mueras, fusil, o lucha, que no decían nada a favor de la idea de paz y convivencia que proclamábamos, no por un deseo de herir sentimientos, sino por exceso – quizá-, de pasión comprensible en aquellos años, pero fuera de nuestra voluntad, así, por ejemplo, cuando la letra “oficial” decía:.
coge el fusil pequeño
e iremos todos a luchar
nosotros propusimos cantar;
Coge el laurel pequeño
e iremos todos a buscar……
Que de alguna manera venía a reforzar el espíritu de trabajo y espiritualidad que queríamos aportar como nueva juventud, creada para avanzar en el futuro mejor de la nación. Lo mismo ocurría con esta vieja canción falangista que entonaba
juventudes de vida española
Y de muerte española también,
Ha llegado otra vez la fortuna
De luchar, vencer o morir……
Y es verdad que a mí nunca me gustó esos gritos de muerte y guerra, de lucha, y por eso, me preocupe de cambiar palabras como esas, para tratar de ofrecer serenidad, sosiego, normalidad, vivir, me era más importante y siempre procuré un mensaje de convivencia, donde aquellos términos, no eran desde mi punto de vista los más adecuados. Yo, a mis camaradas les cantaba.
Juventudes de vida española
Y de gloria española también,
Ha llegado otra vez la fortuna
De luchar, vencer y seguir…..…..
Otra canción que recuerdo, fuera de los Himnos, que consideraba intocables en razón de lo que suponían oficialmente, rezaban estos versos:
De Isabel y Fernando
El espíritu impera
moriremos besando
La sagrada bandera
De Isabel y Fernando
el espíritu impera
viviremos besando
la sagrada bandera.
Claro que no eran ni nunca lo fueron versiones oficialmente establecidas, era más bien el deseo innato que tenía, de ofrecer a nuestros jóvenes una convicción nada agresiva del ideal falangista. Didácticamente creía siempre que un mensaje amable y sin palabras que recogieran alguna violencia semántica, sería mucho más educativo y positivo que una apelación a cualquier directriz diferente. Al cabo del tiempo, estuve convencido de que había elegido un sentido correcto, que sin perder el carácter plenamente juvenil y de valores, conseguía mejores resultados.
VIII
DE LA ESPAÑA COMPLETA
Una de las características del cancionero del Frente de Juventudes y posteriormente de la OJE, fue el sentido completo que se tenía de España; aquella definición de nuestra nación como “Proyecto sugestivo de vida común”, no fueron para la juventud española encuadrada en el F. de J., una frase más o menos bien hecha, era el propósito de vivir y trabajar por una patria unida, la convicción de estar forjando parte de una sola nación quizá más rica que otras, por tener un país con culturas, tradiciones y lenguas distintas en su territorio, pero imbuidas de un destino común y una historia compartida desde siglos. Esto se observa en numerosas canciones que, desde una esquina a otra del mapa español, venían cantadas en versos muy explicativos. Habría que recordar, dentro de las piezas puramente representativas de nuestro ideario, esta invocación a las tierras de Castilla:
Los muchachos de Castilla
Los muchachos de Castilla
cruzaron la mies dorada
y por los caminos blancos
se fueron a las montañas
Camisas color de cielo,
laureles color de plata
Y en el pecho cinco flechas
del color de la alborada
En el alto del león
hemos de hacer una hazaña
que la canten las estrellas
a las madres apenadas.
(Nota, cambio “bayonetas”, en el segundo verso, por laureles)
También se recuerda una canción muy enérgica, que se cantaba en los años 50, siglo pasado, con referencia muy claras a Extremadura, y a su héroe histórico por excelencia, Hernán Cortés.
Hernán Cortés.
Hernán Cortés, titán de España
las juventudes de tu heredad
Cantan las glorias de tus hazañas,
Mientras………
Y como no, aquella canción escrita para la OJE, con aires catalanes, en unos preciosos versos que empezaban con una llamada firme y convincente dirigida a la juventud que pudiera parecer dormida en su compromiso por una patria más grande y digna, que hablaba de las gestas almogávares, en un claro indicador de la común empresa de amar a España por todos sus pueblos y desde todas sus culturas.
Desperta ferro
Desperta ferro
(Letra de Francisco Riego. Música de Cuesta Polo)
Desperta ferro, la espada junto al labio
Desperta ferro, la espada cara al sol,
Soy almogávar y soy doncel de España
Es mi camino la senda del honor
IX
EL FOLK EN NUESTRO CANCIONERO JUVENIL
Otra de las notas que señalan al repertorio de las canciones que se interpretaban en campamentos, marchas y hogares, eran aquella que se referían a los recuerdos a las tierras de origen de nuestros afiliados, a las distintas regiones que componían el solar español, y que siempre fueron atendidas por los dirigentes de promover las canciones azules. Todas las provincias e incluso comarcas de España, se veían representadas por los afiliados del F. de J., que participaban en una simpática y amable competición coral en presentar sus canciones más típicas de su folklores, y que se traducían en unas piezas musicales tan bellas como emotivas. Aquí, y en razón de la brevedad de este ensayo sobre el cancionero juvenil del Frente de Juventudes y OJE, traeremos solo unos pocos ejemplos.
Sierra de Mariola
Sierra de Mariola,
llena de flores, llena de flores,
Donde ponen las aves
Nidos de amores, de amores.
Una muy bonita y sencilla memoria a una sierra alicantina, caso rozando la geografía murciana, que en unos limpios versos, casi un Haikeu, por su sencillez, se convierte en un canto lleno de sensibilidad a una tierra tan querida como abierta a cuantos se acercan a ella. Se cantaba en los fuegos de campamentos, en las provincias levantinas.
Valle de Ordesa
Una canción entre marcha y tiempo de círculo alrededor del fuego en el descanso de la noche, fue sin duda, la que cantaban las experiencias de los montañeros en sus complicadas aventuras pirenaicas del valle de Ordesa, plenas de emociones, de dificultades a superar, de escaladas inimaginables por los jóvenes que buscaban en la montaña una meta siempre a vencer Ordesa, era un referente increíble para muchas generaciones de deportistas de élite, y es también, una memoria para aquellas tierras de misterio y superación para miles de jóvenes españoles.
Montañero que viene de Ordesa
Con mochila y piolet,
Montañero que viene de Ordesa
Con mochila y piolet.
Habría que citar aquí, aunque solo fuera en una brevísima atención, una tonadilla extremeña que nos ofrece una melancolía, transformada en unos versos, llenos de sentido del folk más autentico, que fueron recogidos en el repertorio del cancionero juvenil, quizá no con carácter nacional, pero que llegaron a muchas regiones del territorio nacional y, desde luego, a muchos campamentos y hogares de toda España.
Ya se van los pastores.
Ya se van los pastores a la Extremadura,
Ya se van los pastores a la Extremadura,
ya se queda la sierra triste y oscura,
ya se queda la sierra triste y oscura.
Ya se van los pastores hacia la cañada
ya se van los pastores hacia la cañada,
ya se queda la sierra triste y callada
ya se queda la sierra triste y callada.
X
A MODO DE FINAL
Naturalmente no están aquí todas las canciones que se compusieron expresamente para el Frente de Juventudes, y significativamente para las Falanges Juveniles de España, pues otras sección del F. de J., Navales, Rurales, Estudiantes, etc., tuvieron también una aportación de este tipo a sus programas de formación, no, no se podrían exponer aquí en este trabajo tan modesto, pero puede que ellas sean de las más representativas, numerosas y quizás bellas de todo un trabajo estético, cultural, y también sociológico, con que se adornaron las actividades de la más imponente organización de jóvenes habida en España. Puedo asegurar – por mi experiencia en visitas a países, formando parte de una Delegación procurada por la Delegación Nacional de la Juventud (abril 1973), que la influencia de las canciones en el programa formativo de sus jóvenes, no tienen la categoría e importancia con que se trató en nuestro país, durante toda la vida orgánica de Las Falanges Juveniles de España. Luego, la imagen de tantas ciudades y pueblos, de caminos en valles y montañas, en campamentos de fortuna o fijos, en las marchas volantes de una juventud verdaderamente motivada en procesos de ilusión y esperanza, hicieron que los campos españoles se llenaran de canciones, de alegría, de futuro. Tal vez la realidad de esos miles de jóvenes cantando por toda nuestra geografía, propiciara que aquellos años, difíciles, pobres, casi excluidos del mundo – y esto no se puede olvidar-, fueran vividos al menos en el seno de la juventud española, o en una muy buena parte, con más confianza en si misma y en España. Alguna vez, se escribirá largo y tendido sobre la inolvidable obra de conciliación, de esfuerzo y de futuro que fue el Frente de Juventudes y lo que significó para nuestra patria.
Quiero incluir en estas reflexiones, unos versos de unas de las canciones más bonitas del cancionero juvenil español:
“El cielo es limpio, el cielo es limpio
pon arriba los ojos, siempre arriba”
Que nos tramiten un deseo de actuar con limpieza, con honor, con transparencia en todos nuestros actos que nos haga inmunes a cualquier deshonestidad. En este poema canción, tomada como himno en la Academia Nacional de Mandos José Antonio, del Frente de Juventudes, debida al gran poeta y periodista navarro Ángel María Pascual se expresaba ya la raíz humanista y ética de todo su proyecto. Todavía más cuando en esa canción ya se vislumbraba el dolor de nuestra propia incomprensión, sometida al juicio negativo en el propio solar español, que, dicho sobre la belleza de estos versos, más que una queja amarga era la constatación de una realidad que nos negaba la convivencia.