Una investigación del profesor de Comunicación Audiovisual de la Universitat de València Àlvar Peris concluye que el programa televisivo -MasterChef- es un producto que incorpora elementos del nacionalismo español moderno A su juicio, la selección de la escenografía, de los comensales participantes y de los lugares de realización de los capítulos «se han hecho para adaptar y legitimar un nuevo discurso de la nación española», según han señalado desde el diario Periodista Digital. —Abucheos a la película “Ocho apellidos catalanes” al referirse a Valencia como països catalans—
Según ha informado la institución académica en un comunicado, en el estudio el investigador detalla, atendiendo a que la gastronomía es «parte indiscutible» de la cultura «sobre la que se edifica actualmente la identidad» y teniendo en cuenta la fuerte penetración de la televisión de entretenimiento, la selección de la escenografía, de los comensales participantes y de los lugares de realización de los capítulos de ‘MasterChef‘ se han hecho «para adaptar y legitimar un nuevo discurso de la nación española». —La polémica esta servida en Masterchef Junior: “Las chicas ya sabeís limpiar geneticamente”—
El concurso de cocina –MasterChef– es un formato que se ha emitido en más de 145 países, y ha conseguido, en términos generales, una elevada audiencia. El formato original se remonta a 1990, por la BBC. El ‘MasterChef’ que empezó el 10 de abril de 2013 en TVE es, por tanto, la adaptación a escala española de un formato televisivo global. Según Peris, este proceso, la globalización, se hace mediante la selección de elementos y mensajes «que puedan legitimar un determinado discurso televisivo en una sociedad concreta». —Artur Mas repartió 6 millones entre la prensa separatista días antes de las elecciones—
La audiencia obtenida por el espacio en España –con picos de 5.500.000 espectadores y una cuota mediana de pantalla del 33,1 por ciento en la final– ha convertido el programa en un producto televisivo con una gran penetración social.
En el ‘MasterChef’ de TVE, explica Àlvar Peris, «se mezclan rasgos de la modernidad global con otros de perfil más tradicional asociados a una concepción conservadora y unitarista» del nacionalismo español. La ‘Marca España’, la presencia del ejército español en el programa en dos ocasiones o la selección de espacios y paisajes identificados como «parte indiscutible de una determinada idea de España por una amplia parte de la ciudadanía», son los tres elementos sobre los que pivota la a argumentación del investigador de la Universitat.
Además, sostiene que «el cambio experimentado por la gastronomía española en los últimos años ha despertado en las instituciones, los medios y, consiguientemente, en muchos ciudadanos, un sentimiento de orgullo nacional desconocido hasta el momento. En una época de crisis económica y política profunda, la gastronomía ha conseguido ser uno de los pocos valores que todavía inspira un extraordinario reconocimiento fuera de las fronteras españolas», dice el profesor asociado de la Universitat. —El pueblo de Cataluña donde los separatistas radicales votan al PP—
Además, algunos de los capítulos de ‘MasterChef’ «han servido para realizar homenajes a instituciones o colectivos que han sido históricamente asociados a la nación española en su vertiente más tradicionalista y conservadora, como son el Ejército, el mundo de los toros o la Iglesia».
«La elección del conjunto de personalidades para las que los aspirantes han tenido que cocinar en las diferentes pruebas, la mayoría pertenecientes a los sectores más exclusivos, conforman un mosaico representativo, a pesar de ser parcial, de la cultura y sociedad españolas», dice el trabajo titulado ‘Els programes televisius de cuina i la identitat nacional. El cas de MasterChef’.
El estudio fue publicado el pasado mes de noviembre en la Revista de Recerca i d’Anàlisi de la Societat, editada por la Societat Catalana de Comunicació.
EL EJÉRCITO
En dos ocasiones, los participantes de ‘MasterChef’ cocinaron para el Ejército durante los dos primeros años de vida del programa, el periodo analizado en el estudio. En una de ellas, como apunta Àlvar Peris, se hizo para 150 soldados de la brigada de infantería mecanizada Extremadura XI. Se incluyó una puesta en escena en la base militar General Menacho de Badajoz, y el despliegue de la infantería y los presentadores con el casco y el chaleco de camuflaje.
El capitán explicó las campañas «por la paz y la estabilidad», según señala el estudio, existentes en aquel momento en Afganistán, Líbano y Malí, y los concursantes «escucharon varias arengas por parte del jurado apelando al esfuerzo y el sacrificio de los soldados, antes de subir a los carros de combate que los trasladarían al interior de la base».
«La ‘laudatio’ hecha al Ejército español en conjunto pensamos que no tiene parangón en la televisión de entretenimiento», destaca Peris, quien añade que el resto de la prueba «fue muy marcial, con los soldados formando para ir a comer y los concursantes haciendo el saludo militar a diestro y siniestro. Para acabar el extraordinario ejercicio de propaganda, un plano aéreo nos introducía en el cuartel bajo el lema ‘Todo por la patria’, con los colores de la bandera nacional española de fondo», añade
La segunda temporada de ‘MasterChef’ incluyó una visita a la base naval de Rota, donde los concursantes cocinaron para más de doscientos marinos a bordo del ‘Juan Carlos I’, el buque insignia de la armada. «La prueba fue un publirreportaje del equipamiento de la marina española, con el despliegue de helicópteros, vehículos anfibios y lanchas al compás de una música épica. En esta ocasión, la presentadora recordó a los concursantes, y de paso también a los espectadores, que la armada española es una de las más antiguas del mundo. Al grito de ‘Rompan filas’, los aspirantes a mejor cocinero pudieron descansar y agradecer a los soldados sus votaciones», según el estudio.
MARCA ESPAÑA Y PAISAJE
«Durante las dos temporadas del programa, los concursantes han visitado, entre otros, Toledo, O Grove (Pontevedra), la estación de esquí de Formigal (Huesca), Lanzarote (Islas Canarias), Pedraza (Segovia), Badajoz, Cádiz, Salamanca, la Rioja alavesa, Marbella, Burgos, Hondarribia (Guipúzcoa), Valencia y Madrid. Espacios que, en conjunto, configuran una determinada mirada sobre el marco territorial español», destaca el estudio. En estos espacios también se unen «paisajes icónicos para el imaginario nacional, que todo el mundo reconoce, como las dehesas, el suelo volcánico canario o las viñas riojanas».
Frente a esta imagen de España, los dos primeros años de ‘MasterChef’ no se grabó ningún programa en Cataluña, y «hay una sobrepresencia de Madrid y sus alrededores», con siete visitas a lugares como la T4 de Barajas, el Teatro Real, la Gran Vía, la villa de Aranjuez y algunos de los hoteles más selectos del área. En este sentido, el autor apunta a que esta elección «seguramente consigue patrocinios interesantes para el programa, pero no podemos negar que la localización espacial puede asociarse con la reproducción de ciertos estereotipos».
Àlvar Peris enmarca esta investigación en el interés existente durante los últimos años «en rastrear en los contenidos televisivos prácticas nacionalistas, no solo en los programas de carácter informativo, sino en géneros de entretenimiento como la ficción o la telerrealidad». «Estos solían interpretarse, en general, como simples artefactos de evasión que poco o nada tenían que decir sobre la configuración de las identidades y, menos todavía, de las naciones», sostiene.