La posibilidad de ese acuerdo entre el PSOE y Ciudadanos bendecido por los barones socialistas y por la abstención del PP se ha disuelto como un azucarillo en las últimas horas.
Esdiario / A Pedro Sánchez le hubiera gustado que la reunión que este jueves mantuvo con Albert Rivera para explorar un pacto de gobernabilidad fuera el comienzo de una gran amistad, parafraseando a Humphrey Bogart.
Sin embargo, la posibilidad de ese acuerdo entre el PSOE y Ciudadanos bendecido por los barones socialistas y por la abstención del PP se ha disuelto como un azucarillo en las últimas horas, a la vez que el líder de C´s supeditaba cualquier acuerdo a que también estuvieran en el los populares. Así que el candidato del PSOE vuelve a estar donde estaba: en manos de Podemos y de los independentistas.
El ataque de celos de Mariano Rajoy y un CIS revelador para Ciudadanos tienen la respuesta de la frustrada operación de Sánchez con quien hasta no hace mucho despreciaba y llamaba «marca blanca» del PP.
Ese acercamiento entre el socialista y Rivera desde que el Rey le encargó formar gobierno había encendido las alarmas en La Moncloa y Génova. Ya se temían la presión que les iba a caer encima para que se abstuvieran si, llegado el momento, el pacto entre el PSOE y Ciudadanos llegaba a buen puerto.
Así que este jueves al fin Rajoy decidió recuperar la iniciativa perdida y, después de anunciar ante su grupo parlamentario que bajo ningún concepto contemplaba tal abstención, telefoneó al líder de Ciudadanos para atraerle a él de nuevo y emplazarle a una reunión a finales de la semana próxima.
En paralelo, el primer barómetro del CIS con recuerdo de voto en unas generales abrió este jueves los ojos a C’s de lo peligroso que resultaría para ellos un pacto con el PSOE. Puesto que las tripas de la encuesta demuestran hasta qué punto Ciudadanos ha bebido de los manantiales del PP. Todo un serio aviso.
Cuando el CIS pide a los votantes que se definan políticamente, la mayoría de los de C’s, un 46%, lo hace como conservador, demócrata cristiano o liberal, el espectro ideológico que abarca el PP. A mayores, son los partidos que muestran más afinidad entre sus votantes. Los del PP declaran mayoritariamente que podrían votar a C’s llegado el caso y viceversa.
Los votantes que mejor valoran a Albert Rivera son, por detrás de los de Ciudadanos, los del PP, con una nota de 5,32. Y lo mismo al revés: los votantes de C’s son, tras los del PP, los que más aprecian a Mariano Rajoy (3,72).
Por no hablar de que si se celebraran elecciones de nuevo ya se empieza a percibir el trasvase C’s-PP por aquello del voto útil. El 6,26% de los que votaron a Rivera el 20 de diciembre asegura que esta vez se decantaría por el PP. Así que un adelanto electoral no es lo que más conviene al partido naranja. Como tampoco un acuerdo con Pedro Sánchez y sin Mariano Rajoy que el candidato del PP está convencido de poder evitar.
