El famoso programa de la cadena de televisión del grupo Intereconomía ‘El gato al agua’ empezó el pasado lunes sin Mario Conde, uno de sus tertulianos de los lunes, que no pudo asistir porque está detenido por presunto blanqueo de capitales. El presentador, Javier Algarra, abrió el programa señalando la silla vacía que debía haber ocupado el expresidente de Banesto, y defendiendo la presunción de inocencia.
“Esta silla está hoy vacía. La tenía que ocupar Mario Conde pero como pueden imaginar Mario no ha podido venir. Está detenido. No sabemos si es culpable o inocente. Eso deberá determinarlo la justicia. Nosotros le vamos a aplicar la presunción de inocencia. Estamos hartos de las penas de telediario”, editorializó Algarra. “Si ha cometido un delito, que lo juzguen y condenen, pero eso no lo haremos nosotros”, añadió antes de plantear el “doble rasero” que la justicia utiliza según el perfil de los implicados en casos de corrupción..
Tras citar al ministro José Manuel Soria, salpicado por los ‘papeles de Panamá’, o el ‘caso Pujol’, el presentador de ‘El gato al agua’ recordó que “mientras a unos los detienen y los meten en el coche con la mano en el cogote”, otros “no pisan el calabozo” y “declaran en comisión parlamentaria”.
Por otro lado, los tertulianos Xavier Horcajo, presentador del informativo de Intereconomía, Kiko Méndez-Monasterio, director del diario ‘La Gaceta’, Santiago Abascal, presidente de la formación política VOX España, y Rafael Nuñez Huesca, periodista también del diario ‘La Gaceta’, cuestionaron la operación judicial contra Mario Conde.
Efectivamente, hay que cuestionar las formas que no son las mismas que se aplican a otros delincuentes con delitos de mayor calado. El fondo es el mismo, todos son carne de Código Penal. Mario Conde está en los orígenes de la corrupción de esta democracia. Todo por la ambición de llegar a ser Presidente del Gobierno de España; fiándose del Borbón coronado que le llamaba seis veces al día, según declaraciones del propio Mario Conde a Jesús Cacho. Creería el banquero el tal Borbón lo hacía para preocuparse por su salud. Se preocupaba por la pasta que el banquero podía soltarle todos los días. Ahora tenemos las pruebas de quién era el rey emérito, ¿se llama así?, y quién el que no pudo llegar a Presidente queriéndose saltar todas las reglas democráticas, Mario Conde. ¿Será cierto que éste compró Intereconomía? La verdad es que en las tertulias hablaba con la suficiencia del amo.
El Gato por el que han dejado una silla vacía podría ser más peligroso que un tigre de Bengala, si cantara; si dijera todo lo que sabe desde «el emérito» Campechano al último concejal de alguna pedanía. Pero ¿a que no tiene c…, como no los tuvo antes, a pesar de amagar para luego no dar? Habría que preguntarle ¿y ahora, a tus años, hasta con tus hijos en la cárcel, qué más tienes que perder? ¡Canta!, cobarde, y harás un bien a España. Aunque para ti España no ha sido nunca otra cosa que la página de un Haber y un Debe para intentar ser Presidente de su Gobierno.