Por Juantxo García* para elmunicipio.es
Decía Nietzsche, poco más o menos, que nada encierra mayor seriedad que los juegos en los que anda sumergido un niño. Los adultos, con mayor o menor urdimbre mental, con mejor o peor fortuna, acabamos por convertimos en farsantes y sólo la decencia intelectual es capaz de dotarnos de una pizca de dignidad.
Todo lo que dice el señor Josele Sánchez, en tanto niño que es, está matrimoniado con la seriedad. Pero al tiempo que niño, Josele Sánchez, es también y para desgracia suya adulto y, en consecuencia, participa —lo quiera o no— de las miserias de ese acromegálico guiñol que llamamos sociedad.
Josele Sánchez tiene más razón que un santo cuando dice que con un 0,04% no se va a ningún lado. Él sabe que yo comparto esta tesis, no de ahora, sino de hace muchos años. En vida de Márquez Horrillo propuse fortalecer en grado sumo la Fundación «José Antonio», que esta conservase —bajo siete llaves— la denominación del partido histórico y que nos embarcáramos en crear algo nuevo, algo radicalmente distinto en las formas, alimentado, eso sí, por las coordenadas básicas del nacionalsindicalismo y por otras aportaciones ideológicas —estoy pensando, sin ir más allá, en la «nouvelle droite» francesa— dignas de ser asumidas.
Josele Sánchez tiene más razón que un santo cuando recientemente ha sacado a la palestra una serie de nombres que podrían —si les diera la real gana, que este es otro cantar— ayudar a construir un «frente» que sobrepasase el actual status de insoportable parálisis y marginalidad, sazonado postelectoralmente con una buena dosis de polvos del «día de la marmota».
El niño Josele Sanchez, en definitiva, es serio, muy serio, cuando nos señala la ruta del «frente nacional», no porque sea la mejor, sino porque no hay otra. Dicho de otra manera: o empezamos a vertebrar un movimiento político unitario y a permear la sociedad desde esa perspectiva o, poco a poco, iremos cavando nuestra propia tumba en forma de secta de egocéntricos con los plomos fundidos.
Josele Sánchez, empero, decide una buena tarde de estío pegar un bandazo y nos regala una invitación para sumarnos, con delirio adulto, a un nuevo colectivo: Defensa Social (DS). DS fue, desgraciadamente, un intento fallido de Falange Auténtica (FA) y Falange Española de las JONS (FE/JONS) por poner sobre el tapete un punto de encuentro y, al mismo tiempo, una salida. Después de meses de trabajo, más o menos lúcido, más o menos impregnado de originalidad, DS se apagó como una vela sin que absolutamente nadie fuese capaz de hacer balance y extraer enseñanzas. Increíble, pero cierto. El nacimiento y muerte de aquella DS primigenia ha sido, quiérase o no, más triste aún que la errática vida de lo que, con toda lógica y hasta con absoluta legitimidad, pretendía sustituirse. Y aquella sombra, convenientemente recauchutada, quiere volver a la vida en forma de novedosa «alternativa». Parece como más rompedor y divertido alentar chiringuitos —acompañados del perfume más embriagador y patinados por la más sublime literatura—, aunque todos sepamos cómo acaban esas historias indefectiblemente: la vida larvario-internáutica.
El niño Josele Sánchez sabe mejor que nadie que son tiempos de diálogo, de transacciones, de empatías, de convergencias y de sumas. De unidad. Después de años y años dándole vueltas al caletre, siempre acabo por llegar al mismo escenario: todo pasa por el «frente nacional», el «bloque social y nacional» o como puñetas quiera denominarse la cosa por nacer. Lo curioso, lo patético y hasta lo inquietante es que existe como un manto de silencio que impide hablar claro, sin pelos en la lengua, con seriedad, sobre esta cuestión que se me antoja medular y, por tanto, vital. Cuando leemos o escuchamos al niño Josele Sánchez enseguida nos damos cuenta que es infinitamente más ecuánime y valioso que el Josele Sánchez adulto. Éste, burlón, anarca e irreverente, ha pretendido meternos un gol ayudándose con la mano y en clarísimo fuera de juego.
Pincha en el enlace para leer la propuesta de Josele Sánchez:
—Ante una situación límite: ¡Hagamos algo grande!—
Pensar que Josele Sánchez, niño o adulto, defiende algo parecido a un Frente Nacional es desconocer en absoluto a ninguno de los dos personajes. Gratitud a parte, por el cariño con el que Juancho García me trata, y por el intento de comprensión que demuestra (que ya hubiera querido encontrar en alguno de sus camaradas de filas), Juancho García me conoce algo así como más de 30 años. Mejor que nadie sabe que por allí no anda mi idea, que jamás me sumaría a nada que huela a extrema derecha y que si defiendo algún tipo de confluencia, esta debe basarse en el mensaje más social (el más izquierdoso por decirlo aún más claro) de José Antonio Primo de Rivera.
¿Quién ha hablado de extrema derecha?
En mi humilde opinion los partidos de ultraderecha como falange española de jons, el movimiento catolico y otros del mismo tipo, no tienen mucho interes para la gente de hoy, las personas de mi edad tampoco nos sentimos muy identificados con partidos e ideas de ultraderecha.