El presidente de la formación política Ciudadanos se presentó ante la prensa pasadas las 13.00 horas de este domingo 28 de agosto, tras firmar -después de días de maratoniana negociación- el acuerdo para la investidura del presidente del Gobierno de España en funciones, Mariano Rajoy.
LD / El portavoz del Partido Popular en el Congreso, Rafael Hernando, y el de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, fueron los encargados de firmar dicho documento que lleva por título «150 compromisos para mejorar España».
Aunque los líderes de ambos partidos, Mariano Rajoy y Albert Rivera, han presidido una reunión previa de sus respectivas delegaciones para certificar el acuerdo, no han estado presentes en el momento de la rúbrica del mismo. En la reunión celebrada antes de la firma, Mariano Rajoy y Rivera se han sentado uno frente a otro con una mesa de por medio, y a petición de los informadores gráficos se han saludado estrechando sus manos en dos ocasiones.
Ha sido Albert Rivera el primero en comparecer ante los medios. Satisfecho y de forma bastante minuciosa ha ido desgranando este acuerdo, del que ha sacado pecho: «Aunque el cambio no ha llegado a España, el cambio sí ha llegado al Parlamento», ha señalado.
«Espero que con este acuerdo, que lleva detrás 169 escaños, podamos intentar convencer a otros partidos» para que en España pueda haber Gobierno y recuerda: «De las 150 reformas, 100 las firmamos Pedro Sánchez y yo». El líder centrista no se ha privado de varias alusiones veladas al secretario general del PSOE cuando ha dicho que el acuerdo con el Partido Popular se negociaba mientras «otros estaban e vacaciones».
«El nuevo centro y las viejas izquierda y derecha»
Rivera, adelantado la que puede ser una de las líneas estratégicas de su discurso del próximo miércoles en el debate de investidura, ha presumido de que «el nuevo centro político arrastre a las viejas izquierda y derecha a un compromiso de regeneración y reformas». El presidente de Ciudadanos, que ha logrado que el acuerdo recoja una simplificación de los contratos labores a tres tipos muy parecida a la pactada con el Partido Socialista Obrero Español, ha abogado por luchar contra la temporalidad que sufre el mercado laboral: «Tenemos que acabar con los contratos basura» ha dicho, asegurando que sus políticas en este ámbito, que incluyen también un bonus a las empresas que despidan menos, suponen «un vuelco después de cuarenta años de fracasos».
Rivera, además, ha anunciado dos buenas nuevas a la clase media española: el fin de los recortes «es tiempo de pinchar la burbuja política, pero ya no es tiempo de hacérselo pasar mal a la clase media» y el de las subidas de impuestos, ya que, ha dicho: «La clase media no se merece más subidas de IRPF».
Igualmente ha sacado pecho de su plan social, que incluye una medida como el complemento salarial anual garantizado para rentas bajas y el aumento de la baja por maternidad, que se incrementaría a veintidós semanas en el primer año de legislatura y luego hasta veintiséis, siendo intransferibles en una parte. «Los padres deberemos implicarnos más en el cuidado de nuestros hijos» ha afirmado. El plan social, presupuestado en casi 30.000 millones de euros para cuatro años, no supondría, como ha reiterado Albert Rivera, un incumplimiento de la senda de déficit establecida por Bruselas: «Yo he visto planes incluso mejores que éste, con el único problema de que no se podían pagar».
La muerte de Montesquieu
«Montesquieu ha vuelto a la política española» ha indicado Albert Rivera al dar cuenta del capítulo de regeneración democrática, que incluye el cambio en la elección de los vocales del CGPJ para que doce de los veinte que componen el órgano de gobierno de los jueces sean elegidos por los propios miembros de la carrera judicial y no por los partidos políticos. En las otras dos pretensiones de reforma de calado, la supresión de las diputaciones, el líder de Ciudadanos sólo ha podido lograr victorias parciales para aligerar su estructura administrativa. «Lo diré muy claro: el PP no quiere suprimir las diputaciones y Ciudadanos sí» ha dicho, matizando que si finalmente se abre una reforma constitucional los centristas seguirán dando esa pelea.