Mariano Rajoy se prepara para su fracaso en la votación de investidura de la próxima semana. Mucho tendrían que cambiar las cosas para que haya un giro. Aunque en el PP auguran que finalmente sí habrá un acuerdo con Ciudadanos, en la cúpula de la formación recuerdan que los números «siguen siendo los que son» y no hay avances ni con el PSOE ni tampoco con el Partido Nacionalista Vasco. «Lo del no es no se está convirtiendo en una pandemia», según el resumen de un miembro del equipo del presidente en funciones.
LD / Este sábado, tras una semana prácticamente desaparecido, Mariano Rajoy reaparecerá públicamente en un mitin en Pontevedra y dará su visión sobre la situación actual. Si bien, en el Partido Popular no vislumbran de momento una salida ante el atolladero político, y menos antes de la sesión de investidura que dará inicio el martes 30 por la tarde. «Vamos a una investidura fallida y después de las elecciones vascas y gallegas habrá que jugar una nueva partida», en voz de un veterano parlamentario. Desde la dirección nacional corroboraron el diagnóstico: «Todo depende del PSOE y se les ve muy enrocados».
Así las cosas, aunque la lupa esté en la mesa de trabajo con Ciudadanos, para Rajoy «lo importante» son los números, y estos siguen sin dar. «La negociación -con Albert Rivera- va mejor de lo que se escenifica», transmitieron al presidente en funciones los suyos. «Va bien, hay que acabar de cerrar unos flecos pero no hay nada de ruptura», según el equipo que está tratando con el partido naranja. De hecho, en Génova se resisten a creer que el pacto no vaya a estar cerrado antes de que termine la semana.
Con ese capítulo atado en principio, el entorno del presidente en funciones vira la mirada al resto de actores políticos que pueden desatascar la situación. Y es entonces cuando la frustración invade a los cargos consultados. Para empezar, no se da prácticamente ninguna importancia a la llamada a Pedro Sánchez, que pasó de ser inmediata a quedar postergada. Reconocen que, si se produce, será un «trámite» ya que las sensaciones que llegan desde Ferraz no son buenas. «No ha habido más maremoto en el PSOE del que ya había. Los barones dicen una cosa en privado y otra en público», deslizaron. Juan Manuel Moreno, el líder del PP en Andalucía, lleva días provocando a Susana Díaz sin conseguir resultado alguno.
Sin el PSOE, Rajoy asegura que no hay nada que hacer, por lo que en Génova ya trabajan con la hipótesis de otra sesión de investidura tras las vascas y gallegas, que se celebrarán el 25 de septiembre. Otras «elecciones decisivas», reconocen, tras las cuales ansían algún tipo de movimiento. «Los socialistas no podrían explicar su inmovilismo a los españoles», razonan de puertas para adentro, pese a que Sánchez se ha mantenido inflexible. En este sentido, en el PP son muy escépticos ante la posibilidad de que su líder diera otro nuevo paso -ir a una segunda investidura- sin tenerlo todo bien atado.
Con la puerta de Ferraz cerrada, Mariano Rajoy está intentando el acercamiento con los nacionalistas vascos. Pero también sin éxito, al menos de momento. Según Génova, no hay un canal de comunicación como tal, pero se han lanzado mensajes a través de los medios de comunicación. Alfonso Alonso, el candidato a los comicios vascos, ha sido el principal protagonista, pero este jueves reconoció su fracaso. «Iñigo Urkullu se está sanchificando de cara a la investidura y se ha apuntado al frente del no y del bloqueo», dijo. Mientras, varios cargos del PP hicieron circular unas declaraciones del líder nacionalista diciendo que «cuando el PNV dice no, es no», en línea con la posición de Sánchez. «La epidemia del bloqueo contagia ahora a Urkullu», se reafirmaron, deslizando que «habrá que esperar a después del 25S».