Arnaud Imatz es doctor en Ciencias Políticas, diplomado en Derecho y Economía. Ha sido funcionario internacional en la OCDE y fundador/gerente de empresas. Autor de numerosos libros y artículos, como: ¨José Antonio: entre odio y amor. Su historia como fue» (Áltera, Madrid, 2006, 2007), ¨Los partidos contra las personas. Izquierda y derecha: dos etiquetas¨(Áltera, Barcelona, 2005) entre otros. De nacionalidad francesa, nacido en Bayona, su familia es de origen Vasco-Navarro.
«Se sabe que la figura de José Antonio ha sido manipulada e instrumentalizada por muchos franquistas. Hoy es abominada y vomitada por los autores neoliberales y neo-socialdemocratas y por supuesto por todos los post o paleo-marxistas. La mayoría lo silencia, lo tergiversa y lo caricaturiza». (Arnaud Imatz en elmunicipio.es)
1.- elmunicipio.es ¿Qué circunstancias se dan en un historiador francés como Ud. para interesarse por José Antonio Primo de Rivera, por su vida y por su pensamiento socio-político?
R.- Arnaud Imatz.- Para contestar satisfactoriamente me tendría que extender mucho, pero intentaré resumir. Hay una serie de razones: familiares, generacionales, culturales y por supuesto el imprevisto y la oportunidad. Como decía Ortega “yo soy yo y mis circunstancias”. Mi familia es de origen vasco-navarro. Cuando nací en Bayona, una rama de mi familia estaba implantada en la fronteriza provincia de Lapurdi, a orillas del rio Bidasoa al menos desde el siglo XVIII. La otra rama procedía de la Baja Navarra francesa (“Ultrapuertos”, la parte norte del antiguo Reino de Navarra). Mi abuelo materno era un carlista y mi abuelo paterno un militar republicano. Los dos habían combatido duramente en la guerra de 1914-1918. Se cubrieron de gloria en Verdun y la Champagne. Los dos habían viajado muy jóvenes y bastante tiempo alrededor del mundo antes de volver al País Vasco para fundar sus familias. Mi padre era un gran deportista. Fue varias veces campeón de Francia de pelota vasca en la modalidad de «Grosse pala» (un tipo de pala corta utizado en las plazas libres de 35 a 100 metros). Su egregio ejemplo de conducta y la educación que me dieron mi madre, mis abuelas y mis tías explican en gran parte mi cuádruple apego: País Vasco, Francia, España y Europa.
Pertenezco a la “mortífera” generación de 1968, la de los estudiantes pseudo-revolucionarios, los llamados “contestatarios” que, lamentablemente, ocuparon las avenidas del poder durante cuatro décadas. En aquella lejana época yo era partidario del General de Gaulle y por lo tanto totalmente opuesto a aquel movimiento de izquierdistas imbuidos de pseudo-marxismo. No tenía la menor simpatía para ellos y no andaba desencaminado. Pues, demostraron ser aliados objetivos del neocapitalismo. Con este destruyeron los valores tradicionales que más les molestaba: el sentido de lo sagrado, los valores de apego y de identidad histórico-cultural. Pronto se olvidaron de sus virulentas críticas del consumismo, del productivismo y de la tecnocracia para defender los pilares del neoliberalismo: el multiculturalismo, el inmigracionismo, el individualismo y la lógica frenética del mercado y del lucro. Hoy ¨Podemos¨ me los recuerda mucho; comparten la misma contradicción absoluta: quieren hacer del individuo la norma de todo y al mismo tiempo generar una colectividad unida.
En la primavera de 1968, mi reacción fue rotunda. Interrumpí voluntariamente mis estudios para hacer el servicio militar en el prestigioso 6º Regimiento de Paracaidistas de Infantería de Marina. Era entonces el único regimiento paracaidista con reclutas no profesionales susceptible de intervenir en operaciones extranjeras. Algunos se preguntarán ¿Pero por qué -siendo un joven de apenas veinte años- tenía tanta admiración por De Gaulle? Se lo explicaré porque a finales de 1969, pocos meses después de la renuncia de De Gaulle a sus funciones presidenciales, deje definitivamente la militancia política para dedicarme primero a mis estudios y luego a mis actividades profesionales y a mis investigaciones político-históricas.
De Gaulle era desde 1945 y sigue siendo hoy un gigante entre los enanos de la vida política francesa a pesar de sus errores, que no son pocos (dos ejemplos: cerró los ojos ante la brutal represión después de la segunda guerra mundial y trato de una manera indigna a los franceses “pieds-noirs” de Argelia…). Hoy la casi totalidad de los políticos galos se declaran admiradores de De Gaulle o fingen serlo. Pero en los años 1960 no era así: los mismos se oponían a su mandato y a su política. En realidad, desde 1969 todos instrumentalizan su figura y traicionan a diario su pensamiento y su obra. Me explico: De Gaulle, como José Antonio en los años treinta, quería reconciliar la idea nacional con la justicia social. Sabía que no se puede defender realmente la libertad, la justicia social y el interés del pueblo sin defender simultáneamente la soberanía, la identidad y la independencia política, económica y cultural. Pasión por la grandeza de la nación, resistencia a la hegemonía americana, elogio de la herencia de la Europa blanca y cristiana, reivindicación de la Europa de las naciones (el eje Madrid-París-Berlín-Moscú), preocupación por la justicia social, aspiración a la unidad nacional, democracia directa, antiparlamentarismo, nacional-populismo, “ordo-liberalismo” y planificación indicativa, tal era la esencia del mejor gaullismo. Nunca he renegado de él y creo que esto explica mi atracción o afinidad ulterior por todos los temas político-históricos en consonancia con la voluntad del General De Gaulle de superar la división derecha/izquierda.
2.- elmunicipio.es.- Pero al final ¿cuál ha sido el elemento desencadenante de su interés por José Antonio?
R.- Arnaud Imatz.- ¡Allá voy! He completado mis estudios superiores en la Universidad de Burdeos entre 1970 y 1975. Mis primeros trabajos universitarios se centraron sobre la Escuela de Salamanca especialmente sobre la obra del dominico Vitoria y del jesuita Suarez. Mi descubrimiento del pensamiento y de la acción política de José Antonio Primo de Rivera fue posterior y totalmente fortuito. Quería hacer un doctorado de Estado de ciencias políticas y no un doctorado de Universidad ya que en aquella época solo el prestigioso doctorado de Estado o sea el mayor grado universitario francés (suprimido posteriormente por ser considerado demasiado elitista) permitía acceder a la cátedra universitaria. Mis maestros me sugirieron el estudio de la situación de la prensa española en vísperas de la muerte de Franco. Por casualidad leí dos obras publicadas por la editorial antifranquista Ruedo Ibérico (París), dirigida por el anarco-marxista José Martinez. Se trataba de Falange: historia del fascismo español del historiador entonces social-demócrata Stanley Payne y de Antifalange del periodista-polemista de extrema izquierda Herbert Southworth. Sendas obras despertaron en mí un interés profundo por José Antonio Primo de Rivera. Ahora bien, he sido siempre un espíritu independiente y además he creído siempre en la necesidad del debate contradictorio en la historia. De Southworth diré que sus constantes insultos y agravios anti-joséantonianos me recordaron las habituales invectivas y amenazas de los marxistas contra De Gaulle. En cuanto a Payne, su libro me pareció muy digno de interés por su contenido fáctico pero superficial en cuanto al estudio y la genealogía de las ideas de José Antonio. Para salir de dudas decidí sumergirme en la lectura de los artículos y discursos del fundador de la Falange Española. Encontré las Obras de José Antonio Primo de Rivera. Edición Cronológica (1970) en una librería parisina situada cerca del actual Centro Nacional de Arte Georges Pompidou. Dicha lectura me abrió nuevos horizontes: el auténtico pensamiento de José Antonio tenía poco que ver con las interpretaciones conocidas por mi hasta aquel momento. Enseguida propuse un nuevo tema de tesis a mi director, un tema que salía de los caminos trillados: “La pensée politique de José Antonio Primo de Rivera” (El pensamiento político de José Antonio Primo de Rivera). Debo decir que la reacción positiva de mi maestro y su interés me impresionaron. En noviembre de 1975, defendí mi tesis ante un tribunal compuesto de cinco catedráticos (politólogos, historiadores y juristas), todos liberales o socialdemócratas “al viejo estilo”. Me dieron unánimemente la mayor graduación summa cum laude demostrando una independencia de espíritu hoy poco común en la universidad francesa. Añadiré una pequeña anécdota: uno de ellos, conocido entonces como “ministrable” de François Mitterrand, me propuso algunos días después ingresar en el partido socialista. Más adelante, ingresé en la organización internacional OCDE (París) donde tuve la oportunidad de trabajar en el gabinete del Secretario General (acabando siendo su secretario particular). Pero volviendo al tema: publiqué versiones actualizadas y completadas de mi tesis doctoral en 1981 y 2000 en París y en 2003 y 2006 en Madrid (la última con prefacio del economista Juan Velarde Fuertes).
3.- elmunicipio.es .-¿Quiénes y por qué odiaban y odian a José Antonio Primo de Rivera? ¿Quiénes y por qué lo amaban y lo aman?
R.- Arnaud Imatz.- Su doble pregunta contiene, me imagino, una referencia indirecta al título de la última edición de mi libro José Antonio: entre odio y amor. Su historia como fue(2006). Creo sinceramente que sobre este tema no hay lugar a dudas. Se puede distinguir entre personas, partidos, movimientos, épocas y lugares, tanto entre los que lo aborrecen como entre los que lo aman, lo admiran y/o lo respetan. Pero esto dicho, los unos y los otros son bien caracterizados y definidos. Se sabe que la figura de José Antonio ha sido manipulada e instrumentalizada por muchos franquistas. Hoy es abominada y vomitada por los autores neoliberales y neo-socialdemocratas y por supuesto por todos los post o paleo-marxistas. La mayoría lo silencia, lo tergiversa y lo caricaturiza. Pero todo lo que pulula, amaña y garabatea no tiene consecuencia histórica. Basta echar un ojeo al amplísimo abanico de opiniones recopiladas por Enrique de Aguinaga y Emilio González Navarro en su Sobre José Antonio (Madrid, 2002, 2ª edición) para hacerse una idea mucho más conforme a la verdad. Salvador de Madariaga, Indalecio Prieto, Gregorio Marañon, Federico García Lorca, Bertrand de Jouvenel, Gustave Thibon o Georges Bernanos, por citar algunos, han rendido homenajes a la honestidad y sinceridad de José Antonio. Los que lo odian suelen ser los ideólogos sectarios y los que no saben nada de él y los que lo admiran o lo respetan son los que se han tomado la molestia de leerlo y de informarse seriamente.
4.- elmunicipio.es .-¿Qué incompatibilidades ve Ud. en los pensamientos de José Antonio Primo Rivera y de Ramiro Ledesma Ramos para que en pocos meses de la unión entre Falange Española y las Juntas de Ofensivas Nacional Sindicalistas, Ramiro Ledesma abandonase Falange Española de las JONS minutos antes de ser expulsado por José Antonio Primo de Rivera (Jefe Nacional de FE de las JONS)?
R.- Arnaud Imatz.- Aquí se suele subrayar las convicciones más revolucionarias de Ramiro Ledesma y la tardía radicalización de José Antonio, posterior a la ruptura. También se suele aludir por un lado al agnosticismo de Ramiro Ledesma, a su mayor impregnación por el fascismo / estatalismo italiano, a su admiración por la Revolución conservadora alemana (que por cierto no es el nazismo) y por otro lado se acostumbra subrayar el catolicismo de José Antonio. Otros insisten en que Ledesma quería hacer la revolución por abajo y José Antonio por arriba. Pero un politólogo de la escuela realista no se puede quedar satisfecho con estos argumentos. Creo que conviene referirse ante todo a la confrontación de dos personalidades, de dos egos. El mundo de la política – independientemente de las épocas, de los lugares y de la calidad intelectual o humana de sus actores (esto dicho sin olvidar el carácter particularmente mediocre, hipócrita y cínico de la clase política de hoy) – es siempre bastante duro por no decir brutal. Se elimina al rival o se es eliminado por él, es así de claro. Se diga lo que se diga, un líder político nunca o es un monaguillo o un bonachón.
5.- elmunicipio.es .- ¿Por favor, díganos, según su opinión, las razones por las que José Antonio Primo de Rivera y su Falange España de las JONS, no es un movimiento fascista, o sí, que coincidencias tienen con el fascismo y que les separa?
R.- Arnaud Imatz.- Esto es para mí el meollo del tema. No he compartido nunca la interpretación de Payne sobre el “fascismo” de José Antonio. Nos conocemos bastante bien y he rendido varias veces homenaje a sus interesantes y rigurosos trabajos sobre la guerra civil española. He contribuido a romper la omerta sufrido por él en Francia durante 45 años (1965-2010) y he tenido el gusto de escribir el prefacio de su obra La guerre d’Espagne. L’histoire face à la confusion mémorielle (2010). Pero discrepo totalmente de su visión bastante convencionalista sobre el llamado fascismo de José Antonio. Payne insiste en las analogías, entre el falangismo joséantoniano y los socialismos nacionales europeos de los años treinta. Agrupa diferentes movimientos bajo el único concepto de fascismo. Para él hay una misma esencia la cual ha adoptado diferencias específicas y secundarias en los diferentes países donde se ha desarrollado. Yo al contrario presto atención sobre todo a las desemejanzas de pensamientos y acciones y distingo en estos movimientos y regímenes fenómenos de esencias diferentes. Además, distingo y opongo cuidadosamente las diferentes dimensiones históricas de la Falange: la Falange originaria de José Antonio (1933), la Falange Española de las J.O.N.S. (1934-1936), la Falange Tradicionalista unificada (1937-1966) o el Movimiento de Franco (1966-1975), la Falange clandestina o antifranquista, nacida tras la condena a muerte del segundo jefe nacional, Manuel Hedilla (1937-1975), y finalmente, las Falanges refundidas tras la muerte del Caudillo en noviembre de 1975.
Los numerosísimos autores que se refieren a la esencia fascista no han superado nunca el obstáculo que representa las diferencias profundas que existen entre los diversos movimientos que ellos consideran como “fascistas”. La dimensión metafísica y religiosa, cristiana o pagana, el respeto o no a la persona humana, el reconocimiento o no del Estado o del Partido como valores supremos, la valoración distinta de los factores biológicos y raciales, el antisemitismo, el antimasonismo, el anticristianismo, la aceptación o el rechazo de la inspiración vitalista o social-darwinista, la fundación hegeliana o clásica del Estado, etc., son muchos los elementos que unen, dividen y separan dichos movimientos, regímenes y hombres. El nacionalsindicalismo joséantoniano no es ni racista ni antisemita. El falangismo joséantoniano no considera al Estado como el único valor fundamental sino al hombre portador de valores eternos, al hombre capaz de salvarse o de perderse. José Antonio afirma la subordinación del Estado a los principios morales y al fin trascendente del hombre, tiene el sentido de la dignidad humana. Como muy bien dice el mayor especialista de la filosofía española francés, Alain Guy, las referencias permanentes al catolicismo más sincero son preponderantes en la obra del fundador de la Falange. Y esto no es poco. En cuanto al propio José Antonio, acabo diciendo sin rodeo: «El fascismo es fundamentalmente falso: quiere sustituir la religión por una idolatría»… y conduce « a la absorción del individuo en la colectividad ». No se puede ser más contundente sobre el tema.
6.- elmunicipio.es.- Durante muchos años la foto de José Antonio Primo de Rivera, junto a la de Ramiro Ledesma Ramos y Onésimo Redondo, proliferó, mostrando a los tres políticos como los fundadores de las organizaciones que finalmente conformaron FE de las JONS. ¿Cree Ud. que esta foto fija con coherencia la realidad del pensamiento político y social de FE de las JONS hasta su desaparición con el decreto de Unificación el 19 de Abril de 1937?
R.- Arnaud Imatz.- Creo que esto fija una actitud política contra la desunión y la disolución de España de enero 1934 a enero 1935. En cuanto a un pensamiento político y social que sería univoco, por supuesto que no.
7.- elmunicipio.es .- Después de esta fecha (19 de Abril de 1937) la foto que inundó propagandísticamente la España “Nacional” de la Guerra y de la posguerra fue la de José Antonio Primo de Rivera y la de Francisco Franco. ¿Qué tenían realmente en común y que les separaba? ¿Se puede afirmar que Franco llevó a cabo hasta sus últimas consecuencias los objetivos socio-políticos que la Falange de José Antonio pretendía? ¿Fue Franco joseantoniano?
R.- Arnaud Imatz.- Excluyendo la coincidencia de sus fechas de muertes 20 de noviembre de 1936 y 20 de noviembre de 1975 las similitudes entre los dos hombres son escasas. Franco era ante todo un militar monárquico (de la rama liberal isabelina) y desde luego no era falangista. El viejo dictador, murió en su cama después de 36 años de poder. José Antonio, joven abogado madrileño elegido jefe de Falange Española, tuvo una acción política brevísima de apenas tres años. Fue una típica víctima de la persecución, del odio y de la violencia frente-populista. Los dos, Franco y José Antonio, querían a su patria, los dos eran católicos practicantes. Los dos ignoraban el miedo y desdeñaban el dinero. Y nada más. Me acordaré siempre de lo que me dijo, en 1985, Ramón Serrano Suñer, único testigo de las dos entrevistas que mantuvieron Franco y José Antonio: “Las relaciones entre ellos eran ni buenas ni malas. Eran dos personas en mundos muy alejados por sus sensibilidades y sus ideologías. Nunca pudo haber una discusión política seria entre ellos. No hubo jamás ni entendimiento ni acuerdo entre los dos”. El testimonio de Serrano me parece aquí muy fiable.
8.-elmunicipio.es.- ¿Por qué, según Ud. no fue posible una Falange que continuase el pensamiento de José Antonio Primo de Rivera? ¿Por qué tan pocos siguieron al sucesor de José Antonio, al segundo Jefe Nacional Manuel Hedilla en los sucesos de Salamanca? ¿Hubo traición a José Antonio y sus ideas, por parte de los falangistas que aceptaron el decreto de Unificación olvidándose del punto 27 que lo contradecía?
R.- Arnaud Imatz.- ¿Cuántos militantes tenía la Falange antes de las elecciones de febrero 1936? Ni siquiera 10.000. ¿Cuántos votos sacaron en las elecciones de febrero? Ni siquiera 50.000. Después de la encarcelación de José Antonio y la de unos 2000 falangistas por la policía del Frente Popular, los jóvenes de los partidos de derechas empezaron a nutrir las filas de la Falange, multiplicando el número de sus afiliados probablemente por cinco ó diez. Una masa con poquísimo conocimiento de la doctrina nacionalsindicalista. Además el 60% de las camisas viejas perecieron en los primeros meses de la guerra civil. Si a esto añadimos que, en 1942, el número de afiliados de la nueva Falange de Franco, la Falange Española Tradicionalista, subió a un pico de casi 1 millón, no creo que esto necesite más explicaciones. Con o sin la honestidad y el valor de Manuel Hedilla y la de unos cuantos camisas viejas minoritarios, la suerte estaba echada. Después fue otra historia: la de la FET de las JONS de Franco. Y basta recordar aquí que de los 119 ministros del Caudillo solo 7 (o como máximo 21 incluyendo a figuras de un falangismo muy descafeinado) fueron falangistas. Eran “posibilistas”, “reformistas” o “colaboracionistas” que ocuparon casi exclusivamente carteras ministeriales de carácter técnico o social, jamás ministerios fundamentales.
9.- elmunicipio.es.- ¿Fue la Falange Española de José Antonio un movimiento nacional católico? ¿Cómo influye la Religión Católica en el pensamiento de José Antonio y en la organización que lidera? ¿Pretendía José Antonio someter al Estado a la Iglesia Católica o está a aquel?
R.- Arnaud Imatz.- Que yo sepa en el punto 8 de los Puntos iniciales se lee: “La interpretación católica de la vida es, en primer lugar, la verdadera; pero además, históricamente, la española […] Así, pues, toda reconstrucción de España ha de tener un sentido católico […] Quiere decir que el Estado nuevo se inspirará en el espíritu religioso católico tradicional en España y concordará con la Iglesia las consideraciones y el amparo que le son debidos”. Y en el Punto 25 de los Puntos Programáticos se repite: “Nuestro movimiento incorpora el sentido católico – de gloriosa tradición y predominante en España – a la reconstrucción nacional. La Iglesia y el Estado concordarán sus facultades respectivas, sin que se admita intromisión o actividad alguna que menoscabe la dignidad del Estado o la integridad nacional”. Creo que no se puede ser más claro. En la relación Estado – Iglesia, José Antonio no quería ni la separación anticatólica al estilo laicista-sectario ni la mera distinción del Estado Monárquico Tradicional propugnada por los carlistas.
10.-elmunicipio.es.- Hay términos confusos desde el pensamiento joseantoniano. Ud. que sin ser español (legal) ha estudiado profundamente a José Antonio Primo de Rivera nos ayudará a despejar estas dudas. Le proponemos una serie de términos para que a la luz de José Antonio nos diga que significado tienen en su pensamiento: España, Estado, Totalitario, Democracia, Revolución, Hombre, Trabajo, Capital, Sindicato, Familia, Municipio, Patria, Nacionalista, Libertad, Violencia, Espiritual.
R.-Arnaud Imatz.- No creo que sean términos confusos en la mente de joséantonio. Sin embargo, los han venido a ser debido a la logomaquia que impera hoy. Como bien dice no soy español y tampoco soy falangista. Lo que puedo hacer es dar las respuestas de un historiador de las ideas que se esfuerza en ser riguroso e imparcial. Para contestar seriamente se necesitaría un libro entero. Cada uno de estos conceptos merecería un comentario y una crítica detallada. Pero contestaré sobre la marcha asumiendo el riesgo de ser muy incompleto.
España: es la nación que ha cumplido uno de los tres o cuatro destinos trascendentales que caracterizan la historia del mundo.
Estado: es un instrumento al servicio de la patria; un instrumento histórico de ejecución del destino de un pueblo.
Totalitario: es un Estado al servicio de todos, integrador de todos, opuesto al panteísmo estatal, al Estado divinizado, represivo y policial.
Democracia: es el poder fundado en el consentimiento del pueblo, el punto de mira de la ciencia política por encima de toda moda.
Revolución: es la tarea de una minoría al servicio de lo nacional y lo social cuando las instituciones, los gustos, las ideas han llegado a la esterilidad, cuando se produce la degeneración histórica.
Hombre: es la base fundamental sobre la cual se debe construir el orden nuevo.
Trabajo: es un deber; es el mejor título de la dignidad civil.
Capital: es un instrumento de servicio de la producción; es un instrumento económico que debe ponerse al servicio de la totalidad del pueblo y no del bienestar personal de nadie.
Sindicato: es la unidad de existencia profesional depositaria de la autoridad económica que se necesita para cada una de las ramas de la producción; es la comunidad orgánica de productores a quien se debe atribuir la plusvalía de la producción; es también un titular de la propiedad que coexiste con la propiedad municipal, familiar e individual.
Familia: es la célula social indestructible, desnutrida por el sistema liberal-capitalista.
Municipio: es otra unidad de convivencia que se debe restaurar en su riqueza comunal y en su tradición.
Patria: es una síntesis trascendente, una unidad en que se integran todos los individuos y todas las clases; en otras palabras, es una unidad de destino en lo universal.
Nacionalista: es querer implantar los resortes espirituales más hondos sobre una mera circunstancia física, siendo el nacionalismo el individualismo de los pueblos.
Libertad: es un valor tan intangible como la dignidad humana y la integridad del hombre.
Violencia: es la última ratio impuesta por el adversario; el último argumento para defender la justicia y la patria cuando se han agotado todos los demás medios.
Espiritual: es el resorte decisivo en la vida de los hombres y de los pueblos.
elmunicipio.es agradece a Arnaud Imatz su colaboración. Nos congratula comprobar el grandisimo conocimiento que muestra sobre España y particularmente sobre la figura de José Antonio Primo de Rivera y su Falange Española. Arnaud Imatz es, para nosotros, un español más, que le duele España como a los mejores españoles. Pronto publicaremos la segunda parte de esta entrevista que estamos seguros será del máximo interés para nuestros lectores.
Lea Dscurso a las Juventudes de España donde Ledesma condena los asesinatos Hitleristas de 1934 . Lea tambien Fascismo en España del mismo autor donde deja el fascismo para Primo y su Falange y muestra su preferencia por las camisas rojas de Garibaldi sobre las negras deMússolini.