En plena resaca de la Fiesta Nacional y de la recepción en el Palacio Real no se habla de otra cosa que de las marejadas internas del PSOE que, lejos de amainar o interrumpirse con motivo de la jornada festiva, no hicieron más que agravarse y escenificarse públicamente.
Esdiario / Si sonada fue la enganchada entre la pedrista Francina Armengol y el presidente de la Gestora del PSOE, Javier Fernández, y Susana Díaz aprovechó para «despellejar» a Pedro Sánchez en los corrillos este jueves todavía coleaban en las redes unas declaraciones del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que reabrieron viejas heridas en el seno del socialismo.
Y es que este jueves muchos internautas se preguntaban qué quiso decir Page y hacían comentarios maliciosos sobre qué se puede esperar de los enemigos políticos del PSOE si los mismos aliados lanzan este tipo de amenazas.
Todo a raíz de una misteriosas declaraciones del presidente de Castilla-La Mancha, en las que se mostró convencido de que no habrá terceras elecciones, pero al mismo tiempo reconoció que el PSOE ha pasado por una operación de trasplante y «todavía sigue en la camilla con riesgo de hemorragia».
Concretamente, han levantado ampollas sus palabras señalando que el partido necesita un líder que lo recomponga, que concite consensos, no rupturas y vaticinando «informaciones peligrosas de trascendencia» sobre Pedro Sánchez. Ya que estaba García-Page volvió a deslizar la idea de que Sánchez había llegado a un acuerdo con los independentistas para gobernar.