El siempre polémico comunista Willy Toledo llama “borrachos y prepotentes” a los guardias civiles agredidos en Alsasua; La Guardia Civil contesta irónicamente: “No les condena por golpear con la cara en los nudillos, pies y rodillas de unos pacíficos ciudadanos”. —“Nos rodearon y nos metieron una brutal paliza”: los guardias civiles cuentan como fueron agredidos en Alsasua—
Willy Toledo ha vuelto a plasmar su educación, respeto y tolerancia de la que tanto presume en las redes sociales. Toledo, al que se le conoce más últimamente por sus declaraciones polémicas que por su trabajo como actor ha aprovechado la agresión a los dos agentes de de la Guardia Civil junto a sus parejas a la salida de un bar de Alsasua, para llamarles ‘borrachos’ y ‘prepotentes’ a través de Twitter.
«…Yo también condeno a los dos agentes de la benemérita borrachos y prepotentes que amenazaron de muerte a la clientela de un bar en #Alsasua…» —La brutal carga de Willy Toledo contra el 12 de Octubre, la Monarquía y la Virgen del Pilar—
«Yo también condeno a los dos agentes de la benemérita borrachos y prepotentes que amenazaron de muerte a la clientela de un bar en #Alsasua…», escribía el radical comunista Willy Toledo. Ante esta publicación, la Guardia Civil conestestaba de forma brillante y contundente a través de su perfil oficial de dicha red social: ‘Sr @willytoledo1:
«…Al menos usted no les condena por golpear con la cara en los nudillos, pies y rodillas de unos pacíficos ciudadanos…» —El actor, Willy Toledo, se enfrenta a Podemos—
Los hechos ocurrieron el pasado viernes cuando dos guardias civiles fueron golpeados violentamente por cincuenta radicales de extrema izquierda al que muchos medios de comunicación asocian con las juventudes de ETA. Los golpes recibidos fueron de tal brutalidad que las cuatro personas agredidas tuvieron que ser trasladadas a los centros hospitalarios de Pamplona.
Los dos jóvenes detenidos por la agresión a los dos guardias civiles en Alsasua (Navarra) han quedado en libertad con cargos de lesiones y atentado a la autoridad, tras prestar declaración ante el juez por unos hechos que han merecido la repulsa, aunque no haya sido unánime, del Parlamento foral.