Entonces, ¿qué es lo que tienen exactamente en común estas personas?
1 – En primer lugar, aseguran los especialistas, está la cuestión de los objetivos distorsionados. Hablando sobre estos, según la psicóloga Dafne Cataluña, hay que pensar si «son realmente nuestros, ¿o están motivados por nuestra necesidad de aprobación de los demás?». Lo segundo lleva a la frustración, explica la experta.
2 – Además, las personas infelices «tienden a hacer una atribución interna de incapacidad y una atribución externa de mala suerte», señalan los expertos. Eso significa que, por un lado, piensan que son incapaces de hacer algo, pero cuando les sale mal tienden a culpar a la mala suerte.
3 – «No se permiten reflexionar sobre los estados mentales propios ni reconocer las emociones que surgen», comenta por su parte el psicoterapeuta Antonio Semerari.
4 – Otro rasgo común para las personas que son más infelices es la lamentación. «La queja es el centro de su vida. Lo ven todo como una profecía autocumplida», afirma Ramón Oria de Rueda.
5 – Asimismo, las personas infelices «sienten envidia y dificultad para admirar al otro», mientras que «el egoísmo es la base de su personalidad», observa el psicoterapeuta. «La gente negativa es egoísta: habla de sus problemas, de sus dificultades, de sí misma y de su mala fortuna, y esa misma forma de pensar hace que se cumplan sus expectativas». Y «aunque encuentren a quien cargue con su desgracia, los egoístas son más enfermizos, más pobres y están más solos».
6 – Por último, de acuerdo con los expertos citados por ‘El País’, la gente infeliz posee «un pensamiento distorsionado y lleno de ideas falaces», cosas como «me lo merezco», «tengo que caer bien», o «si valgo, he de conseguir lo que me proponga». Se trata de «etiquetas mentales poco realistas».