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Palabras de Norberto Pico en el 29 de octubre

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Por Norberto Pico Sanabria

El Aniversario del acto fundacional de Falange Española nos da la oportunidad de lanzar una mirada sobre nosotros mismos y evaluar, con ánimo crítico, el momento que vive nuestro movimiento político.

En una España amenazada de muerte por la acción del secesionismo y la complicidad de los sucesivos gobiernos. Con la soberanía nacional entregada a las estructuras políticas, económicas y militares del Nuevo Orden Mundial y diluida en 17 autonomías. En una sociedad desarraigada por la demolición de sus referentes morales tradicionales. Con unas masas precarizadas y que sienten en riesgo los derechos sociales de los que, pese a los recortes, aún disfrutan. Ante el descrédito de los partidos del Régimen del 78… es el momento de Falange Española.

El mensaje regenerador del nacional-sindicalismo, la fortaleza de sus convicciones morales, la fe en la continuidad de España como nación y su firme defensa de los derechos sociales de los españoles hacen de nuestro movimiento el antídoto perfecto al desquiciamiento generalizado del régimen político que padecemos.

Pero es evidente que no hemos dado aún con la clave para hacer de Falange Española la alternativa política que el pueblo español busca y que tanta falta hace para que comience la reconstrucción nacional.

Gracias al esfuerzo intelectual de muchos falangistas en los últimos años, a la sintonía original compuesta por nuestros fundadores le acompaña hoy una letra actualizada, en un lenguaje comprensible por los españoles del Siglo XXI y conforme a las categorías políticas de nuestro tiempo. Pero nos falla el altavoz.

Nuestra organización –nuestras organizaciones- son estructuras claramente insuficientes para afrontar el ambicioso reto de transformar España. Carecemos de los recursos económicos y humanos mínimos necesarios para sostener un movimiento político que pretenda ser alternativa. No es un lamento, es una crítica. Porque si no disponemos de dichos recursos es porque hemos sido incapaces de presentar un proyecto que ilusione al suficiente número de españoles como para dotarnos de los mínimos recursos necesarios.

Tampoco hemos sido capaces de resolver el problema político que supone la existencia de diversos grupos de denominación, simbología y propuestas prácticamente idénticas, aunque puedan diferir en sus estrategias o el modo en el que cada uno pretenda ganar adhesiones.

Conscientes de ello, desde Falange Española de las JONS venimos trabajando hace años en la coordinación de las distintas propuestas falangistas. En algunos casos con un éxito evidente, como lo ha sido la incorporación a FEJONS desde 2004 de Falange Española Independiente, Falange 2000, Falanges Gallegas o la Mesa Nacional Falangista. En otros casos, en cambio, hemos fracasado.

Hoy mismo deberíamos conmemora el aniversario del Acto de La Comedia junto a la Hermandad Nacional de la Vieja Guardia y La Falange, tal y como habíamos previsto. Pero no va a poder ser.

En octubre de 2013 FEJONS convocó un acto con motivo del 80 Aniversario e invitó al mismo a todas las organizaciones falangistas. En Febrero de 2014 pudo celebrarse del mismo modo un acto conjunto en memoria de Matías Montero. Yo mismo he asistido los dos últimos años al acto en homenaje a los caídos en el Cuartel de la Montaña. También a la conmemoración conjunta del 29 de octubre pasado. Del mismo modo, se preparaba la conmemoración de este año y, también a propuesta de FEJONS, un homenaje unitario a José Antonio coincidiendo con el 80 aniversario de su muerte.

Todos estos actos debían ser –esa era mi idea- el preámbulo a una fructífera colaboración política. Por eso el pasado mes de septiembre presenté a la Asamblea General de FEJONS una propuesta para iniciar los contactos necesarios para concurrir junto a otros grupos a las Elecciones Europeas de 2019 en una candidatura falangista de integración.

Pese a la oposición de una parte importante de la Asamblea que desconfiaba de los vaivenes y las alianzas políticas en los últimos años de alguno de los grupos falangistas a los que se propondría la coalición, la propuesta salió finalmente adelante.

Ahora este proceso de convergencia se ha paralizado a raíz de un suceso tan lamentable como ha sido la agresión por parte de un destacado miembro de La Falange a un Consejero Nacional de FEJONS a la conclusión de un acto en la Hermandad Nacional de la Vieja Guardia. Una agresión para la que no hay justificación posible, puesto que cualquier disputa entre militantes falangistas de distintas organizaciones o entre las propias organizaciones debe solucionarse siempre de manera pacífica y dialogada, aprovechando para ello los cauces de comunicación existentes y la relación cordial que mantienen los actuales dirigentes de FEJONS y La Falange.

Sin posibilidad ya de dar marcha atrás en lo sucedido, hubiésemos agradecido al menos una actitud de repulsa de la agresión por parte de La Falange y que, del mismo modo, hubiesen tomado medidas disciplinarias contra el agresor. Así hubiese sido si el agresor fuese militante de FEJONS. Pero no ha sido así por el momento. Una lástima porque estábamos en un momento muy interesante, acercando posturas, realizando actividades conjuntas y con la vista puesta en una posible candidatura conjunta. Todo eso habrá de retrasare, una vez más. No será porque no lo hayamos intentado. Lo seguiremos haciendo en el futuro.

No es momento sin embargo de lamentarse. Sino de seguir trabajando. Las posibilidades políticas del nacionalsindicalismo como fuerza de oposición al Régimen del 78 están aún por explotar. Somos muchos los que aún confiamos en la fuerza del mensaje que comenzó a difundirse hoy hace 83 años.

Pero no basta con creerlo, hay que afirmarlo con el compromiso. Me permito apelar a la responsabilidad de quienes se consideran falangistas y reclamar su colaboración activa. España necesita a la Falange y Falange os necesita a vosotros. Con vuestra ayuda podemos cambiar el destino de nuestra nación. Es hora de comprometerse. Adelante. ¡Arriba España!

Artículo de Norberto Pico Jefe Nacional de la actual Falange Española de las JONS

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3 COMENTARIOS

  1. Los párrafos de Norberto están llenos de sinceridad y el esfuerzo que puso sobre la mesa en la última Asamblea de Militantes es un rasgo más que positivo.

    Sin embargo, la «unidad falangista» es, propiamente, una cuestión doméstica que tenía que haber sido solventada hace años, por no decir décadas. Ciertamente, quien no quiera estar en la «casa común» va a encontrar argumentos para la discrepancia y, hasta si se me apura, para la hostilidad. Yo he sido un disidente y, hasta cierto punto, también lo soy ahora; pero, eso sí, sé cuáles son las coordenadas de la actuación política y, desde luego, siempre que he podido, he evitado «hacer el indio». O en FE de las JONS o mejor no perder el tiempo.

    Dicho esto, pienso que este no es momento de «unidad de los falangistas», sino la unidad en un Bloque Nacional y Social, Frente Nacional o como puñetas se llame. Huracán que, con toda seguridad, se llevaría por delante siglas, capillitas y actitudes refractarias de todo tipo.
    Me consta que en España hay gente muy preparada y políticamente responsable que se sumaría a una iniciativa de semejante calibre. Y estoy absolutamente convencido de que si FE de las JONS pusiera su empeño en esta aventura (arriesgada, que nadie se engañe) ese Bloque o Frente tendría un marchamo inequívocamente nacional-sindicalista.

    Sé del grosor del alambre por el que camina Norberto en determinadas situaciones. Sé de su capacidad de análisis y su valía para tomar decisiones en un determinado marco estatutario. Pero este momento inquietante no es para «unidades falangistas» (que prácticamente a nadie interesa, salvo a los propios falangistas) sino de políticas «frentistas», de políticas de más amplio calado.
    Si no lo hacemos así, con «unidad falangista» o sin ella, correremos el riesgo de no salir de ese odioso bucle que algunos llamamos «día de la marmota». O algo aún peor y más peligroso que el insoportable «día de la marmota»: la posibilidad de que cualquier imbécil «con carisma» y mucho dinero se ponga manos a la obra para «liderar» la alternativa.

    Comprendo las dificultades que una iniciativa de este tipo entrañan. Pero es que la situación moral, social, política y económica de España va a empeorar sí o sí, pese a lo que los aparatajes mediáticos del Sistema puedan llegar a propalar. El Régimen de 1978 no sólo no funciona, sino que muestra ya grietas descomunales. Y esta calamidad la paga «pocarropa»; esto es, los trabajadores y las clases más desfavorecidas del país.

    ¿Unidad falangista? Desde luego, me apunto, no seré yo el que ponga un solo pero… Pero ese paso, Norberto, es a todas luces milimétrico. Los españoles que nos observan y que pulsan el panorama continental, están esperando mayores y mejores cosas de los falangistas.

  2. «El Régimen de 1978 no sólo no funciona, sino que muestra ya grietas descomunales». Totalmente de acuerdo: no hay más que ver el patinazo de la manifestación-palmera de «Rodea el congreso»; un sábado, capital de España, y solo acuden cuatro mil personas, y a las nueve, a casa, a ver el «Sálvame» o La Sexta noche

    Cuando Izquierda Unida se fundó en 1986, lo formaban el PCE, PSUC, PASOC, Izquierda Republicana, Federación Progresista, el Partido Humanista, el Partido Carlista, el PCPE y una agrupación de independientes, entre otras asociaciones y colectivos. No hicieron un nuevo partido, hicieron una coalición de partidos.

    No creo en la «unidad» de todos los patriotas, pero sí creo en la unidad de algunos patriotas. Por cierto, la Izquierda Unida de Gerardo Iglesias sacó en pocos meses un millón de votos

  3. No es posible la Unidad porque ninguno de los partidos denominados Falange o Falangista practica la democracia sindical directa en funcionamiento interno sobre todo en el apartado de renovación de cargos. Esta democracia sindical directa de abajo arriba característica del Nacional-Sindicalismo y que la versión falangista siempre ha olvidado desde 1935. Como os va a seguir la moyoria del pueblo de esa guisa.

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