Los terrorista del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés, y Daesh, en árabe) realizaron una bestial ceremonia de crucifixión en un pequeño pueblo cercano a Aleppo, Siria. La víctima de semejante acto fue un niño cristiano de 12 años de edad a quien antes le habían cortado la punta de sus dedos delante de su padre, un ministro cristiano, según han informado desde el diario Estado de Israel y que además ha publicado el portal Total Viral. —Al Qaida siembra el terror en Siria crucificando a personas en público—
La intención de los musulmanes es que el resto de la población de la aldea se convierta al islam. Para eso eligieron como víctima al hijo de un líder de la iglesia que tiene a su cargo nueve capillas.
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”Delante del líder y de parientes en la multitud, los extremistas islámicos cortaron la punta de los dedos del niño y lo golpearon severamente, diciéndole al padre que pararían con las torturas sólo si él se convertía al islam”, señaló la organización Christian Aid Mission.
Cuando el hombre se negó a la reconversión, tanto él como otros tres misioneros fueron también torturados y golpeados. Luego, murieron en la cruz, como el menor. Fueron dejados en sus cruces durante dos días y nadie se atrevía siquiera a removerlos de allí. El hecho ocurrió en el mes de agosto de este año 2016, pero trascendió hoy luego de que el organismo cristiano emitiera un comunicado. El nombre de la aldea no fue revelado por temor a que los terroristas adopten nuevas medidas contra los pocos cristianos que allí sobreviven. —Islamistas asesinan y violan a una mujer en presencia de su marido e hijos—
Por otro lado, la tortura contra esta minoría no terminó ese día: 48 horas después, dos mujeres que pertenecían a la misión fueron llevadas a una plaza pública e interrogadas acerca de su conversión al islam. Las misioneras se negaron a cambiar su religión y fueron violadas en frente de todos los presentes. Tenían 29 y 33 años de edad y luego fueron decapitadas. —Brutal vídeo de la violación y asesinato de una mujer a manos de cuatro musulmanes—
El director de la congregación señaló que además de las dos mujeres otros seis hombres fueron víctimas de los radicales islámicos.
“Todos murieron rezándole a Jesús o a Dios”, manifestó. “Una de las mujeres miró hacia arriba y sonriendo dijo ‘Jesús’” antes de ser decapitada, contó el ministro de la iglesia, cuyo nombre no trascendió.
Cientos de ex musulmanes están en peligro en las aldeas sirias por la presencia de los terroristas del Estado Islámico, quienes aplican la más estricta sharia cada vez que conquistan un lugar. Según la ley islámica, la apostasía es penada con la muerte y la no obediencia al califato también es castigada brutalmente, no importa si la víctima fuera musulmana o cristiana.