Es el sectarismo hecho carne y en el caso de la alcaldesa independentista y de extrema izquierda de la ciudad de Barcelona además de manera más que evidente.
Periodista Digital / Ada Colau le acaba de pegar, metafóricamente, un tiro en la nuca a las víctimas de la banda terrorista ETA al negar de manera totalmente caprichosa la cesión de un local municipal para montar una exposición que simplemente pretendía rendir un sentido homenaje a las víctimas del atentado terrorista de ETA en el Hipercor de la ciudad de Barcelona y que tuvo lugar el 19 de junio del pasado año 1987.
Según recoge el periódico de Eduardo Inda -Okdiario-, el presidente de la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (ACVOT), José Vargas, planteó esta petición tanto a Ada Colau como a su número 2, Gerardo Pisarello –el argentino que arrancó la bandera de España-, al coincidir con ellos en dos actos oficiales. Según Vargas:
«…En ambos casos, me pidieron que planteara la propuesta a su jefe de gabinete, que ni siquiera ha contestado a nuestros correos electrónicos…»
Parece ser que a Ada Colau debe darle alergia toparse con una muestra de fotografías, vídeos y reseñas para recordar a las 21 personas asesinadas por los terroristas de ETA en la misma ciudad en la que ella reparte discrecionalmente un intolerable sectarismo municipal.
Y la elección del local no era casual, se trata de la antigua fábrica Fabra i Coats, un nmueble del distrito de Sant Andreu, próximo al lugar en el que se produjo el atentado.
Lo curioso es que en enero de este año 2017, el Ayuntamiento de la ciudad de Barcelona puso todo tipo de facilidades para que el etarra Arnaldo Otegui pronunciara una conferencia en el Ateneo de Barcelona para hablar sobre la «vía vasca» y así ilustrar a los separatistas catalanes a la hora de romper con España.
Por supuesto, Ada Colau, encantada con la presencia del personaje en su ciudad, el mismo que perteneció a esa banda terrorista ETA que segó la vida de 21 personas en Barcelona.
