Marine Le Pen, candidata del Frente Nacional, podría llegar a la presidencia de Francia el próximo mes de mayo de este año 2017. Con un discurso patriótico, la francesa ha logrado ubicarse entre la más valorada encabeza en los sondeos de las presidenciales en Francia.
En una entrevista que publica este miércoles 22 de marzo de 2017 la revista Vanity Fair, la candidata se reafirma en su promesa de acabar con el euro en Francia y restablecer las fronteras del país y, aunque marca distancia con partidos como la formación de extrema izquierda Podemos, justifica su auge porque «no hay alternativas» y a la diabolización del patriotismo a causa de la dictadura.
«…Voy a restablecer las fronteras en Francia. Será mi mensaje al mundo. Si gano, será el fin del euro y seremos más fuertes, porque nuestra moneda reflejará el estado de nuestra economía…», ha asegurado a Vanity Fair.
Para cumplir con esto, Marine Le Pen tiene un plan trazado: prevé utilizar agentes de aduanas en los controles fronterizos, inspeccionar los trenes que transiten hacia el país, solicitar visados y, finalmente, reconstruir Europa. Incluso prevé que otros países, como España, sigan sus pasos:
«…¡Hasta Mariano Rajoy se unirá si entiende los intereses de su país! ¡Todos comprenderán que se puede acabar con ese sistema mortífero!…», asegura en las páginas de la revista.
Sobre el presidente español -Mariano Rajoy- también afirma que el hecho de que «un hombre como Rajoy luche contra mí es una excelente noticia, porque él representa el pasado». A principios de año, Rajoy tildó de «catástrofe» que ella pudiera vencer en las presidenciales. En opinión de Marine Le Pen, «todos los partidos políticos que defienden la ideología europeísta deben tener miedo de que gane». Estos partidos representan, según Le Pen, «al pasado, un mundo que está desmoronándose». «Se aferran a él todo lo que pueden, pero acabarán siendo barridos junto con lo que representan», asevera.
La presidenta del Frente Nacional, que llegó a entusiasmarse con el surgimiento de Syriza en Grecia y de Podemos, matiza ahora sus palabras. «…No simpatizo con Podemos. Podemos está inmerso en la única batalla que merece la pena: la batalla contra las políticas impuestas por la Unión Europea. Pero Podemos sólo existe por falta de alternativas, porque no hay un Frente Nacional en España. Su éxito es un éxito por sustitución…», explica.
Marine Le Pen explica que el auge de partidos como Podemos se debe a que «es más difícil que surjan partidos patriotas en países que tienen un pasado de totalitarismo, como España o Grecia». En ellos, «la diabolización del patriotismo es más intensa y eficaz y la extrema izquierda ocupa su lugar para representar la ira del pueblo», defiende.
La candidata se define como «laica», algo que en el debate francés se entendería como desconfiar del islám. “He sido una de las primeras personas en defender la laicidad enfrentándome a los católicos tradicionalistas de partido, ¡y me han tachado de izquierdista!”, afirma. Marine Le Pen aboga por prohibir los signos religiosos manifiestos en la calle, y tiene su punto de mira en el hiyab musulmán. “¡Bastaría con que los musulmanes renunciaran al velo! ¡A diferencia de lo que se dice de mí, yo no estoy en contra de los musulmanes!”, asegura.
LA RUPTURA CON SU PADRE
Para hablar de su padre, Jean Marie Le Pen, líder y fundador del Frente Nacional, no utiliza metáforas. Afirma que en el año 2015 se liberó, rompió con él y le expulsó del movimiento que había fundado. «Debía romper con él, se había vuelto tóxico», declaró entonces.
Le Pen es una de las candidatas perseguida en tribunales, el otro es Fillon con el escándalo de los presuntos empleos ficticios a sus familiares. Se le acusa de haber pagado de forma indebida a su asistente con fondos del Parlamento europeo. La líder del Frente Nacional se ha negado a comparecer ante la Justicia gala y califica el asunto como «instrumentalización política».
Tras el primer debate presidencial televisado, las encuestas dan un 27% en intención de voto a Le Pen, seguida de cerca por el liberal Emmanuel Macron (24%) y situando al conservador François Fillon en una rezagada tercera posición (18%), según los datos de Europe Elects. Un sondeo de Ifop Fiducial publicado por Reuters da unas cifras similares: 26%, 25,5% y 17,5%, para los tres candidatos, respectivamente.