Por Carlos León Roch para elmunicipio.es
«La alegría del 14 de abril» fue sentida y participada por la mayoría de los españoles, hastiados de una monarquía vacía como una cáscara de nueces y que no fue defendida ni por un «piquete de alabarderos…
Muchos de nosotros, ahora, en el siglo XXI seguimos añorando un sistema político gobernado por méritos biográficos, y no genealógicos. Pero sin odios ni revanchas, manteniendo la unidad y lo permanente. A muchos de nosotros nos gustaría una república con la bandera de todos, con la bandera «roja y gualda».
Como la que le gustaba a José Antonio:
«El pueblo español necesita su revolución y creyó que la había conseguido el 14 de abril de 1931; creyó que la había conseguido porque le pareció que esa fecha le prometía sus dos grandes cosas, largamente anheladas: primero, la devolución de un espíritu nacional colectivo; después, la implantación de una base material, humana, de convivencia entre los españoles.»
– José Antonio, 19 de mayo de 1935.