Son las seis y media de la tarde del día después de la tragedia que mantiene conmocionada a Almería. Este lunes, cuando comenzaba a caer la noche, dos chicas menores de edad y un adulto fallecieron por el fuego provocado por un chico de 17 años en la cueva a la que solían acudir a pasar el rato.
El Español / 24 horas después, agentes de la Policía científica continúan trabajando sobre el terreno. Siguen tratando de obtener indicios y pruebas que expliquen lo que sucedió el día anterior entre las paredes de una gruta a las afueras de Almería, donde decenas de chicos van a fumar porros, beber alcohol o, simplemente, charlar con sus amigos.
Una quincena de chavales observan desde unos 40 metros de distancia cómo trabajan los agentes. Los policías peinan una zona de monte donde se amontonan maderas comidas por las llamas y chapas metálicas carbonizadas. Con el caso bajo secreto de sumario, son los adolescentes los que cuentan a EL ESPAÑOL quiénes eran los tres fallecidos.
NAIMA, CINTIA Y ALEJANDRO
Se llamaban Naima, Cintia y Alejandro. Cuentan que murieron abrazados. Los tres chicos, de 12, 14 y 21 años respectivamente, son los tres jóvenes fallecidos en la tarde de este lunes por el incendio provocado por otro menor, Zacarías, en una cueva situada en una zona conocida como La Molineta, en el barrio almeriense de Los Ángeles.
El sirio, como apodaban a Alejandro, era novio de Cintia desde hace un par de meses. Cuando vio que las llamas y el humo se habían extendido por aquella gruta, se abrazó a las dos niñas hasta fallecer.
La Policía encontró juntos los tres cadáveres después de que los Bomberos extinguieran el fuego originado por Zacarías, de 17 años y quien, según los chicos y chicas que merodean el lugar del suceso, es originario de Marruecos. Aunque en un principio los agentes detuvieron a otros dos chavales también marroquíes, este menor es el único que permanece arrestado. Comparecerá ante la Fiscalía de Menores este miércoles.
Eran poco más de las ocho de la tarde del lunes. El sol comenzaba a caer sobre una zona de monte a las afueras de Almería. Dentro de la cueva, donde antaño vivieron un gitano vagabundo y un menor que se había escapado de un reformatorio, estaban Naima, Cintia y Alejandro.
Naima había acompañado a su amiga hasta allí para que pudiera verse con su novio. Según varios menores que este martes merodean por la zona donde se produjo el incendio mortal, a la cueva llegaron tres menores de origen marroquí a los que conocía Alejandro, de padre también nacido en Marruecos y de madre española. Uno de ellos era Zacarías. “Incluso eran amigos”, cuenta un joven.
LA DISCUSIÓN
De repente, se produjo una discusión entre Alejandro y aquellos tres menores. Varios chicos coinciden en que pudo deberse a una deuda por tres euros de porros. Otros chavales aseguran que la disputa se produjo porque El Sirio les negó la entrada a Zacarías y sus dos amigos.
Zacarías, coinciden todos los chicos con los que el periodista habla, se molestó “mucho” por lo que hizo su amigo Alejandro y originó un fuego en una de las dos puertas que tenía la cueva. Ambas eran de madera. En la primera de ellas, el menor detenido habría colocado un colchón y un sofá, y habría usado cinta americana para evitar que salieran. “Dicen que quiso gastarles una broma. Pero se le fue de las manos. Eso se hace queriendo. Para reírse de alguien no hace falta provocar un incendio”, comenta una chica de 15 años que conocía a los tres fallecidos.
Tras taponar la puerta, Zacarías prendió fuego al colchón y al sofá que había encontrado en el pequeño monte en el que está la cueva. Al instante, el humo se propagó por la cueva y las llamas devoraron su interior, donde había otro colchón y pequeños muebles de madera. Cuando llegaron las ambulancias, los Bomberos y los efectivos de la Policía Nacional, nada se pudo hacer por la vida de los tres chicos.
UN SUPERVIVIENTE
Aunque las dos chicas y el adulto intentaron salir, el fuego les quitó la vida. Varios de los menores con los que habla el reportero explican que una cuarta persona podría haber estado dentro de la cueva, pero habría logrado salir, aunque se desconoce si es así porque el caso está bajo secreto de sumario.
Cintia, de 14 años, estudiaba la Educación Secundaria Obligatoria en el Instituto La Safa de Almería. Naima, dos años más joven que su amiga, cursaba primero de la ESO en el Instituto Al Ándalus. Alejandro, el único adulto de los tres fallecidos, dejó los estudios hace unos años. Últimamente había trabajado en diversos bares como camarero.
Cuando Zacarías y sus dos amigos fueron detenidos, contaron a la Policía Nacional que intentaron apagar el incendio para que los tres jóvenes salieran, pero no pudieron hacerlo. Tras prestar declaración, sólo Zacarías continúa detenido. Se le podría imputar un triple homicidio imprudente.
“Estaban comenzando a vivir”, dice una chavala de unos 15 años que nos facilita varias imágenes de los fallecidos y del autor del incendio. “Ninguno era mal chico. Venían aquí a fumarse sus cigarros y pasar la tarde tranquilos. Todo el mundo conoce la cueva de La Molineta. Molaba porque parecía una casa, con su colchón y cuatro mueblecitos. Ya nunca volveremos a venir aquí. El recuerdo de Naima, Cintia y Alejandro nos lo impedirá”.