La violencia en torno al flujo de recién llegados continúa en Alemania. Un nuevo caso ha escandalizado a la sociedad. Un refugiado asaltó a un niña en un parque berlinés y la convenció para acompañarle a un solar anexo al centro de acogida donde se encontraba alojado. Allí abusó en repetidas ocasiones sexualmente de la menor hasta que decidió abandonarla.
La Gaceta / El padre, que se encontraba a cargo de la pequeña, no pudo hacer nada para evitarlo y los agentes de policía tampoco llegaron a tiempo para evitar la agresión.
Ante la inoperancia de las autoridades, el hombre decidió tomarse la justicia por su mano. Cuando el refugiado era conducido a comisaría, el padre se abalanzó sobre el coche policial armado con un cuchillo al grito de “pagarás por lo que has hecho”.
Los agentes, que no advirtieron al hombre en ningún momento acerca de sus intenciones, dispararon con “el fin de evitar males mayores”. Finalmente, el padre de la pequeña murió horas después en el hospital a causa de las heridas sufridas.
El solicitantes de asilo paquistaní, de 27 años, fue detenido y ha pasado a disposición de la Fiscalía, que ha abierto sumario contra él por presuntos delitos sexuales.
La niña y su madre se encuentran bajo cuidados especiales tras la conmoción causada tanto por la agresión sexual de la que fue fue víctima la menor, como por la muerte del padre.
Las autoridades están investigando los hechos y por el momento no está claro cuántos agentes dispararon contra el hombre. El pasado año, diez personas murieron por disparos de la policía. Una cifra que continúa aumentado y que está muy lejos de los objetivos propuestos para 2016. Desde el sindicato de la policía se ha criticado ya que no se haya equipado convenientemente a los agentes para intervenir con pistolas eléctricas, lo que en este caso habría evitado la muerte.
Desgraciadamente, no es la primera vez que los refugiados se ven envueltos en este tipo de sucesos. Durante la noche de Año Nuevo en Colonia, cientos de recién llegados abusaron de miles de jóvenes ante la imposibilidad de la policía para controlar la situación. Las autoridades alemanas trataron de esconder el caso, pero finalmente toda la verdad salió a la luz.
