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LEYENDO A JAVIER MARÍAS

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Javier-Marias
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Por Eduardo López Pascual para elmunicipio.es 

Leyendo a Javier Marías uno tiene la impresión de que el afamado escritor y articulista no tiene abuela. Si uno repasa su escrito, la peligrosa parodia, aparecido el 21 de mayo pasado, no hay duda de su tono escatológico, de su narcisismo tan primitivo con que se presenta, no como un crítico de esta sociedad y este tiempo, desde luego con carácter universal, sino como una espada gordiana, que no dejaba títere con cabeza ni aquí, ni en Europa ni en el mundo, refleja una situación que no se quisiera para sí o para nadie. Trump, para él, es pueril e idiota, Putín, un megalómano, Maríe Le Pen, bruta y trapacera, May, patriotera y cínica; Boris Johnson, un histriónico, de Hungría y Polonía ni hablemos. Melenchón sería un chavista y así, otros como Erdogán y demás personajes de distinto pelaje, que caen bajo su subjetiva manera de analizar la vida de los demás.

Supongo que tendrá algún minuto para analizar la suya, no vaya a ser que se convierta en un capitán araña, que manda a todos y él se queda fuera, o muy fuera. Parece ser que ese señor llamado Javier Marías, se cree por encima del bien y del mal, otorgando títulos de bondad personal o democrática según su subjetiva opinión personal. Cuando un escritor de su nombre- muy artificial de otro lado-, se permite el lujo de anatemizar a diestro y siniestro, a todo bicho viviente, Algo huele mal en Dinamarca.

De otro lado, que se sepa, yo no he leído en ese artículo ningún nombre que se salve de la tormenta descalificadora; ¿Quiénes son sus gobernantes preferidos?. ¿Son los defensores del capitalismo mundialista? Seguramente – que no lo sé ni presupongo-, su posición sería la de un observador de todos los unos y los otros, quedando al margen de un compromiso por alguien o por algo. Muy fácil pero muy cobarde.

Y luego, para terminar ese despropósito de artículo, nos viene a equiparar un partido como Podemos, asambleario en su filosofía y casi estructura, quizás anhelando una organización al estilo “Soviets”, con Falange, creada sobre una organización netamente representativa. Entonces, ¿ En que basa el pseudo historiador Marías, para ver similitud entre una formación como Podemos, de expresa idea de Taifas, y el sentido de unidad social y ciudadana para España que el nacional sindicalismo ha ofrecido desde siempre. Ya tendrá que esforzarse el señor Javier Marías para hacer coincidir el sentido humanista y cristiano de la falange fundacional – consolidada con la actual-, y la versión iconoclasta y laicista de los de Podemos; o qué tendrá que explicar ese intento de análisis, para unir las fórmulas indeterminadas e inconcretas de los programas de Pablo Iglesias y la teoría falangista de las Relaciones de Trabajo y las Plus valías sindicalistas. ¿A quién se le ocurre si no es por una perversa intención, equiparar el equipaje espiritual de José Antonio, con la mochila ególatra y materialista de P. Iglesias.

La capacidad analítica de este señor, aupado por un sistema de más-medias, es bastante mejorable. O no sabe, que será lo apropiado, o es un completo sectario a la hora de lanzar juicios de valor: Sería conveniente que este señor, así sin honores, estudiara más y mejor la verdad y los concreto de una época que, por lo que se ve, todo lo admite, incluso las ignorancias y maldades de las gentes.

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