El temor crece día a día entre los más altos estamentos del Partido Socialista Obrero Español. En privado, la inmensa mayoría de los dirigentes socialistas -viejas glorias, veteranos y el oficialismo de los aparatos regionales y autonómicos- reconoce ya abiertamente lo que negaban semanas atrás: que la victoria de Pedro Sánchez «es posible», que va a estar «muy ajustado» y que llegarán «a ciegas» a las primarias del 21 de mayo.
LD / Temor, pánico en algunos casos, que entre las candidaturas contrarias ha generalizado la expresión de que»si gana Pedro Sánchez, el PSOE ha muerto. Se acabó, no habrá día después», según las fuentes consultadas por este diario. No explicitan si habrá una baja generalizada de militancias por parte de los dirigentes derrotados -la inmensa mayoría de los barones y cargos actuales del partido-, pero sí recalcan que «la integración será una broma»y que «la batalla será encarnizada» desde las primarias del 21 de mayo hasta el Congreso del 17 al 18 de junio, cuando deben elegirse los órganos de dirección del partido.
Un periodo en el que deben elegirse a los delegados del 39 Congreso Federal por parte de los aparatos regionales. Al no ser ya la militancia quien decide sino los dirigentes locales y autonómicos de cada agrupación, podría ocurrir que el resultado de la votación de la Ejecutiva no fuera apoyada por el mismo porcentaje en que se elige al secretario general del PSOE.
Si bien Pedro Sánchez «no puede ser revocado por el Congreso», las fuentes consultadas advierten de que «cualquier cosa podría ocurrir, incluso que no se cumplieran los Estatutos». La batalla que temen la mayoría de las fuentes consultadas se extiende también al otoño con la celebración de los congresos regionales.
Tanto si Sánchez gana como si pierde con un resultado digno, los susanistas presagian que «la estrategia será cuestionar a cada barón y presidente autonómico» para imponer a gente de la cuerda de Sánchez. Si Susana Díaz es derrotada, «será un paseo»; pero si gana, la intención será «cuestionar el resultado y dar la batalla contra todos los dirigentes territoriales que se han mojado por ella» como el manchego, Emiliano garcía-Page, el asturiano, Javier Fernández o el valenciano, Ximo Puig.