Por Eduardo López Pascual para elmunicipio.es
No sé si será adecuado o no el decir aquí algo positivo respecto a una nueva ventana política que se abre en el complicado universo de España; pero me parece que la aparición de Centro Izquierda de España (decide), en lo que se entiende por sus aparentes siglas, supone para muchos que buscan una nueva izquierda nacional, y recuerdo aquí los esfuerzos de muchos falangistas por enarbolar esta bandera, sin duda una respuesta –-no hay contestaciones absolutas en asuntos terrenales-, a los anhelos de tantos españoles por una sociedad de hombres libres, en donde la justicia, la igualdad y la convivencia democrática fueran la señas de identidad de un deseo o un sueño a realizar cuanto antes mejor.
A la vista de la deriva y confusión que el actual secretario general de los socialistas españoles, el compañero Pedro Sánchez, el muñidor que ha llevado al histórico PSOE a sus niveles más bajos de votación y afiliación, autor (como fiel seguidor del inefable Zapatero), al considerar a España como nación de naciones, o su más cercano fracaso político al rechazar la viabilidad del Tratado de libre Comercio entre Canadá y Europa, el ya famoso CETA, que ha dejado a su partido al borde del ridículo, al ser el único socialismo europeo que niega lo que han aprobado sin excepción todos sus, correligionarios, un grupo -parece que de amplia base-, han decidido dar un golpe de fuerza y anunciar la creación de un partido de extracción y filosofía socialdemócrata, denominado Centro Izquierda de España (decide), firmado por el ex diputado socialista Antonio Robles y animado por Santiago Trancón.
El nuevo partido, que se presentará de inmediato al conocimiento de los españoles, nace fiel a lo que ellos llaman la clásica ideología socialdemócrata, es decir, de centro izquierda, alejada formalmente de los desatinos radicales del socialismo Sanchista, y defensores de la histórica reivindicación de Igualdad, fraternidad y libertad democrática en una España, única, sin concesiones a separatismos de ninguna clase. Esta explosión de hartazgo ante el perverso camino de la nueva ejecutiva socialista, muy cerca táctica y estratégicamente del Ultra Podemos, vendría quizás avalada por pensadores tan prestigiosos como Fernándo Sabater o el escritor Félix de Azua.
En realidad un grito desesperado para tratar de reconducir a un PSOE perdido en la extravagancia bolchevique del Sanchismo o, en todo caso, de oponerse legalmente desde un partido fiel a las esencias del socialismo nacional, pero de acuerdo con los fundamentos de una izquierda española situada en el centro justo para llegar a una gran mayoría de españoles. Y desde mi punto de vista, habría que mirar con buenos ojos esta iniciativa que tal vez queda cerca de los anhelos de muchos de nosotros, falangistas que buscamos nuestra propia ubicación.
