El Mundo dice que «alcaldes del PSC desafían a Iceta apoyando el referéndum». Que si sí, que si no, los socialistas como siempre. Federico Jiménez Losantos se lía a bofetadas con los obispos catalanes, que «han adoptado la no sólo herética sino satánica y anticristiana doctrina separatista y xenófoba del apartheid contra más de la mitad de los catalanes y todos los católicos españoles». «Le sugiero a Vidal que no incurra en el satánico vicio de hablar de su lengua cuando hable del catalán en Cataluña, porque esa es sólo una de las dos lenguas oficiales y la mayoría de los católicos, cuando iba a misa, hablaba la otra: el español. El catalán no es la única lengua de los catalanes ni el nacionalismo la única ideología. Solo la posesión diabólica de sus cardenales y obispos puede haberlos convertido en adalides del odio, la exclusión la mentira, las virtudes antiteologales que rigen en esa infecta dictadura». O arrimarse al sol que más calienta.
El País, «Puigdemont fracasa en su intento de movilizar el voto del exterior». Otro titular que ya hemos visto en varias ocasiones. Pues anda, que éste ni les cuento: «El PP insiste: la soberanía es de todos». Y poco más en el periódico de Prisa, así que me centro en la columna de Almudena Grandes, que celebra el cambio de estatutos en RTVE. «Ha partido de una propuesta del PSOE apoyada desde el principio por Podemos, a la que Ciudadanos se sumó in extremis». ¿Cómo se puede ser tan sectario a esa edad? «Quienes aplauden, con razón, este desenlace, deberían reconocer que la unión de la izquierda no tiene por qué producir infernales vapores sulfúricos. Al contrario, acaba de impulsar una medida justa, digna y buena para todos». Que Podemos hable de libertad de prensa es de carcajada, Almudena, por favor, que ya no tenemos veinte añitos.
ABC se mete en la guerra de los futbolistas. «La Fundación Messi oculta ingresos millonarios de sus patrocinadores». ¿No se darán cuenta de que se les ve el plumero? Bieito Rubido dice en su Astrolabio que tenemos un porrón de problemas, que si incendios, que si la población haciéndose tarrilla, que si la pertinaz sequía. Pero en fin, eso «son desafíos que iremos superando con mayor o menor acierto». Lo que no tiene arreglo es que «Junqueras busque la independencia de Cataluña, que Otegui apure a Urkullu para lo mismo, que Uxue Barcos coloque a Navarra en el abismo o que Armengol pretenda unas Baleares en soledad. Lo curioso es que todos ellos juntos suman el 10 por ciento de los españoles, mientras los demás callamos». ¿Callamos? Por Dios, Bieito, si no hablamos de otra cosa desde hace un lustro. Mira tu editorial. «Cataluña, sólo con jueces no basta». Adivina, adivinanza, ¿a qué se refiere? ¡Bingo! «El Gobierno cree que podrá impedir el referéndum sin aplicar el 155». Que no se habla del separatismo, dice, hay que tener valor.
La Razón prefiere hablar de la corrupción del PP. Como les cuento. «La oposición estirará la comisión Bárcenas hasta las elecciones». Pues como a Ferreras le dé por ofrecerla en vivo y en directo, que le dará, se queda sin audiencia. Marhuenda advierte de que «la exageración en las acusaciones, algunas rayanas en el esperpento, pueden tener efecto boomerang en la opinión pública, en especial sobre los votantes y simpatizantes del PP, impelidos a cerrar filas». Eso díselo a tu socio de Al Rojo Vivo. Y Ussía está molesto con Zaida Cantera por la «tontería» del Cara al Sol. «El Cara al Sol lo cantan, porque les sobra el derecho para ello, los que militan en la Falange» y «no es un himno amenazante, sino de esperanza y reconciliación». Pues chico, a mí eso de «me hallará la muerte si me lleva» me da no sé, como repelús. «La libertad permite que cada ciudadano cante lo que le salga de la garganta, y si la exmilitar entona con emoción y el puño alzado la Internacional, nada puede protestar, menos aún, desde la mentira. Porque si los del PP cantan el Cara al Sol, que derecho tienen, lo harán en sus casas, no en sus congresos, con publicidad y grabaciones». Cierto, yo tampoco he visto nunca a Rajoy cantando el Cara al Sol y sí a Sánchez cantando la Internacional.
Y en la prensa catalana no quieren saber nada de Cataluña. «Sánchez enfila el control de las federaciones del PSOE», titula La Vanguardia. Nos cuenta, eso sí, que «la ANC anima a decir ‘dependentista’ y no ‘unionista'» para «suavizar el lenguaje para no perder apoyos». ¿Dependentista es más suave que unionista? ¿Y por qué no dependientes, ya puestos?