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José Antonio Primo de Rivera, un recuerdo, una propuesta

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Jose Antonio Primo de Rivera
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Por Jorge Juan Perales para elmunicipio.es

José Antonio:

Simplemente una oración por su alma en el 81 aniversario de su muerte.

José Antonio:

El hombre que cayó con dignidad en medio de la indignidad, ante las balas del odio y la ciega incomprensión de sus contemporáneos.

José Antonio:

El político que pretendió hacer política sin políticos para que el Hombre fuese gestor de su propia libertad.

José Antonio:

El “señorito” que renunció a sus privilegios de clase, por el Pan, la Patria y la Justicia para todos.

José Antonio:

El abogado de ley que creyó en la justicia y la injusticia le llevó ante un pelotón de fusilamiento.

José Antonio:

El revolucionario que soñaba con un mundo mejor, con una España que encontrase de nuevo el camino de su destino, para que todos los hombres pudiesen trascender a lo espiritual, después de satisfacer sus ansias de Pan y Justicia.

José Antonio:

El ideólogo que todos citan, que muy pocos han leído y muchos menos le entendieron.

José Antonio:

El preso político que paso en la cárcel desde el mes de marzo de 1936 hasta noviembre del mismo año, atribuyéndosele toda suerte de responsabilidades en “Golpes de Estado” y desordenes sociales durante el tiempo de su encarcelamiento, a pesar de estar supervigilado por el gobierno de la República.  

José Antonio:

Su pensamiento y su acción abatidos en la madrugada de aquel 20 de noviembre de 1936 en la modelo de Alicante y, sin embargo, se le quiere cargar con la responsabilidad histórica de las políticas desarrolladas en España desde Julio de 1936 hasta la Constitución de 1978.

José Antonio:

Objetivo propagandístico destructivo de los liberales pusilánimes, de los social-comunistas estratégicos, de los conservadores hipócritas y hasta de los fascismos auténticos. Todavía hoy se le critica, la mayoría de las veces, no por lo que dijo e hizo, sino por lo hecho y dicho por los que se atribuyeron su pensamiento mutilándolo y se apoderaron de los símbolos que le representaban.

José Antonio:

El falangista modelo que nadie llegó a imitar plenamente, modelo que ni él mismo puedo llegar a definir totalmente por falta de tiempo. El ser y estar falangista murieron con él. La Falange Española que fundara, a la que dio cuerpo ideológico y organizativo, se desintegró con su muerte. Cinco meses después desapareció legalmente.

José Antonio:

Su ejemplo, sus ideas, han calado en cientos de miles de hombres y mujeres, sobre todo españoles. Han marcado la vida de muchos jóvenes y mayores desde entonces. Solo su nombre provoca sentimientos y emociones nobles en los más y de repulsa revanchista en los menos.

José Antonio:

Su cadáver, tampoco encuentra el descanso eterno. Después de Alicante y del Escorial, hoy reposa en el altar mayor de la Basílica del Valle de los Caídos. Él no dejó dicho en donde quería ser enterrado, aunque si escribió en su testamento su deseo de recibir sepultura como cristiano-católico debajo de la santa cruz.

José Antonio:

Se merece estar junto a los Caídos españoles, victimas del odio entre hermanos en la trágica Guerra Civil española (1936-39). Él fue un Caído más. El Valle de los Caídos como lugar de reconciliación, como espacio de perdón entre compatriotas. Sitio de memoria histórica, abrazo entre iguales. Esperanza de fraternidad futura. Descanso de paz para el recuerdo de aquella España que sufrió el desgarro de sus gentes y de sus familias.

José Antonio:

En su humildad, en su actitud de servicio, se encontraría -más cómodo- pienso yo, en un lugar menos preferente, fuera del Altar Mayor de la Basílica del Valle de los Caídos, más cerca de los otros Caídos, mas igual en dignidad, mas reconciliado simbólicamente, más acorde a su deseo testamentario. Por otro lado, para completar la reconciliación y ser fiel a la historia, se debería trasladar a otro lugar, fuera del Valle de los Caídos, el cadáver de Francisco Franco; por tres razones, la primera que no fue Caído de la contienda Civil, otra es que nunca mostro su deseo de ser enterrado en el Valle de los Caídos. La tercera es que se desligarían visualmente las figuras históricas de José Antonio y la de Francisco Franco, para mejor comprensión de sus grandes diferencias y sus escasísimas coincidencias.

José Antonio:

Simplemente pedimos una oración por su alma, en el 81 aniversario de su muerte y ofrecemos una solución para que, por fin, sus restos descansen en paz para siempre, abriéndose un tiempo de serenidad para que su mensaje auténtico sea mejor conocido por las generaciones presentes y futuras.  

José Antonio Primo de Rivera.

¡¡¡ PRESENTE!!!

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2 COMENTARIOS

  1. Requiescant in pace.
    El Nacional-Sindicalismo existía antes del 29 de octubre de 1933, continuo existiendo después del 20 de noviembre de 1933 y sigue activo en 2017.

    No parar hasta Conquistar!

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