La vuelta de las vacaciones navideñas no va a ser fácil para el líder comunista de Podemos, Pablo Iglesias.
El líder del Partido Comunista Podemos tiene por delante tan solo un año para recomponer su el comunismo o para continuar por una senda que les convertirá en irrelevantes.
El año 2017 ha sido el peor año en la vida de los comunistas de Podemos desde su victoria en las elecciones europeas del pasado año 2014 y ahora, los dirigentes comunistas se peguntan cómo reconstruir una formación que pueda obtener unos buenos resultados en las autonómicas y municipales de 2019.
No va a ser un trabajo fácil después del fracaso en las elecciones catalanas del pasado 21 de diciembre de 2017. Su candidatura, Cataluña en Común, encabezada por Xavier Domènech y apadrinada por los comunistas Pablo Iglesias y Ada Colau, se quedó en los 8 escaños con un 7,45% de los votos, lo que es un fracaso para los comunistas de Podemos a nivel nacional y un reflejo de lo le podría pasar en el resto de España.—El PSOE anuncia que rompe sus relaciones con Podemos—
Culminaba así un año terrible para el Partido Comunista Podemos. Un año 2017 que comenzó con un giro a la izquierda más radical en el congreso comunista de Vistalegre II con caída del sector Errejonista y terminó convirtiendo a sus líderes en cómplices de los separatistas. Ni pedir la «libertad» para «presos políticos» como el golpista Oriol Junqueras o recurrir ante el Tribunal Constitucional el artículo 155 de la Constitución Española le sirvió a la formación comunista de Podemos para evitar la debacle electoral el 21 de diciembre del 2017.
Perdida de influencia e interés
La organización comunista Podemos ha sufrido en los últimos meses una importante pérdida de influencia en la agenda política española convirtiéndose en noticia principalmente por sus crisis internas, sus purgas o excentricidades y no por su labor institucional.
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Los sondeos tampoco dan aire a Podemos de cara a este nuevo año. En la última encuesta publicada por La Razón, Ciudadanos roba el tercer puesto a Podemos que bajaría del 21,1 % al 16,1 % si hoy se celebrasen elecciones. El partido de Iglesias, según esos datos, perdería hasta 22 diputados, consiguiendo entre 49 y 55. Temen en Podemos el resultado del próximo CIS, que esperan sea incluso peor que el que se publicó en noviembre de 2017 que les situaba en en el 18,5%, les haga caer por debajo del 18%.
A las dificultades que llegan desde fuera hay que sumar las que Podemos tiene en el seno del partido. Poco a poco, sus procesos internos ha ido perdiendo interés y, en el mejor de los casos, vota un 20% de los inscritos.
En las últimas doce consultas realizadas por internet destaca la que se celebró en Madrid para elegir al exJEMAD Julio Rodríguez como secretario general de la organización en la capital en la que sólo participaron un 16% de los inscritos. Es decir, votaron unas 8.200 personas cuando estaban llamadas a hacerlo unas 51.000.
Íñigo Errejón y Manuela Carmena
Con estos datos, los dirigentes de Podemos prefieren poner la vista en el futuro del partido. Si no se repiten las elecciones en Cataluña, la próxima cita con las urnas será en el año 2019.
Durante este año se renovarán las direcciones municipales del Partido Comunista Podemos con un nuevo reglamento que concentra más el poder. Este texto, auspiciado por Pablo Echenique (Echeminga para propios o extraños), supondrá el desmantelamiento de la mitad de la estructura orgánica de Podemos en los municipios. Sólo habrá ejecutivas locales en los pueblos con más de 50 militantes. Con esa ausencia de poder, serán los órganos autonómicos -controlados en su mayoría por pablistas- los que decidirán, por ejemplo, si se llega a una alianza electoral con Izquierda Unida.
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Todo de cara a unas elecciones municipales y autonómicas para las que los morados tienen las esperanzas puestas en el «tándem Carmena -Errejón» para el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid.
Una pareja que ni siquiera está confirmada todavía. Todo parece indicar que Manuela Carmena repetirá pero no está cerrado el asunto. Por su parte, el que fuera número dos de Podemos ya ha empezado a hacer una campaña encubierta en la comunidad asistiendo a fiestas y actos conmemorativos de diferentes localidades. Eso sí, quiere hacer una «campaña más personal» que no se vea perjudicada por la imagen de Pablo Iglesias y sus fieles seguidores.
Los comunistas de Podemos fían su futuro a una alcaldesa que reniega de Podemos y en un diputado purgado que poco o nada quiere saber de su líder Pablo Iglesias y de aquellos que le acompañan.
