El separatista Roger Torrent ya ha puesto fecha al próximo intento del separatismo de investir a un presidente de la Generalitat de Cataluña. El Parlament someterá el viernes a votación la candidatura de Jordi Sànchez, más pensada como una nueva maniobra de desgaste contra el Estado que como una posibilidad efectiva de formar por fin un Gobierno de la Generalitat de Cataluña.
Mientras siguen pensando en un aspirante con opciones reales, los partidos políticos golpistas contra la Unidad de España se aferran a un escrito de la ONU para pedir que se respeten los «derechos políticos» del exlíder de la ANC.
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Es muy difícil que el Tribunal Supremo acceda a que Jordi Sànchez, preso en Soto del Real, pueda someterse a la investidura. Pero Roger Torrent, de acuerdo con los golpistas de JxCat y con ERC, no ha querido dejar pasar la oportunidad de presionar al juez Pablo Llarena.
La misiva de Roger Torrent afirma que si el Supremo no permite la investidura de Sànchez estaría «produciendo un daño irreparable a sus derechos políticos, y el Estado español estaría incumpliendo sus obligaciones internacionales». Sin embargo, el escrito de la ONU no es vinculante, y los propios independentistas tienen muy pocas esperanzas de que la solicitud de Sànchez modifique el criterio de Llarena, que ya impidió hace un mes su investidura.
La opinión de Alemanía en asuntos que no le son propios
Los separatistas intentan aprovechar el revés que la justicia alemana propinó contra España la semana pasada a cuenta de Carles Puigdemont. Elsa Artadi, portavoz de JxCat, ya dijo este fin de semana que si el Juez Llarena veta la investidura del golpista Jordi Sànchez estará «reforzando al independentismo». El PDECat también ha insistido en que la sesión es una forma de «poner en evidencia» al Tribunal Supremo.
En cambio, la líder de Ciutadans en Catalunya, Inés Arrimadas, ha rechazado los argumentos que ha esgrimido el presidente del Parlament, porque el Comité de Derechos Humanos de la ONU «no dicta sentencias, ni medidas cautelares». «Dejen de mentir y vuelvan al ‘seny’, si es que pueden», ha apostillado desde Twitter. El secretario de Organización del PSC, Salvador Illa, ha tachado de «pérdida de tiempo» la candidatura de Sànchez, al que ve «no apto» para desarrollar «con plenitud» la presidencia. Por el mismo motivo, también ha rechazado un posible nuevo intento de investir a Puigdemont.
Los golpistas contra España y los votos delegados
Por otro lado, Jordi Sànchez no tiene ni mucho menos asegurado el respaldo de la Cámara, porque la CUP no se ha movido de la abstención. Para que el plan b bis surgiera efecto, siempre en el caso de que el pleno se acabe celebrando, se precisan los dos votos de los diputados que se hallan más allá del Pirineo: Puigdemont y Toni Comín. Del del ‘expresident’ responderá, delegación de voto mediante, Elsa Artadi. Y del del ‘exconseller’, está por ver. ERC solicitará asimismo la delegación de voto. Y, según ha señalado la portavoz republicana, Marta Vilalta, si llegado el caso no fuese posible la delegación de voto ERC estudiará «la posible renuncia de Comín».
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Algo que parece que no concuerda con la opinión del afectado. Comín, en Bruselas, ha asegurado que la renuncia a su escaño «no serviría de nada» y no facilitaría que una mayoría separatista pudiera investir a Jordi Sànchez, a la vez que ha insistido en que su renuncia es la «última alternativa» de Esquerra Republicana ya que «hay muchas otras maneras de conseguir la investidura». Lo cierto es que si la extrema izquierda separatista de la CUP se mantiene en la abstención, los votos de los golpistas contra Unidad de España como son los de Comín y Puigdemont sí son claves para que haya investidura en segunda votación.