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Pintadas en la Etxea Vasca de Madrid

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Pintadas en la sede Vasca de Madrid
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Pintadas en la Etxea Vasca de Madrid

Por Eduardo López Pascua para elmunicipio.es

Parto de la base, del convencimiento, de mi rechazo a cualquier clase de desencuentro humano o social, que lleve aparejada un comportamiento anti democrático o simplemente inadecuado, para mostrar su oposición y su diferencia con alguien o con algo. Por eso no comparto en absoluto la incursión con pintadas que unos desconocidos, al parecer miembros de la rama juvenil de La Falange, han cometido en la fachada de la Euskal Etxea vasca de Madrid. No es buena táctica ensuciar paredes que no son nuestras y que, por el contrario sirven para aumentar una mala fama que tampoco interesa.

Dicho esto, y lo digo con rotundidad, leo con asombro la reseña que sobre este incidente hace un tal Mikel Segovia en las páginas del diario digital El Confidencial, del jueves 24 de mayo, que me causan no solamente estupor sino indignación a tenor de los calificativos que este – supongo que periodista-, emplea a la hora de escribir su artículo.

Nada menos que para él, esta falta si acaso de civismo, la traduce como un “ataque”, una “agresión”, y más aún usa la palabra “¡amenaza¡”, para describir las pintadas- tres en la fachada y una silueta en la acera-, demostrando con ello una falta de proporcionalidad (eso que se escribe con demasiada ligereza), y su sectarismo, que no sabemos si lo utiliza cuando son otros quienes practican acciones semejantes y, con toda seguridad, mucho más onerosas y despreciables.

Pero así se escribe la historia. A una pintada, desde luego hecha con anonimato, pero sin más trascendencia; sin pelea ni altercado alguno, hechos por unos presuntos jóvenes de La Falange (a los que yo no voy a disculpar), este aprendiz de periodista – y lo es porque falta a la objetividad y al equilibrio informativo-, carga toda su artillería redactora, a toda prisa y con urgencia, sin que no atienda con el mismo fervor denunciante, a quienes con manifiesta violencia realizan pintadas, retiran señales de tráfico, colocan cruces amarillas en las playas públicas o agreden, y ahí están los hemero-vídeos, a las personas que no piensan como ellos.

Resulta indignante que solo fijen su rigor en cuanto suenen a secuencias falangistas, pero callan como mudos, o como compadres, cuando proceden de cualquier otro grupo de opinión y de acción. Repito, no aplaudo en absoluto la actitud de pintarrajear las fachadas o las aceras, resulta demasiado ordinario y culposo, pero ni el hecho en sí es para sobresaltarse en demasía, y menos aun para merecer siquiera un artículo en un diario que se precie de formal. Y es que si no me gusta las barrabasadas de unos jóvenes, todavía menos, la información tendenciosa y mitificada que resulta no solo una falta de profesionalidad, sino lo que es peor, una tendenciosa y parcial manipulación.



Eduardo López Pascual entrevistado por elmunicipio.es (I Parte)

Eduardo López Pascual entrevistado por elmunicipio.es (II Parte)

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