El Gobierno de Pedro Sánchez se hace europeísta olvidándose de España
Una de las cualidades que más atribuyen los tertulianos profesionales al nuevo Gobierno de Pedro Sánchez es la de ‘europeísta’. Así, el nombramiento de Nadia Calviño -exdirectora general de Presupuestos de la Comisión Europea- como ministra de Economía ha alborozado a todo ese establishment mediático que cree que el fin último de la política española debe ser contentar a la burocracia bruselense, tal y como han informado desde el diario La Gaceta.
Los gestos del Gobierno socialista a Europa olvidándose de España
Pero la designación de Nadia Calviño no ha sido el único gesto europeísta del nuevo presidente del Gobierno:
«…Éste es un Gobierno decididamente europeísta porque Europa es nuestra patria. De ahí, no sólo el perfil de muchas personalidades de los ministerios, sino también que incluyamos por primera vez en Exteriores el nombre de la UE…»
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El presidente del Gobierno Pedro Sánchez, aupado con los votos de etarras, separatistas y comunistas en el Congreso a cuyas regiones reconoce como naciones, proclama ahora, en contra del artículo 2 de la Constitución Española, que «Europa es nuestra nueva patria». Para él España es lo último: divisible y soluble.
Las declaraciones del Presidente de VOX, Santiago Abascal
Estas aseveraciones, que revelan el propósito de Pedro Sánchez de continuar disolviendo a España en la Unión Europea, han suscitado la indignación del presidente de la organización política VOX, Santiago Abascal:—VOX Barcelona convoca a 2.000 personas en un acto con Santiago Abascal—
«…El presidente @sanchezcastejon, aupado con los votos de separatistas vascos y catalanes, a cuyas regiones reconoce como naciones, proclama ahora, en contra del artículo 2 de la Constitución, que Europa es nuestra nueva patria. Para él España es lo último: divisible y soluble».
Por desgracia, en el imaginario de ingentes españoles corrientes Europa sigue representando un paraíso de libertad, prosperidad y progreso, lo que conlleva la acogida jubilosa de todo mensaje europeísta y, en último término, el éxito electoral de quienes lo emiten. Aunque no es oro todo lo que reluce.
