Al final siempre gana la banca mientras el Gobierno aplaude
Tras dos sesiones maratonianas de deliberación, el alto tribunal ha decidido por un estrecho margen, 15 votos a favor y 13 en contra, que sea el cliente el que asuma el impuesto de las hipotecas.
Expansión / La Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo ha fallado este martes que sean los clientes quienes asuman finalmente el pago del impuesto sobre Actos Jurídicos Documentados (AJD). De este modo, el alto tribunal corrige a la sección que innovó la doctrina y vuelve a la jurisprudencia anterior, favorable a las entidades bancarias.
Tras dos jornadas maratonianas de deliberaciones, el alto tribunal no ha conseguido superar las diferencias existentes en la Sala, que conformaban un total de 28 magistrados, y el fallo ha salido adelante por un estrecho margen de 15 votos frente a 13. El Supremo ha señalado en una escueta nota informativa que «el texto de las sentencias se conocerá en los próximos días».
Así, se han desestimado los tres recursos presentados por la Empresa Municipal de la Vivienda de Rivas-Vaciamadrid contra resoluciones anteriores del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que fallaron a favor de las entidades bancarias.
Tres sentencias en ocho meses
Es la tercera sentencia que alto tribunal emite este año sobre el impuesto de las hipotecas en apenas ocho meses, con decisiones muy dispares. El pasado 28 de febrero, la Sala Primera del Supremo falló que debía ser el prestatario, es decir, el cliente, el que debía hacer frente a los gastos relacionadas con la constitución de una hipoteca: el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados.
En dicho fallo, el alto tribunal estimaba en parte los recursos presentados por los consumidores y si bien establecía que los gastos derivados de la constitución del préstamo incumbían al cliente, establecía que los gastos por «el timbre de los documentos notariales, el impuesto correspondiente a la matriz, se abonará por partes iguales entre prestamista y prestatario».
El pasado 18 de octubre, la Sala Tercera del Supremo dio un giro de 180 grados en esta interpretación y determinó que los gastos de la hipoteca debían recaer sobre los bancos y no sobre los clientes, lo que desató una tormenta en Bolsa sobre las entidades financieras ante la posibilidad de que tuvieran que afrontar devoluciones multimillonarias. El tribunal argumentaba que los bancos son los interesados en disponer de la acción ejecutiva y privilegiada que deriva de la hipoteca.
Sorprendentemente, apenas un día después, el Supremo congeló su sentencia para revisarla en un pleno, el celebrado ayer y hoy, «por su enorme repercusión económica y social». Una decisión inédita que había sumido al sector y a los ciudadanos en un largo periodo de incertidumbre que se ha prolongado hasta este martes, con un fallo que, finalmente, retorna a la jurisprudencia que se ha estado aplicando durante más de dos décadas: que el cliente asuma los gastos de la hipoteca.