Pedro Sánchez queda derrotado y tocado tras las elecciones en Andalucía
Las vidas políticas de los líderes socialistas Susana Díaz y Pedro Sánchez están íntimamente ligadas.
Y el hundimiento político de una supone un gran varapalo para el proyecto político del presidente del Gobierno de España, que ahora ve cuestionado su argumento de que su programa de Gobierno goza de la bendición de la ciudadanía.
ABC / Bajo su mando al frente de la dirección federal el PSOE está a punto de entrar en tierra desconocida al perder por primera vez en democracia el gobierno de la Junta de Andalucía. Después de cosechar los dos peores resultados del PSOE en unas elecciones generales, Pedro Sánchez vuelve a experimentar en carne de Susana Díaz uno de los grandes fracasos electorales de la historia del PSOE.
Un escenario que nadie imaginaba ni en el Palacio de La Moncloa ni en Ferraz. Aunque en el Gobierno se había reivindicado la independencia de lo que sucediese este domingo con la decisión de Sánchez de anticipar las elecciones. Lo cierto es que no estaba en las cuentas de ningún dirigente que los resultados mostrasen un desgaste tan evidente de los socialistas. Pese a que la traslación a unas generales no es sencilla, lo cierto es que la federación andaluza es el principal fortín de los socialistas en toda España. Y sin estar fuertes en Andalucía es difícil pensar que los socialistas puedan competir en el resto de España. «Andalucía tiene que ser el dique de contención de la derecha para que cuando las elecciones generales toquen, volvamos a ganar en nuestro país», dijo Susana Díaz esta semana. «Es importante que el domingo la victoria de los socialistas andaluces sea un gran mensaje para el resto de España», apuntó la vicepresidenta Carmen Calvo. El vínculo entre una elección y otra era evidente y tanto Sánchez como Díaz han fracasado estrepitosamente.
Las elecciones andaluzas están plagadas de lecturas en clave nacional y desde el punto de vista de la estabilidad de la legislatura. El primer test real del Gobierno de Pedro Sánchez en las urnas supone un serio revés para los intereses de los socialistas y abre enormemente la batalla política a la derecha de los socialistas.
En el lado derecho del tablero todo eran ayer buenas noticias, lo que no quiere decir que el futuro inmediato vaya a ser sencillo para sus intereses. La aparición de Vox es la gran noticia de estas elecciones. Su aparición con 12 escaños en el parlamento de Andalucía supera en intensidad a la que experimentó Ciudadanos en 2015, cuando debutó con 9 diputados en estos mismos comicios.
VOX y sus 12 escaños en el Parlamento de Andalucía
La formación de Santiago Abascal supone un shock en el tablero político que solo tiene el precedente de la aparición de Podemos, con la salvedad de que Vox y puede ser decisivo en su primera participación en las urnas. Su irrupción supone una seria amenaza para el PP, que cosechó su peor resultado en Andalucía y que ahora tiene delante otro rival en la batalla electoral.
El Partido Popular, no obstante, ve compensado este retroceso por la posibilidad real de ostentar el gobierno regional y porque la distancia con los socialistas queda muy reducida. Además, y aunque Ciudadanos ha sido junto con Vox el único partido que ha crecido en estas elecciones, el PP ha conjurado el riesgo real de sorpasso por parte de Ciudadanos.
La formación de Albert Rivera pasa de 9 a 21 escaños y logra un triunfo importante que insufla oxígeno a su discurso, que andaba confuso desde la moción de censura de Sánchez. Pero ahora se convierte en el gran actor de la política andaluza. Albert Rivera apostará por el cambio pero deberá decidir si apoya al PP con los necesarios votos de Vox, algo que genera incomodidad en Ciudadanos, o si busca alguna otra fórmula para evitar apoyarse en los de Santiago Abascal. Todo está contemplado.
El otro gran derrotado de la noche electoral es, otra vez, el experimento de sumar a Podemos e Izquierda Unida vuelve a demostrar muy buena salud en las encuestas y muy mala en las urnas. Y tras Sánchez, Díaz e Iglesias el otro gran derrotado es el presidente del CIS, José Félix Tezanos, cuyas estimaciones vuelven a quedar en entredicho.