En España maltratar a niños debería ser castigado duramente
Por Erik Encinas Ortega
Desgraciadamente, algo ha fallado en la protección de los niños y los bebes, cuando un padre reconoce sin pudor que rompió a un bebe cuatro costillas, porque estaba estresado, me refiero al caso reciente que afecta a una familia de Pineda de Mar y por la cual el Ayuntamiento se ha presentado como acusación particular. Yo no sé a ustedes, pero a mí me ha llegado al corazón y espero que caiga todo el peso de la ley sobre el agresor.
Fíjense, que uno de cada 100 niños en España sufre maltrato en su casa, según datos de un estudio de la Universidad de Sevilla, que añade que de 10 a 15 niños de cada 1.000 padecen algún tipo de vejación en su día a día. Cifras que son realmente intolerables y que merecen una respuesta muy contundente por parte de las instituciones públicas que se traduzca en penas duras contra los maltratadores, sean estos hombres, mujeres o también otros menores de edad. La inacción únicamente estará alimentando una sociedad sin valores fundamentales como son los de la familia y el respeto. Ambos pilares esenciales del Estado del Bienestar.
Es por ello que la violencia doméstica supone un serio problema en el país, las cifras son verdaderamente alentadoras y algo se está haciendo terriblemente mal, cuando ocurren en repetidas ocasiones tantos episodios de vejaciones y asesinatos, que merecen sin la menor duda la condena firme de todos. Una situación tan bochornosa y maléfica como la actual, necesita además medidas preventivas que permita garantizar el derecho a la vida de los más pequeños. Y sobre todo, soluciones que fomenten aquellos principios esenciales, que chocan contra las maldades que nos han llevado a la degeneración y la deshumanización. Es una batalla complicada, pero debe ganarse. No podemos darnos por vencidos hasta construir un mundo mejor por el bien del presente y el futuro de las generaciones venideras.
