Gordillo amenaza a los vecinos de Marinaleda que no le han votado
El alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo, ha vuelto a desatar la polémica tras revalidar su mayoría absoluta en su localidad en las elecciones muncipales celebradas el pasado 26 de mayo.
ABC / A pesar de haber ganado los comicios, el regidor comunista –que lleva 40 años de jefe del consistorio– ha visto su cargo más amenazado que nunca, ya que la formación Avanza Marinaleda se ha quedado a solo 44 votos de la victoria.
Tras este ajustado resultado que no ha gustado nada a Gordillo, el alcalde del pueblo sevillano ofreció un discurso para celebrar su triunfo. En él, prometió «miseria» para todos aquellos que no le habían votado y «recompensa» para los que sí le habían apoyado.
«¡Que se atengan a las consecuencias! ¡Vamos a ser duros!» comenzaba gritando Sánchez Gordillo. «¡Aquella gente que da la cara por este proyecto va a tener recompensa! ¡Y el que no dé la cara no va a tener recompensa, va a ser destinado a las tinieblas si hace falta!», sentenciaba.
El alcalde recalcaba con exactitud numérica los 847 «traidores» que votaron en su contra y «agasajaba» a sus votantes con viviendas gratis: «Vamos a seguir soñando con la utopía, vamos a seguir haciendo viviendas. ¡Eso sí, las viviendas primeras van a ser para aquella gente que más dio la cara por este proyecto!». Durante todo el discurso se escuchan vítores, gritos de «¡Sí!» y apoyo a las palabras y a la figura de Gordillo de parte de los vecinos que estaban allí escuchándole.
Además, en su «speech» también arremete contra la única fábrica privada de Marinaleda «Vamos a seguir dando empleo, y el primero que tiene que desaparecer es ese de ahí [señalando a la nace de la conservera Los Lugares]. Le vamos a cerrar la nave, le vamos a quitar la nave».
Nadie sabe qué ocurrirá con las más de 800 personas que no han votado a Gordillo. Unos vecinos que acudieron a las urnas con la papeleta preparada de casa por temor a posibles represalias. El hecho es que, por vez primera en 40 años, Sánchez Gordillo ha estado a punto de perder la alcaldía de Marinaleda, a pesar de ejercer una presión casi dictatorial sobre los votantes del municipio.
