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El día que la ONU guardó un minuto de silencio por la muerte de Franco

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Francisco Franco
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El día que la ONU guardó un minuto de silencio por la muerte de Franco

ABC, 21 de noviembre de 1975: «Antes de comenzar su sesión plenaria de hoy, la Asamblea General de la ONU rindió tributo al fallecido jefe del Estado español, el Generalísimo Francisco Franco, con un minuto de silencio observado por todos los delegados, que se pusieron en pie respetuosamente». En la misma noticia, este periódico detallaba que los máximos mandatarios de la organización habían enviado ya «muestras de condolencia a la familia y al Gobierno de España». Añadían que la bandera de las Naciones Unidas fue izada a media asta y que los presidentes de algunos comités expresaron «sus sentimientos de profundo pésame por la muerte».

Todas estas muestras de respeto se producían menos de 24 después de la muerte de Franco. El mismo tiempo que ha tardado el actual presidente español, Pedro Sánchez, en celebrar la decisión del Tribunal Supremo de avalar la exhumación del dictador del Valle de los Caídos, en la misma Asamblea General de Naciones Unidas donde, en 1975, se guardaba precisamente ese minuto de silencio. «Hemos cerrado simbólicamente el círculo democrático», se felicitó ante las delegaciones del resto de países. «Es una gran victoria de la democracia española», dijo, que pone fin «a un capítulo oscuro de nuestra historia» y saca los restos de Franco «de donde han esposado inmoralmente durante demasiado tiempo».

Tal y como han criticado los obispos este mismo jueves, Sánchez no se ha puesto límites a la hora de hacer un uso «ideológico y electoral» de la exhumación del dictador. Así lo manifestó este jueves el secretario general de la Conferencia Episcopal Española y obispo auxiliar de Valladolid, monseñor Luis Argüello. «La ley de Memoria histórica tiene elementos de justicia a las víctimas que precisan ser reconocidas, pero nos entristece mucho que se haga un uso ideológico y partidista de un tema tan doloroso en campaña electoral», afirmó, antes de preguntar: «¿No es hora ya de mirar hacia adelante y cerrar la reconciliación en lugar de reabrir las heridas?».

El tuit erróneo de Sánchez

De nuevo con la exhumación de Franco como telón de fondo, el presidente del Gobierno publicó el pasado martes un tuit explicando el porqué, según él, España no entró en la Organización de las Naciones Unidas hasta 1955: «España no formó parte de los Estados fundadores de la ONU por estar sometida a la dictadura. Hoy cerramos un capítulo oscuro, iniciamos las labores para sacar los restos de Franco de donde han reposado inmoralmente. Ningún enemigo de la democracia merece un lugar de culto». Un mensaje que, efectivamente, volvía a hacer una interpretación partidista y en el que incurría en varias imprecisiones históricas.

La España de Franco pagó su neutralidad y su no beligerancia activa a favor del Eje con el mismo aislamiento internacional que sufrieron otros países aliados de la Alemania nazi. El hecho de que fuera una dictadura no tuvo nada que ver con que se quedara fuera de la ONU en su fundación. De hecho, aunque Estados Unidos se opuso a esta admisión , lo cierto es que en 1939 ya había reconocido al régimen franquista.

Las razones de su veto también quedaron claras en el comunicado posterior a la Conferencia de Potsdam, en 1945, en el que Truman –recién elegido presidente–, Churchill y Stalin declararon como única razón su posición en la Segunda Guerra Mundial: «Nuestros tres Gobiernos creen que es su deber señalar que no darán, en lo que les concierne, su apoyo a una solicitud de admisión que sea presentada por el actual Gobierno español, el cual, habiendo sido establecido con el apoyo de las potencias del Eje, no posee, en razón de sus orígenes, de su naturaleza, de sus antecedentes y de su estrecha asociación con los Estados agresores, los títulos necesarios para justificar su entrada».

Si la razón hubiera sido, tal y como explica Sánchez en su tuit, que «España estaba sometida a la dictadura», entre las potencias fundadoras no habrían estado tampoco países como la URSS de Stalin o la República Popular China de Mao Tse-Tung, junto a Francia o el Reino Unido. Ni tampoco entre los 50 países que pasaron a formar parte de ella en las misma fechas estarían incluídos mandatarios de dudoso talante democrático como el dictador yugoslavo Tito ni monarquías de corte autoritario como Arabia Saudí, Egipto o Irán.

«Las relaciones con España se normalizarán»

Otra prueba de los requisitos para ingresar o permanecer en la ONU no tuvieron ninguna relación con la forma política del Estado o el régimen de gobierno de los solicitantes, fue que Estados Unidos trataba de establecer las relaciones con España en secreto, mientras vetaba a Franco de entrar en la ONU. El objetivo principal del organismo internacional era y es, de hecho, promover el multilateralismo universal incluso entre países totalitarios.

En diciembre de 1947, el agregado militar español en Washington remitía un telegrama cifrado al Gobierno franquista en el que daba cuenta de una actitud contraria a todos esos vetos públicos y oficiales. El mensaje llegó tras las conversaciones mantenidas por altos jefes del Ejército estadounidense con dicho agregado sobre la «necesidad de mejorar radical y urgentemente relaciones con España». La «secretísima» respuesta del departamento de Estado americano, transcrita con sus propias palabras por el agregado militar español, decía: «Las relaciones con España en todos sus aspectos se normalizarán con toda rapidez, sin ruido ni comunicado a la prensa. Mi informante entiende que sería conveniente que nosotros [España] sigamos una política semejante de discreción en las manifestaciones exteriores durante el proceso de cambio».

Si tenemos en cuenta que Estados Unidos había roto sus relaciones con España poco antes, no es de extrañar que la Casa Blanca quisiera que estas conversaciones no trascendieran a la opinión pública. De hecho, el agregado español señalaba en 1950 que no le «extrañaba nada esta actitud del señor Truman, que puede considerarse como la natural continuación de la comedia que viene representando desde el primer momento». Por eso Franco había autorizado que los militares norteamericanos enviados a Europa y sus familias pudiesen entrar en España sin pasaporte. Y por eso también Truman concedió poco después, en 1951, los primeros créditos al régimen por valor de cientos de millones de dólares, independientemente del régimen político que se hubiera establecido en España tras la Guerra Civil.

«Prosperidad y paz para el futuro de España»

En el artículo de ABC el 21 de noviembre de 1975, se daban más detalles acerca de la actitud adoptada por a mayor organización internacional creada tras la Segunda Guerra Mundial, con respecto a la muerte de Franco: «Aparte de la sesión plenaria de la ONU, en las diversas comisiones de la misma, el presidente de cada una rindió tributo al jefe de Estado español desaparecido, siempre en términos respetuosos y encomiásticos. Cada presidente instó también a la correspondiente representación de España a transmitir los sentimientos de la misma a la familia y al Gobierno español, haciendo también todos ellos votos por la prosperidad y paz para el futuro de España».

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