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El éxito de la manifestación desata la rabia del separatismo

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El éxito de la manifestación desata la rabia del separatismo

Cientos de miles de personas se manifiestan en Barcelona en contra del proceso separatista. El paseo de Gracia está plagado de banderas de España, de señeras sin la estrella separatista y de enseñas europeas. El constitucionalismo le disputa las calles a los independentistas menos de 24 horas después de una nueva jornada de graves disturbios en el centro de Barcelona.

LD / Los Comités de Defensa de la República (CDR) que ayer sembraron el caos a continuación de la marcha de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmium se han desplegado esta mañana en algunas de las carreteras de acceso a Barcelona para impedir la llegada de manifestantes en vehículos privados y autobuses. También han cortado el tráfico ferroviario a la altura de Badalona y en dirección a Barcelona.

Guerra de cifras

A pesar de los intentos de boicot, el constitucionalismo ha inundado de banderas de España el paseo de Gracia y sus aledaños. Ochenta mil personas, según la Guardia Urbana, que ha sido objeto de la presión de las entidades separatistas para rebajar el número de la manifestación de este domingo tras haber dado ayer 350.000 asistentes a la marcha independentista, una cifra que la ANC y Òmium consideraban baja. Según SCC, la asistencia ha sido de 400.000 personas.

Cuando el separatismo llena el paseo de Gracia, la asistencia no baja del medio millón de personas. Si lo hacen los contrarios al independentismo, las fuentes oficiales reducen la asistencia, como si un manifestante separatista valiera por cuatro constitucionalistas».

Algunas diferencias

«Aquí la prensa no lleva casco», «las calles son de todos», «los extintores serán siempre nuestros», «Barcelona no se quema» y «Cataluña es España» son algunos de los lemas que corean los asistentes. Improvisados homenajes a los Mossos d’Esquadra, aplausos ante su presencia y gritos a favor de las policías y la Guardia Civil. Ambiente festivo y pacífico, a diferencia de las manifestaciones separatistas. Cabecera presidida por dirigentes de la entidad convocante, Sociedad Civil Catalana (SCC). En segunda línea, los políticos, con Pablo Casado, Cayetana Álvarez de Toledo, Alejandro Fernández, Xavier García Albiol, Albert Rivera, Lorena Roldán, Ignacio Garriga de Vox, Miquel Iceta, Josep Borrell, José María Ábalos, Manuel Valls e Inés Arrimadas.

Mientras la manifestación transcurría por el centro de Barcelona, los separatistaa han llamado a la toma de la estación de Sants, protegida por los Mossos d’Esquadra. Se registran momentos de tensión e insultos a los agentes de la policía autonómica. En paralelo, manifestantes constitucionalistas se han desgajado de la corriente central para dirigirse a la Jefatura Superior de Policía, en la Vía Layetana, escenario ayer de fuertes disturbios.

Homenaje a la Policía Nacional

Aplausos a los policías que ayer sufrieron el acoso de los violentos separatistas. Los ciudadanos felicitan a los agentes, les dan la mano. Crudo contraste con lo sucedido hace solo unas horas en esa misma arteria de la capital catalana. El separatismo comienza a perder la batalla de la imagen y del relato. Los adjetivos «cívico», «pacífico» y «festivo» han cambiado de lado.

En la plaza de San Jaime, cerca de la Jefatura, un centenar de personas convocadas por los CDR celebraban el segundo aniversario de la proclamación de la república en el «Parlament», un acto fallido que precedió a la fuga de Carles Puigdemont, algunos de sus consejeros y Marta Rovira. Los que habían intentado asaltar la estación de Sants se fueron hacia la plaza para dar apoyo a la deslucida celebración.

Entre tanto y en algunas carreteras cercanas a Barcelona los Mossos velaban por los cortes de los CDR, según las denuncias de conductores que se dirigían a la manifestación. A pesar de los intentos de boicot, la manifestación fue de tal envergadura que dio para dos concentraciones, una en el paseo de Gracia y otra en Vía Layetana, delante de la Jefatura, lugar al que miles de personas se dirigieron de manera espontánea para homenajear a la Policía Nacional. Los Mossos, por su parte, tomaban posiciones a las dos de la tarde en la cercana plaza de San Jaime en previsión de que los CDR pudieran provocar incidentes.

Manifiesto en cuatro idiomas

Para terminar el acto en el paseo de Gracia, un grupo de ciudadanos anónimos leyó un manifiesto en inglés, francés, catalán y español. En el texto se asegura entre otras cosas que «nosotros hoy, aquí y ahora, exigimos el final del experimento social que ha sido el procés y exigimos también el final de la forma de hacer política que lo ha engendrado. Exigimos la restitución de una política verdaderamente democrática por parte del nacionalismo en el poder, una política que reconozca al discrepante como ciudadano en pie de igualdad, que renuncie a la construcción de una Cataluña homogénea que en ningún caso vamos a permitir. Y no lo vamos a permitir porque la Cataluña que se reúne hoy, aquí y ahora, ni acepta la imposición ni tampoco ha sido confundida acerca de lo que significa la democracia. Nuestros valores son y van a seguir siendo la defensa de la libertad política y del pluralismo, el rechazo más absoluto a la violencia política, el respeto al Estado de Derecho y a la ley».

En el manifiesto se apunta también que «los catalanes constitucionalistas afirmamos hoy que no vamos a ser moneda de cambio para nada ni para nadie. Si cuando diseñaron el procés contaron con nuestra inmovilidad y nuestro silencio, debemos decirles que han conseguido lo contrario de lo que pretendían. No aceptamos ni toleraremos nunca la violencia, ni la simbólica ni mucho menos la real. Las calles son y serán de todos, no de quien intimida para tomarlas. El futuro de Cataluña no será, en ningún escenario imaginable, el asunto exclusivo de nadie. Ya no existe ninguna Cataluña invisible porque hemos decidido que cualquier futuro para esta tierra dependerá también de nosotros».

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