El segundo entierro consecutivo del Barça en la fase de grupos de la Champions, este en la penúltima jornada como hace 24 años que no pasaba, fue todavía más humillante que el de hace un año en Múnich.
El peor Barça en décadas
Allí se despidió de Europa con Braithwaite, Dest, Yusuf Demir… Ahora, con una inversión de casi 200 millones, Koundé, Raphinha y Lewandowski incluidos.
Fue humillado contra un Bayern a un muy medio gas que ganó 0-3 estando ya clasificado desde antes del partido.
El Bayern ridiculiza al Barcelona
Con una pierna eliminado pareció Gulliver en Lilliput, jugando contra enanitos. Un año después, y pese a que Jordi Cruyff dijese a principios del mes de septiembre que habían mandado un mensaje al mundo después de ¡perder 2-0! en Múnich en una frase que hoy resulta grotesca, el Barça no ha avanzado ni un metro y se mostró como un equipo débil.
El Barça sin líderes ni espíritu de rebeldía en ningún momento del partido, manoseado por el Bayern, que lo usó como un juguete. Sigue siendo el Barça más pequeño que se recuerda en tiempo.
El Bayern desnuda al Barcelona
El Bayern desnudó la realidad del Barça en la primera parte con una sencillez aplastante que debió resultar crudísima para la Xavineta que no acaba de arrancar.
Arropadito atrás, y sin alardes, le clavó dos puñales en dos transiciones lanzadas de manera primorosa por Gnabry. La primera con un golpeo limpio en diagonal hacia Mané, viejo enemigo; la segunda con una conducción inteligente y una buena elección en el pase decisivo a Choupo-Moting.
Y tercero que daba como resultado 0-3 los marcó benjamín Pavard pasado ya el tiempo reglamentario de los 90 minutos de juego para rematar al Barça en su propio estado que se cae cada día un poco más.