La primera pieza del puzzle era Conde Pumpido y ya se encuentra al frente del Tribunal Constitucional, colocado por el socialista Pedro Sánchez como un claro gesto antidemocrático. Para acabar con la unidad de España y que todo parezaca lo más legal posible.
Este es el plan separatista que el periodista Carlos Cuesta desde LD ha sacado a la luz sobre las intenciones de Pedro Sánchez para Cataluña en los próximos meses.
Consulta para la separación de Cataluña
La segunda pieza del esquema es camuflar el referéndum separatista como una consulta no vinculante y esa pieza requiere de una tercera: una reinterpretación o ampliación del Estatuto de Autonomía de Cataluña que facilite dos cuestiones:
La primera, estirar el actual artículo 122 de ese Estatuto para introducir la posibilidad de realizar consultas políticas bajo el pretexto de que serían no vinculantes. De tal forma que ya estaría montada la excusa para romper la unidad de España que tanto desean desde el PSOE, Podemos y separatistas catalanes.
La segunda, como Estatuto que es, en caso de tener que reformarlo en algún momento, pasarlo a votación entre la población como referéndum, con lo que la apariencia de haber realizado un referéndum se habría cumplido desde el primer momento.
El plan separatista del PSOE está en marcha
Ese es el plan, para que todo parezca normal ante la opinión pública. Y por eso era tan necesario contar con un piloto al frente del Tribunal Constitucional totalmente favorable. El problema son los tiempos y ahí surgen dos opciones. La primera es trasladar al Tribunal Constitucional toda una reinvención del artículo 122 sobre consultas populares del Estatuto de Autonomía de Cataluña.
Ese artículo señala que «corresponde a la Generalitat la competencia exclusiva para el establecimiento del régimen jurídico, las modalidades, el procedimiento, la realización y la convocatoria por la propia Generalitat o por los entes locales, en el ámbito de sus competencias, de encuestas, audiencias públicas, foros de participación y cualquier otro instrumento de consulta popular, con excepción de lo previsto en el artículo 149.1.32 de la Constitución». Y, a su vez, este 149.1.32 de la Constitución recoge como materia exclusiva del Estado y ajena a cualquier autonomía, la «autorización para la convocatoria de consultas populares por vía de referéndum».
Por lo tanto, según dicho texto, debe ser el Estado el que acepte una consulta separatista en Cataluña, algo que situaría en una posición muy delicada al PSOE en caso de respaldarlo abiertamente en la cámara.
Existen otras formulas del plan separatista de Pedro Sánchez
La fórmula intermedia es estirar este artículo. Bien sea por medio de una ley regional que reciba el beneplácito del Tribunal Constitucional, bien sea por medio de una reforma parcial del Estatuto de Autonomía de Cataluña. Y, de ese modo, ya quedaría, tras ser aceptado por el Tribunal Constitucional, bajo decisión de la Generalidad de Cataluña el poder para lanzarla.
El plan de Sánchez: Un traslado de competencias puro y duro escondido tras un camuflaje de reforma estatutaria
Y para que todo eso parezca normal necesitan un Tribunal Constitucional bajo ordeno y mando. Porque la anterior sentencia del Tribunal Constitucional sobre la última reforma del Estatuto catalán ya acotó esa posibilidad y rechazó una invasión de competencias para poder convocar y realizar consultas por parte de la Generalidad de Cataluña sin control.
