Jorge Juan Perales Hernández en la Presentación del libro “Círculos José Antonio: La Falange disidente”
Palabras de Jorge Juan Perales Hernández
Presentación del libro
“Círculos José Antonio: La Falange disidente”
en Madrid el sábado 15 de junio de 2024
en el Palacio de la Prensa
AUTOR:
Jorge Juan Perales Hernández
Psicólogo, Vicepresidente de la Asociación Juvenil Amanecer, cofundador de los Círculos 4 de Marzo, miembro de la Mesa del I Congreso Nacional Sindicalista y Secretario Nacional de Organización de Falange Española de las JONS Auténtica.
© Jorge Juan Perales Hernández
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Palabras Jorge Juan Perales Hernández presentación libro Círculos José Antonio en Madrid Oficial
Jorge Juan Perales Hernández en la Presentación del libro “Círculos José Antonio: La Falange disidente”
Bienvenidos. Gracias, gracias por estar aquí, en este acto de presentación del libro “Círculos José Antonio: La Falange Disidente” de la autora Cristina Pérez González, en adelante solo Cristina, para quien auguro un rotundo éxito en este trabajo, que hoy pone en nuestras manos, como ya está siendo con su obra anterior “Falange Si, Franco NO” Historia de Falange Española de las JONS (Auténtica).
Mención especial a José Antonio Gordón Dorado, en adelante Gordón, a quien agradezco sus palabras de presentación de este acto, reconociéndole su entusiasmo, apoyo, trabajo y generosidad para que sean posibles estas publicaciones, que sin duda ayudarán al mejor conocimiento de José Antonio, de su Falange Española y de los falangistas.
Cristina, Gordón, gracias, por invitarme a compartir esta mesa junto a vosotros y en la agradable compañía de Alfonso y Cepeda, dándome la oportunidad de poder aportar una pizca de conocimiento sobre el “mundillo azul”.
José Antonio:
Pasado, presente y futuro.
Breves notas
José Antonio fue un hombre de su tiempo (Madrid 1903-Alicante 1936) español, abogado, político, Marqués de Estella, hijo del general Miguel Primo de Rivera que ocupó la presidencia del gobierno de España (1923 a 1930) en el contexto de la monarquía de Alfonso XIII; José Antonio Primo de Rivera y Sáenz de Heredia fue diputado en Cortes por Cádiz (Noviembre 1933-Enero 1936) fundó Falange Española (Octubre 1933) que se fusionó con las JONS (Febrero 1934); fue el Jefe único de FE de las JONS (desde el 6 de octubre 1934 hasta su fusilamiento por el gobierno del Frente Popular de la II República española, tras un juicio sesgado y parcial, el 20 de Noviembre de 1936).
Estos serían los datos biográficos más relevantes para identificar a José Antonio en la historia de España. Para muchos hasta seria demasiada información, para otros insuficiente, a algunos les causaría curiosidad por saber más del personaje, otros añadirían o quitarían datos. De lo que estoy seguro es que, a una gran mayoría de españoles, al leerlos, les provocaría un sentimiento de amor, a otros de odio, como muy acertadamente titula Arnaud Imatz en su libro sobre José Antonio.
Creo también que su nombre no resuena indiferente en la mente de los españoles, José Antonio está ya para siempre en el inconsciente colectivo de España, basta con mentar su nombre, sin apellidos, para provocar reacciones, opiniones, emociones o actitudes, a favor o en contra, muy pocas veces neutrales.
“Ojalá fuera la mía la última sangre española que se vertiera en discordias civiles” dejó escrito en su testamento horas antes de ser derribado su cuerpo por un pelotón de fusilamiento, con odio ciego, sin conocer al hombre que mataban, sin saber que su grandeza no residía en su cuerpo sino en su mente, en su pensamiento, en su manera de afrontar la vida y la muerte, en su rica personalidad e inteligencia.
Unos abatieron su cuerpo, otros lo pasearon por las tierras de España. Hasta hoy se le conocen cuatro sepulturas, Alicante, El Escorial, Valle de los Caídos y actualmente en el cementerio Sacramental de San Isidro en el distrito de Carabanchel de Madrid. Esperemos que para siempre descansen sus restos en paz, junto a su familia, en tierra bendita, bajo el amparo de la Santa Cruz como fue su deseo.
José Antonio:
Conocerlo. Recuperarlo. Difundirlo.
CONOCERLO:
Si se quiere conocer el pensamiento de José Antonio, su actividad pública como abogado y sobre todo como político, nos obliga a las lecturas y al análisis de sus escritos directamente, expuestos en sus Obras Completas. Nos obliga, igualmente, para entenderlo mejor, a conocer las circunstancias socio-políticas de su tiempo. Nos obliga, para comprenderlo mejor, a empatizar con sus circunstancias personales, a abordar sus lecturas sin prejuicios tóxicos. Pienso que el prejuicio tóxico más nocivo es leer o analizar sus escritos sin antes borrar (o intentar borrar mentalmente) todo lo que sobre él se ha dicho, hecho en su nombre o justificado con sus escritos o acciones, posteriormente a su muerte.
José Antonio solo es responsable y aunque parezca obvio hay que decirlo, de lo que escribió, dijo, decidió o hizo personalmente. Nos obliga, igualmente, a entender, o mejor a comprender su evolución, su génesis de pensamiento, que en poco más de tres años experimentó, en un proceso de ideas, algunas alejadas de las premisas iniciales, hasta sus matices finales y otras sin pulir suficientemente, sujetas a los avatares cuasi dramáticos de los momentos políticos y sociales que acontecían en su tiempo.
Conocer bien la historia de España, sin mediación ideológica, de los años 1930 a 1936 es necesario para interpretar más finamente el pensamiento joseantoniano. Nos obliga, también, a discernir en sus escritos lo meramente transitorio del momento con lo permanente y lo esencial, con los principios y valores que conforman los cimientos de su ideario.
No puedo dejar pasar esta oportunidad para recomendar aquí el trabajo de Miguel Argaya Roca titulado “Entre lo espontáneo y lo difícil” de lectura imperdible para todo aquel que quiera profundizar en el pensamiento de José Antonio.
Sin pretender ser exhaustivo se podría decir que el ideario joseantoniano se sostiene sobre varios pilares, el primero la concepción del Hombre como criatura que tiene su origen en Dios, -el Dios cristiano- bíblico-, es creado por ÉL -hombre y mujer- a su imagen y semejanza, de quien recibe su máxima dignidad, dotado de libertad, de voluntad de decisión para salvarse o condenarse, de inteligencia para pensar, razonar y comunicarse, con capacidad de relación con sus semejantes que le configura como persona social. Poseedor de un cuerpo y un alma, sagrados, inseparables en la vida, identificándole como individuo único, integro e irrepetible, con conciencia de sí mismo, del bien y del mal. Valores eternos e intangibles que trascienden a la existencia del aquí y ahora terrenal.
Para José Antonio nada puede atentar contra estos valores. Subrayar y no menos importante, es que esta concepción de Hombre no excluye a ningún ser humano, a ninguno, ni por edad, ni por clase, ni por nacionalidad, ni por raza, ni por pensamiento, ni por sexo, ni por creencias religiosas, filosóficas o ideológicas.
Otro pilar es la concepción de Patria como “Una Unidad de Destino en lo Universal” de la que José Antonio se mostraba tan orgulloso. Unidad, no uniformidad; una misión, un objetivo, un proyecto ilusionante, motivado, comunitario, del conjunto de la nación, una meta, un DESTINO TRANSCENDENTE que deje huella en la historia de la humanidad, que vaya más allá de lo puramente material, que vibre, que resuene en los tiempos y en el espacio del Universo.
España fue Patria en la concepción joseantoniana cuando se entregó a la gesta de la Reconquista, cuando se hizo universal surcando los mares y fusionándose con los hombres de la Nueva España.
España fue Patria, posiblemente por última vez hasta hoy, cuando el pueblo español se levantó contra el invasor francés, para seguir siendo ella misma, en pie, sin servilismos y sometimientos a revoluciones contrarias a su idiosincrasia.
Las contiendas civiles son la antipatria. Dirá José Antonio. “Dos cosas forman una patria; como asiento físico, una comunidad humana de existencia; como vínculo espiritual, un destino común”.
La Patria no es una idea estática sino dinámica, en movimiento, cargada de un ideal épico-poético que une voluntades, acciones, esfuerzos y sobre todo FE. Señalar aquí el rechazo al nacionalismo por José Antonio, que lo veía como el “individualismo de los pueblos”, nacional sí, nacionalista no. El nacionalismo es el narcisismo, el egocentrismo de los pueblos, me permitiría añadir.
El trabajo como “mejor título de dignidad civil”. “El trabajo es una función humana, como es un atributo humano la propiedad”, José Antonio.
En el ideario Joseanoniano, en el modelo de Estado que propugna, se reconoce la propiedad privada como medio lícito para el cumplimiento de los fines individuales, familiares y sociales. El trabajo como depositario de las plusvalías que genera, el trabajo como título de propiedad del medio de producción en el que se materializa, es para José Antonio el pilar de la producción económica, poniendo al dinero-capital y al nuevo Estado Sindical a su servicio, al servicio del trabajo, de los trabajadores sin clases.
Para José Antonio la propiedad privada es “la proyección directa del hombre sobre sus cosas, es un atributo elemental humano. El capitalismo ha ido sustituyendo esa propiedad del hombre por la propiedad del capital”. El comunismo por la propiedad estatal, capitalismo de Estado. El capital en el pensamiento joseantoniano no tiene poder ni posibilidad alguna para comprar o alquilar la fuerza del trabajo de cualquier trabajador, en todos los sectores de producción.
El Estado como instrumento al servicio de Todos. Un Estado fuerte respetado por los de fuera y facilitador de bienestar, felicidad y justicia social para el pueblo que participará en él a través de la función familiar, municipal y sindical.
Amplia descentralización administrativa de sus instituciones, sobre todo municipales y comarcales; reconoce la diversidad de los pueblos que lo conforman, sus lenguas, sus costumbres, sus tradiciones, dentro de una unidad política potente, que integre, que no separe, que engrandezca al conjunto de la nación, del Estado, de la Patria.
La autoridad, el orden y la jerarquía serán señas de identidad del nuevo Estado. El Estado Sindical no es absoluto, no dicta, no ostenta la verdad ni la moral, aunque las busca, las identifica, las defiende y las sirve. No es totalitario en este sentido. Cabe la libertad religiosa, la libertad de expresión y de pensamiento, siempre que se ejerzan con la palabra y la razón.
La democracia entendida como mecanismo de alternancias de poder y proclamadora de la verdad por mayoría no es admitida en el pensamiento joseantoniano, sí una democracia sustentada en verdades permanentes e inmutables emanadas de la Ley Natural, no sometidas al relativismo de las votaciones.
Nos recordará José Antonio “Juan Jacobo Rousseau vino a decirnos que la justicia y la verdad no eran categorías permanentes de razón, sino que eran, en cada instante, decisiones de voluntad”. Es “El estado liberal -el estado sin fe-“, es el buenismo sentimentaloide del nefasto Rousseau. Para José Antonio la verdad no es un producto de la política de las mayorías, sino que la precede, la ilumina y la ilustra.
Ni las democracias liberales capitalistas, ni las populares comunistas, ni las dictaduras personales, ni las partitocracias disfrazadas de democracias, sirven a un sistema de verdades que la razón muestra al hombre con una conciencia sana, éticamente comprometida.
“La libertad no puede vivir sin el amparo de un principio fuerte, permanente. Cuando los principios cambian con los vaivenes de la opinión, solo hay libertad para los acordes con las mayorías” diría José Antonio. Solo la verdad os hará libres, nos afirma Jesús de Nazaret en su evangelio.
Por lo tanto, el Estado nuevo en la mente de José Antonio no es panteísta, no es corporativo, (lo que sería otro buñuelo de viento), no es individualista, ni nacionalista, ni colectivista, no es objeto de adoración ni divinización, no es autoritario ni dictador, no se apodera de la intimidad de las personas, no suprime la libertad de movilidad, es de todos y para todos sin clases dominantes, sin pretensión totalitaria, no sirve a intereses extranjeros, ni es represor de ideas, ni de libertades, a no ser que menoscaben la dignidad humana, la unidad de la patria y la justicia social.
Dirá José Antonio “el Estado es el servidor del destino de la Patria y de su Unidad”. No hay partido único que domine al Estado, como ocurre en los sistemas social-comunistas, fascistas o nacionalsocialistas, los tres de la misma raíz marxista-materialista, o dos o tres partidos dominantes en los sistemas liberales-capitalistas. Simplemente no hay partidos como vía para alcanzar el poder, en una república de hombres libres, donde los mejores alcanzarían los puestos más altos del Estado, elegidos o rechazados por el pueblo, por su participación directa.
Me permito aconsejar aquí la lectura del libro de José Martín Ostos “La participación del pueblo en el poder (alternativa al sistema de partidos políticos)”.
RECUPERARLO:
Conviene recordar que José Antonio es encarcelado el 14 de marzo de 1936 en la cárcel modelo de Madrid. El 5 de junio del mismo año es trasladado a la cárcel de Alicante. El levantamiento militar se produce el 17-18 de Julio. El 20 de noviembre siguiente es fusilado. Ocho meses aislado, desconectado, privado de libertad, controlados todos sus contactos con el exterior, sometido a un juicio frente a un tribunal popular asumiendo su propia defensa, sabiéndose con escasas posibilidades de salir indemne y vivo, como así ocurrió.
Desde ese momento y durante dos años no se reconoce su muerte en la llamada “zona nacional” donde se le nombra como el “Ausente”, comenzando así la fabricación del mito. Ténganse estos datos muy presentes a la hora de analizar sus responsabilidades políticas durante el periodo 14 de marzo-20 de noviembre de 1936 y desde entonces hasta hoy.
Cinco meses después del fusilamiento de José Antonio, el 19 de abril de 1937, en plena guerra civil, Franco, que nunca había mostrado simpatías por Falange Española, siendo conocidas las escasas y tensas relaciones que había mantenido con José Antonio, decreta la desaparición de la Falange del “Ausente”, la unifica con el Requeté, se autonombra jefe único, se apodera del nombre, de los símbolos y de las vehementes voluntades de la mayoría de los falangistas, ocupados en luchar en los frentes.
Solo unos pocos apoyaron al jefe nacional de entonces (en espera de la vuelta de José Antonio) Manuel Hedilla, en su oposición a Franco, no aceptando la unificación, ni la cesión de Falange Española, que suponía la desaparición, el robo y la desvirtualización de su ideario.
Hasta aquí la Falange de José Antonio, arrebatada dictatorialmente y sustituida por la Franco-Falange (Falange Española Tradicionalista y de las JONS). Confusión que perdura por la ignorancia de unos, la colaboración de otros, la torpeza de algunos y la inquina de muchos. Desde entonces tenemos la historia de los falangistas, de las falanges, sin José Antonio, que Cristina y otros están poniendo, en negro sobre blanco, en sus libros, muy necesarios para clarificar y entender el galimatías del posfalangismo.
A día de hoy y reconociendo todos los sinceros y nobles esfuerzos que se han realizado por recuperar, dignificar y autentificar a la genuina Falange Española de las JONS de José Antonio, pienso y afirmo que se ha fracasado en todos los intentos, que con la muerte de José Antonio y el Decreto de Unificación, se enterró la organización, se quemó el nombre y se despojaron de su significado real sus símbolos, eso sí, nos queda la historia y el pensamiento intacto de José Antonio que asimila en sí mismo la doctrina de Falange Española de la JONS (1933-1937) cuatro intensos y ardorosos años.
Mi reconocimiento al buen trabajo que está haciendo Juan Manuel Cepeda con su “Memoria Azul”, “Memoria Falangista”, “Historias Azules” y “Nuestra Primavera” dando a conocer a los protagonistas y a sus hechos, de aquellos años, siendo muy recomendable su seguimiento.
Poner hoy en valor este pensamiento, su estilo, su coherencia, su esencia, sus postulados irrefutables, sus propuestas novedosas para construir sociedades más libres, más justas y más humanas, es primordial. Para ello se hace necesario recuperarlo, rescatarlo y desarrollarlo.
Solo despojándose de los uniformes físicos y mentales podremos liberar lo genuino y válido para el hombre de hoy, para las sociedades de hoy, del pensamiento joseantoniano.
Anclarse en la nostalgia de lo que pudo ser y no fue o repetir compulsivamente homenajes, conmemoraciones o efemérides del pasado, no ayudan a poner en el presente el ideario joseantoniano, es más, termina invalidándolo, oscureciéndolo, enturbiándolo, cayendo en las trampas propagandísticas de sus detractores, dicho esto, siempre desde mi percepción particular.
Mitificando su pensamiento, su persona, sus dichos, sus hechos, sus gestos, su vida privada; endiosándole o presentándole como modelo de perfección, solo se conseguirá poner una barrera, un impedimento, un obstáculo, para que brillen sus ideas, sean descubiertas y aprovechadas por las nuevas generaciones.
José Antonio fue un hombre excepcional, pero un hombre, con sus luces y con sus sombras, que le tocó vivir unos momentos excepcionales, que los afronto a su manera y estas maneras junto con a su alta inteligencia, a su cualificada formación universitaria, política, filosófica y teológica, a su gran vocación de abogado, así como al cumulo de circunstancias personales acaecidas en su vida, dio como resultado su estilo y su pensamiento, también excepcionales y originales, rozando lo excelente. Aprovechémoslo.
DIFUNDIRLO:
Cuando se constata y la evidencia nos confirma que la estética, el lenguaje y las formas de presentarse no solo no son aceptadas, sino que distorsionan o confunden u ocultan la esencia y la verdad del mensaje, nos obliga a abandonarlas, parcial o totalmente, buscando nuevas imágenes, otros modos, nuevas herramientas o maneras más eficaces para alcanzar el objetivo, que no es otro que darse a conocer, transmitir ideas, ganar adeptos, aportar soluciones, defender la verdad de sí mismos, sin renunciar a los principios, a los postulados o a los valores que lo conforman o lo sustentan, es más, reafirmándose en ellos mostrándolos con más convicción si cabe.
Nunca temer, sin cesiones fundamentales, la colaboración de acción con las personas o agrupaciones, que muestren coincidir en ideas concretas con el ideario joseantoniano o manifiesten interés y respeto por conocerlo. Siempre aceptar el dialogo y la confrontación con la palabra, cuando se esté en igualdad de condiciones. Ni la algarabía, ni la trifulca, ni la fanfarronería son conciliables con el estilo joseantoniano.
Basta con poner en Google el nombre de José Antonio Primo de Rivera para ver en primer lugar lo que de él dice la enciclopedia virtual “libre” Wikipedia, con miles de entradas diarias a su contenido, en todo el mundo. Falsedades, engaños, infundios. Que a algunos les reafirma en sus creencias y prejuicios sobre él y a otros que por primera vez se acercan al personaje reciben una imagen distorsionada y falsa.
Esta y otras evidencias deberían movilizar a los joseantonianos a intervenir activa y eficazmente, ya no solo en Google o en Wikipedia, sino en todo internet y en las redes sociales, para revertir, aclarar y limpiar los errores mal intencionados, indocumentados o perniciosos en estos medios, así como en los demás soportes de comunicación.
La fundación de un observatorio joseantoniano, dotado de medios materiales y humanos cualificados para recibir información, procesarla, elaborar contenidos de textos, vídeos, grabaciones de voz, respuestas precisas y veraces, insertándolas en los medios de comunicación, manteniéndolo en el tiempo, sería, a mi modo de ver, el instrumento más eficaz para proyectar y difundir el pensamiento joseantoniano y su historia, al día de hoy. La batalla de la información y de las ideas se está librando básicamente en las redes sociales y en todo el universo de internet.
Libros como los ya citados, junto con el último trabajo de Manuel Parra Celaya, “Diccionario ideológico joseantoniano”. El de Jorge Perales Nieto, “Testimonios azules- joseantonianos” compendio de entrevistas realizadas por elmunicipio.es a 40 personas relacionadas de alguna manera con el mundo azul, desde distintas sensibilidades. Son otra forma eficaz de difundir el ideario de José Antonio. Comprar, leer, regalar, y promocionar estos trabajos es contribuir a la defensa y a la difusión del pensamiento de José Antonio.
Escribir y publicar artículos de calidad desde el ideario joseantoniano como ocurre en las publicaciones mensuales de la Fundación José Antonio o de la web “La Razón de la Proa”, o los estupendos escritos en la prensa de Gustavo Morales y otros, son ejemplos válidos y eficaces para dar a conocer a José Antonio.
¿Cómo puede un joseantoniano dialogar, opinar, intervenir, participar o influir en la geopolítica actual, en el debate ideológico, en las políticas sectoriales, nacionales o internacionales?
Pues con una gran ventaja sobre el resto de las propuestas sociopolíticas actuales. El joseantoniano no tiene un programa previo, sino que cuenta con un corpus doctrinal de principios inmutables, atemporales y coherentes que aplica o puede aplicar a todo contexto que se dé o se presente, con un estilo propio, con fundamentos sólidos que amparan a la razón cuando son expuestos. Principios inmutables, atemporales y coherentes en conexión, en sinergia unos con otros, que iluminarán a los técnicos a la hora de concretar soluciones en cualquier ámbito o sector de la sociedad.
No es reconocible como un estado auténticamente joseantoniano si está basado en una economía de corte liberal-capitalista, disfrazada con palabrería sacada de contexto de la doctrina de José Antonio, el ejemplo está en la mente de todos.
Si se admite como principio inmutable joseantoniano que la familia es la célula social indestructible y se admite, igualmente, que no hay más formas de conservar indisolublemente la familia que el matrimonio de una mujer con un hombre. Que la grandeza del matrimonio está en ser irrevocable.
El joseantoniano debe ser coherente con este principio, al mismo nivel, con la misma fuerza que con los otros, independientemente de su estado personal, -que puede ser comprensible, doloroso-, pero no por ello cambiado o suprimido y así debe ser defendido, contra las modas o contra las mayorías. La Familia, como la Patria, es Una Unidad de Destino en lo Universal.
Choca frontalmente contra los principios joseantonianos, la destrucción de la vida humana en el útero materno, en el parto y durante todo el tiempo de su existencia hasta la muerte natural.
La vida humana es sagrada, gozando de la máxima dignidad en todo instante de su presencia terrenal. La integridad del hombre es un principio irrenunciable. En este sentido el joseantoniano será coherente con su doctrina si se proclama provida y es activo en su defensa.
La ideología de género Lgbti además de ser biológicamente incompatible es destructiva de la identidad del hombre y de la mujer, así mismo de la familia nuclear tal y como la entiende la doctrina joseantoniana.
España, que abrió al mundo la concepción global de su existencia, ve hoy aturdida, anestesiada e inmovilizada, como las ideologías liberales y socialcomunistas, verdaderas hijas de la viuda, que en otro tiempo le arrebataron el liderazgo del nuevo mundo, se alían entre sí para dominarlo, en su totalidad, imponiendo su Nuevo Orden Mundial, cuya maléfica ideología se percibe camuflada en la Agenda 2030.
Son los poseedores del poder-dinero, endiosados, tanto privado como estatal, acumulado a costa del trabajo de los pueblos, pretendiendo abolir al hombre libre, digno, integro y transcendente, atentando contra su vida, adueñándose de su destino.
Hay que salir de la dicotomía derechas-izquierdas, norte-sur, conservadores-progresistas, constitucionalistas-separatistas, incluso de la de soberanistas-globalistas, más del momento. Enfrentamientos estériles que dividen en beneficio de los poderosos y de los separadores, siendo alentados por ellos.
A mi modo de ver, desde la doctrina joseantoniana hoy hay que declararse próvida, profamilia natural, a favor de las patrias soberanas con sus propios destinos, por las tradiciones culturales que identifican y dan sentido a los pueblos, por una globalización, que no globalismo, que, respetando la soberanía y la identidad de las naciones, colaboren para el bien de sus pueblos y de sus habitantes.
Por la desarticulación del capitalismo y del social-comunismo, articulando nuevos sistemas que impidan el sometimiento del hombre al dinero y al poder de los dictadores-totalitarios, erigidos en élites despóticas, presentándose la mayoría de las veces como perfectos demócratas, cuando en realidad solo pretenden el dominio total sobre todos los demás.
Aquí basta con aplicar y explicar, de momento, los principios de capital, de trabajo y de propiedad joseantonianos, que, aún sonando a utópicos, son incuestionablemente más compatibles con una justicia social más elevada y posible.
La reconquista de la Hispanidad, de lo hispánico, de los valores metafísicos de España, es sin duda la misión, la tarea por antonomasia, que los españoles, todos los pueblos hispánicos, tienen para volver a proyectarse en la historia universal, ser patria de nuevo e influir significativamente en el destino de la humanidad.
“Queremos que España recobre resueltamente el sentido universal de su cultura y de su historia” en palabras de José Antonio.
Por lo tanto, mestizaje de sangre, hermandad de pueblos, unidad en la búsqueda del bien, de la justicia y de la verdad.
Ya termino, pero no sin antes señalar en mayúsculas, la aspiración máxima de José Antonio, de la doctrina joseantoniana, tanto para los hombres como para las patrias, que no es otra que LA SUPREMACÍA DE LO ESPIRITUAL. “La vida no se puede considerar como un mero juego de factores económicos”, José Antonio.
Combatir, consecuentemente, a la posmodernidad, a la posverdad, al materialismo globalista imperante; al control de las tecnologías y la inteligencia artificial sobre el hombre y los pueblos.
Combatir y combatir a los diseños de la ingeniería social que pretendan anular la libertad intrínseca del hombre; a la imposición de sincretismos espirituales incompatibles con la verdad; a las mentiras sistemáticas para confundir y dominar la mente humana; a la censura de los poderosos contra toda idea u opinión que ponga en cuestión sus verdades inanes y distópicas.
Combatir, combatir y combatir a la explotación del hombre en cualquier forma que menoscabe su dignidad; a la usura financiera y a toda clase de corrupción.
Combatir y denunciar la introducción en el cuerpo de los hombres -especialmente de los niños- de sustancias sintéticas y a las tecnologías que potencialmente puedan alterar su naturaleza humana, atentando contra su integridad.
Combatir eficazmente a la pederastia, a la violencia doméstica, al racismo y a todo abuso, maltrato o dominio sobre las personas.
Combatir y derrotar a las mentiras de la leyenda negra contra España y la Hispanidad. Así como a las leyes de la memoria histórica que falsean la verdad de los hechos maliciosamente.
Combatir e impedir todo atentado contra la unidad de la Patria, de España y contra la dignidad, libertad e integridad de todas las personas humanas, especialmente de las hispano-españolas.
Combatir activamente la deshumanización de los municipios, la inseguridad en sus calles, la escasez de viviendas dignas y de servicios de calidad para todos.
Desenmascarar y combatir las pretensiones del Nuevo Orden Mundial, de su Agenda 2030, de sus terminales de dominio, de la cultura de la muerte, del avance del Transhumanismo, de la Inteligencia Artificial, de sus políticas demográficas selectivas, así como combatir y desenmascarar, a todo intento de esclavizar y materializar la vida humana, con el control de la enseñanza, de la ciencia, de la natalidad, de la migración, de la alimentación, de la sanidad y de los medios de comunicación. Combatir estas políticas estratégicas de la ONU y de sus organizaciones satélites en manos globalistas.
Todo esto es joseantoniano, auténtico y disidente.
Hay que tener un entendimiento de amor por el bien común, por la convivencia en paz, alegre y armónica entre las personas y entre las naciones. Más y más justicia social. Más y más conciencia de la dignidad de la vida humana. Más y más ahínco por la conquista de la libertad y en la búsqueda de la verdad.
José Antonio dejó dicho, “la espiritualidad ha sido y es el resorte decisivo en la vida de los hombres y de los pueblos”. Y siendo fieles a la verdad, para él esta espiritualidad es la cristiana-católica, la que configuró a España, a Europa, a la Hispanidad y las doto de sentido.
Hay esperanza para un mundo mejor, más justo y más espiritual. Nada está perdido, con moral de victoria, en pie, adelante, siempre arriba.
Por la dignidad Humana, por la Justicia social, por una Patria libre. Que la verdad como bandera y el servicio como norma sean lemas joseantonianos junto al “Plus Ultra” al “más allá” de la Hispanidad.