La izquierda ha puesto el grito en el cielo ante la propuesta del ministro Wert de exigir como requisito para la concesión de becas, el mantenimiento de una media académica fijada en un terrible 6,5.
La cuestión parece sencilla: cuando un estudiante es recompensado con una beca que pagamos todos los españoles a través de los impuestos, resulta evidente que debe exigirse cierto grado de esfuerzo por parte del estudiante como contraprestación, para revertir a la sociedad el hecho de haber sufragado parte de sus estudios.
Y es que no debe establecerse únicamente el criterio del poder adquisitivo para ser becado. En un país como España donde la mediocridad a menudo ha sido becada, resulta comprensible que los cada vez más reducidos recursos asistenciales sean puestos al servicio de aquellos cuyo esfuerzo, capacidad y valía sean las mejores.
La apertura de las Universidades a todo el mundo que sin vocación ni preparación ha accedido a ella con los gobiernos de UCD, PSOE y PP, ha tenido la grave consecuencia de la que hoy nos lamentamos: jóvenes sin preparación, iniciativa ni sentido común. sufragar esa mediocridad nos ha dado generaciones de jóvenes conformistas que no quieren cambiar las cosas con esfuerzo.
Nuestra postura como falangistas es clara: debe becarse en primera instancia a aquellos estudiantes que no puedan acceder a los estudios superiores por motivos económicos, pero para el mantenimiento de becas, los estudiantes beneficiarios deben realizar un esfuerzo equivalente al que los españoles hacen para pagar sus impuestos. Por ello es necesario poner una nota de corte para evaluar el cumplimiento de este requisito.
Sólo así conseguiremos una sociedad armónica y socialmente justa, con buenos profesionales que hayan sabido sacar adelante sus carreras. Todo lo demás es demagogia. Demagogia barata en la que la izquierda es alumna aventajada.
FE-JONS