La Autoridad de Embriología y Fertilización Humana (HFEA) del Reino Unido ha dado luz verde, por primera vez en un país occidental, a un grupo de científicos británicos para que modifiquen genéticamente embriones humanos a fin de comprender mejor su desarrollo. El objetivo, a fin de cuentas, es abrir en canal el código fuente de los seres humanos y explorar las posibilidades de modificarlo.
20 Minutos / La investigación se llevará a cabo en el Instituto Francis Crick de Londres para tener un mayor entendimiento sobre los primeros momentos de la vida humana y se desarrollará durante los primeros siete días después de la fertilización. La autorización del regulador británico ha sido acogida con júbilo en la comunidad científica al considerarse un paso clave para tener mayor entendimiento sobre el ser humano.
Sin embargo, la cuestión también ha suscitado controversia por los temores a que un mal uso de esa tecnología derive en tratamientos potencialmente peligrosos o abra la puerta a los llamados «bebés de diseño».
¿Qué pretenden conseguir los investigadores?
El objetivo es emplear un método avanzado de «selección de genes» para realizar cambios precisos al ADN a fin de alterar la actividad genética en la fase más temprana del embrión. «Nos gustaría comprender los genes que son necesarios para que un embrión humano se desarrolle con éxito en un bebé sano», explicó la científica Kathy Niakan, responsable de la investigación.
Según Niakan, «el motivo por el que es tan importante» esta iniciativa es «porque los abortos y la infertilidad son extremadamente comunes, pero no se comprenden muy bien». La relevancia del proyecto se basa, también, en sus potenciales aplicaciones terapéuticas a la hora de tratar problemas de infertilidad o en terapias con células madre.
Peter Braude, experto de Obstetricia y Ginecología del King’s College de Londres, explica que los instrumentos de selección genética posibilitarán «nuevos enfoques en los mecanismos genéticos básicos que controlan la ubicación de las células en la gestación del embrión».
La intención última de la modificación genética de embriones humanos es acabar desde su raíz con las 5.000 enfermedades hereditarias.
¿Cómo se modifica genéticamente un embrión?
Los investigadores británicos pretenden usar la técnica de edición genética CRISPR/Cas9 -descubierta en 2012- para realizar alteraciones específicas en los genes y estudiar así los efectos de estas variaciones en el desarrollo del embrión.
La ténica CRISPR -cuyas siglas corresponden a Repeticiones Palindrómicas Cortas Espaciadas entre sí y Agrupadas- permite alterar de forma rápida, precisa y detallada cualquier posición de los 23 pares de cromosomas del genoma sin cometer errores ni introducir mutaciones no deseadas. Estos procesos de alteración funcionan como una especie de ‘corta y pega genético’ que permiten borrar y remplazar trozos de ADN.
La revista Science proclamó el año pasado -tras dos años seguidos siendo finalista- a esta técnica de edición genética como el descubrimiento del año. Además, sus dos principales descubridoras fueron galardonadas con el premio Príncipe de Asturias. Asimismo, los investigadores tienen previsto utilizar también las llamadas técnicas de «transfección», que implican la inserción de material genético en células.
¿Existen precedentes?
La primera modificación de embriones humanos de la historia se llevó a cabo en abril de 2015 por científicos chinos, desencadenando un intenso debate sobre los límites de la manipulación genética. Un equipo de 16 científicos liderado por Huang Junjiu, de la Universidad Sun Yat-sen de Cantón, publicó en la revista especializada estadounidense Protein & Cell el pionero estudio.
Las modificaciones con fines terapéuticos están prohibidas en casi todo el mundo El objetivo de la investigación era corregir el gen responsable de la beta-talasemia, una enfermedad hematológica hereditaria y potencialmente mortal, en embriones no viables descartados por las clínicas de fertilidad y que no podrían salir adelante. Para ello, se empleó la técnica de edición genética CRISPR.
El experimento llevado a cabo en China salió mal: de los 86 embriones utilizados, sobrevivieron 71 y sólo en 28 funcionó la alteración del ADN. Según el estudio de la Universidad Sun Yat-sen, los autores reconocieron que la técnica empleada está aún lejos de producir resultados satisfactorios con su desarrollo actual y que sus aplicaciones clínicas serían «prematuras».
Según reveló la revista británica Nature, otros tres equipos de investigadores chinos trabajan actualmente en estudios con embriones parecidos al ya publicado.
Implicaciones éticas
Las modificaciones con fines terapéuticos están prohibidas en casi todo el mundo. Pero desde hace tiempo había la sospecha en los círculos científicos de que este tipo de experimentos se estaban llevando a cabo, lo que causó una intensa discusión por sus implicaciones éticas. Se trata de un tema controvertido, pues sus detractores temen que la alteración del ADN de un embrión abra eventualmente las puertas a los llamados «bebés de diseño» o que un mal uso de esa tecnología derive en tratamientos potencialmente peligrosos.
Es ilegal transferir los embriones modificados a una mujer para tratamientoEn marzo de 2015, las revistas Nature y Science divulgaron sendos artículos escritos por científicos (incluidos dos galardonados con el Premio Nobel) en los que se pedía una moratoria a las investigaciones que implicaran la alteración de ADN de células reproductivas humanas por sus «riesgos éticos y de seguridad». Dichas revistas rechazaron publicar la investigación china por objecciones éticas, según explicó el director del estudio.
Según el instituto británico, los expertos esperan que los embriones que buscan modificar sean donados por parejas que tengan muchos almacenados como parte de sus tratamientos de fertilidad. «Los embriones sobrantes que se usarán en este trabajo habrán sido donados para fines científicos», subrayó hoy Alastair Kent, director de Alianza Genética UK, que insistió en la relevancia de la contribución de los donantes de embriones en el campo de la ciencia.
Los científicos han recalcado que no permitirán que los embriones cumplan su ciclo de crecimiento, sino que los estudiarán primeros siete días después de la fertilización antes de destruirlos.
La organización especifica que la licencia concedida incluye una condición por la que «ninguna investigación que emplee selección genética se pueda llevar a cabo hasta que haya recibido la aprobación ética» y recuerda que «es ilegal» transferir los embriones modificados a una mujer para «tratamiento».