Le Point informa de que el grupo americano Eagles of Death Metal, traumatizado por los ataques terroristas de París la noche del viernes, está ya de vuelta en California. Supuestamente se encontraban en mitad de una canción titulada acertadamente “Besa al diablo”, cuando los asesinos atacaron la sala de conciertos y comenzaron a matar a la gente.
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¿Qué tal un poco de la letra de dicha canción de esta marchosa banda americana?
“Besa al diablo”
¿Quién amará al diablo?…
¿Quién cantará su canción?…
¿Quién amará al diablo y su canción?…
Yo amaré al diablo…
Yo cantaré su canción…
¡Yo amaré al diablo y su canción!… ¿Quién amará al diablo?… ¿Quién besará su lengua?…
¿Quién besará al diablo en su lengua?… ¡Yo amaré al diablo!…Yo besaré su lengua…
¡Yo besaré al diablo en su lengua!…
¿Quién amará al diablo?…
¡YO AMARÉ AL DIABLO Y CANTARÉ SU CANCIÓN!
¿Linda, eh?
¿Saben qué le ha pasado a la guerra de la cultura? ¿Por qué todo el mundo se ha rendido en la campaña contra “la música de Satán”?, en la que nuestros padres y abuelos lucharon con uñas y dientes.
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¿Recuerdan con qué vigor los católicos tradicionales solían luchar contra la industria de la música pop -una industria que gasta millones intentando adoctrinar a nuestros niños 24 horas sobre 24, siete días a la semana, con una catequesis luciferina? ¿Qué ha ocurrido? ¿Por qué izamos la bandera blanca?
Quizá sea tiempo de volver a aquello.
Muchas gracias a nuestros amigos del Centro de Fátima por el oportuno post de esta semana de una vieja charla sobre música rock/pop que di en Sao Paulo, Brasil, hace años.
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Esta charla se impartió en una de las conferencias del difunto padre Grüner para sacerdotes católicos. Mi esperanza al publicarla aquí es que debería reavivar el debate (e incluso la guerra) contra la podredumbre de la música pop, que, no hace tanto, era tan importante para los polemistas católicos como la revolución litúrgica y la restauración de la misa tridentina.
Podemos asistir a misa en latín todos los días de la semana, y hacer “escuela en casa” hasta el hartazgo; pero si nuestros chicos están escuchando a Miley, Iggy, Justin y Gaga, entonces, olvídenlo. La guerra ha terminado, y hemos perdido.
Michael Matt