Los terroristas que atacaron este martes una iglesia en la región francesa de Normandía, en el norte del país, obligaron al sacerdote asesinado, Jacques Hamel, a arrodillarse en el suelo del templo y grabaron el crimen en vídeo, según relató una de las monjas secuestradas.
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Esdiario / Las declaraciones de los testigos han arrojado luz sobre lo vivido este martes en la iglesia de Saint-Etienne-du-Rouvray, asaltada por dos hombres armados en nombre del grupo terrorista Estado Islámico. Esta organización ha reivindicado la autoría del ataque, cometido supuestamente por dos de sus «soldados».
Los terroristas retuvieron en el interior del templo al cura –el anciano Jacques Hamel de 86 años, que ha muerto degollado–, a dos monjas y a dos feligreses. Otra monja consiguió escapar y dio la voz de alarma a las autoridades.
Una de las mujeres, identificada como la hermana Danielle, explicó a la emisora RMC que los dos terroristas entraron durante la misa decididos a asesinar al religioso. «Le obligaron a ponerse de rodillas, intentó defenderse y es cuando comenzó el drama», contó.
La hermana Danielle relató que los dos terroristas llegaron a grabar el asesinato de Hamel, que murió degollado. Además, «hicieron una especie de sermón alrededor del altar en árabe», recordó esta monja, testigo del «horror».
Una fuente de la investigación ha confirmado al periódico Le Figaro que los terroristas tenían, además de armas blancas, una pistola «inoperativa» y un dispositivo «falso» que hicieron pasar por una bomba. La Policía Nacional aclaró en Twitter que el registro a la iglesia concluyó sin que se hallaran explosivos.
Fichado y con brazalete electrónico
Lo que también han comenzado a trascender son los datos de los dos terroristas. Uno de ellos, estaba fichado y llevaba un brazelete electrónico para estar controlado. La identidad del hombre todavía no ha sido confirmada, ni tampoco la de su compañero. Según France Info, tenía permiso para salir de casa de sus padres, donde residía, entre las 8.30 y las 12.30.
Por su parte, el terrorista que falleció abatido por la policía había sido encarcelado en prisión preventiva en 2015, cuando fue abortado en Turquía su intento de unirse al Estado Islámico en Siria. Sin embargo, en marzo de este año quedó libre, controlado desde entonces por el brazalete electrónico, algo que ha disparado las alarmas entre los ciudadanos de toda Europa en medio de esta oleada de atentados que parece no tener fin.