En dos semanas, la formación política comunista Podemos celebrará su segunda Asamblea Ciudadana, el llamado Vistalegre 2, que supone la primera cita del máximo órgano de decisión del partido desde el mes de octubre del año 2014, algo más de dos años en los que el partido morado ha desplegado su táctica de “máquina de guerra electoral”. Pero concluido el ciclo de elecciones, la formación debe replantearse su futuro y estrategias, en una situación muy distinta a la de aquel octubre.
Okdiario / Se les llamó ‘los cinco de Vistalegre’. Pablo Iglesias, Íñigo Errejón, Juan Carlos Monedero, Carolina Bescansa y Luis Alegre posaron juntos y sonrientes en una instantánea que se convirtió en imagen de aquella asamblea, y que hoy sirve como recordatorio de hasta qué punto han llegado las divisiones dentro de Podemos.
De entre esas divisiones, ninguna es más profunda que la que separa a Pablo Iglesias de su número dos, Íñigo Errejón. Enfrentados durante meses, han aireado sus diferencias en declaraciones a los medios y publicaciones en las principales redes sociales hasta provocar un enfrentamiento abierto que ha dividido al partido en dos corrientes inmersas en un enfrentamiento que ya no tratan de disimular.
La rivalidad entre Pablo Iglesias y su brazo derecho se hace evidente en las propuestas que ambos han presentado de cara a Vistalegre 2, y en las que ambos se han asegurado de incluir medidas para limitar o coartar el poder de su rival. Así, Íñigo Errejón propone desarmar el núcleo duro de Pablo Iglesias con una estricta limitación de cargos que alejaría de la Ejecutiva a algunos de los líderes más cercanos a Pablo Iglesias como Pablo Echenique -secretario general en Aragón- o Ramón Espinar -líder en la Comunidad de Madrid. Por su parte, el documento del sector oficialista ‘Mandar obedeciendo’ abre la puerta a que el Consejo Ciudadano pueda disponer del cargo de Errejón al frente de la Secretaría Política del partido comunista Podemos, además de blindar la posición de Pablo Iglesias como secretario general.
Más progresiva ha sido la caída en desgracia de la secretaria de Análisis Político y Social, Carolina Bescansa. Su actitud ante la guerra entre Pablo Iglesias y Errejón, sin tomar partido e incluso reprochando a ambos líderes su actitud, ya la había colocado en la ‘lista negra’ del secretario general. Todo ello unido a la sobreestimación de los resultados electorales de Podemos que muchos desde la formación le atribuyen vaticinan que Bescansa estará entre los que no conserven su puesto un vez concluida la Asamblea Ciudadana.
En cuanto a Luis Alegre, el que fue secretario general de Podemos en la Comunidad de Madrid -donde ejerció de “brazo ejecutor” de Pablo Iglesias- había sido tradicionalmente uno de los líderes de Podemos más cercanos al secretario general, si bien desde su dimisión se había mantenido en un discreto segundo plano. Todo eso acabó cuando firmó un artículo junto con el colaborador de Errejón Pedro de Palacio, y en el que apuesta claramente por la tesis del “debate de ideas” que ha sido una de las banderas del proyecto errejonista. Además, y como desveló OKDIARIO, Alegre hizo campaña en las primarias de Madrid por la candidatura de Tania Sánchez y Rita Maestre, en lugar de apoyar al candidato oficialista Ramón Espinar.
La incógnita se centra en el quinto personaje de la instantánea, el cofundador del partido Juan Carlos Monedero, que dimitió de sus cargos en el mes de abril del año 2015 por conflictos con la dirección pero que se ha mantenido activo aunque en un segundo plano, y que en los últimos tiempos se ha convertido en el más fiel defensor del estilo duro de Iglesias, lo que parece indicar que, de los ‘cinco de Vistalegre’, Monedero sería el único que seguirá -o regresará- al lado del líder dos años después.
