—¿Cuál es su visión de los sindicatos, entonces?
—En un régimen capitalista o socialista, es decir, mientras haya asalariados y patronos (sean éstos personalidades individuales, sociedades anónimas o limitadas, o esa gran sociedad anónima que es el Estado), los sindicatos deben ser los tradicionales a que nos hemos referido, dirigidos especialmente a la defensa de los intereses de los trabajadores en pugna con los intereses del patrono.
Cuando las empresas sean de los trabajadores, esos sindicatos ya no tendrían sentido y deberían transformarse en organismos representativos de las empresas comunitarias, agrupadas por ramas de producción, dirigidos a organizar la economía de común acuerdo entreellos con el arbitraje y control del Estado popular.
Claro es que no todas las empresas podrían organizarse así. La industria básica, la Banca, los transportes, las comunicaciones y las grandes empresas de obras públicas, deben ser nacionalizadas constituyéndose en empresas mixtas, en la propiedad y en la gestión, del Estado y los trabajadores y en éstas, el sindicato tradicional tendría su papel; mientras que, en las pequeñas empresas familiares o cuasi-familiares, el contrato de trabajo debería ser sustituido por el contrato de sociedad.
Narciso Perales.
(De la entrevista publicada en el libro de José Luis Muniaín, Alberto Otaño y Maribel Troncoso, Los sindicalistas.
Gráficas Ellacuría, Bilbao, 1973.
Visto en la cuenta oficial de Facebook del Movimiento Falangista de España.