La candidata de Ahora Madrid ha dedicado buena parte de su intervención en el desayuno que ha tenido este martes en Madrid a defenderse de las informaciones publicadas en exclusiva por Libertad Digital y esRadio sobre los problemas que tuvo el despacho de arquitectos de su marido. Según ha explicado Carmena, las informaciones han sido insidiosas y se preguntaba si es razonable «que, por una actuación absolutamente maliciosa, me encuentre yo en la situación de decirles que para que me crean tengo que traer toda la documentación, que está en el concurso de acreedores».
LD / Y añadía que la empresa de su marido, i3, «es la empresa que tenía los créditos con los trabajadores. Si ven las sentencias. Es mi marido el principal acreedor», matizaba justo antes de aclarar que precisamente han presentado una querella contra los tres trabajadores que les acusan de haber cometido un delito de alzamiento de bienes. «Ya está presentada una querella contra ellos», decía Carmena, «no pueden decir que ha habido alzamiento de bienes, porque hicieron una querella por alzamiento y un juez la sobreseyó por considerar que no hubo alzamiento de bienes».
Según explicó Carmena, «de los 23 trabajadores, hubo 3 que se quedaron descontentos e hicieron una reclamación». También ha dicho que «personalmente yo lamento que haya trabajadores que no hayan cobrado su salario» pero «lo que deben saber las personas que están haciendo esta labor de intoxicación y de confusión» es que «quien más ha perdido» es su marido.
Previamente explicó de manera pausada la trayectoria de su marido y del despacho. «Eduardo es una bellísima persona, nos queremos, aunque siempre hemos sido unos profesionales muy independientes». Ha aclarado que Eduardo fue «director del plan de urbanismo de Madrid» y que después decidió abrir su despacho privado de arquitectos. Fue entonces cuando, según Carmena, ella decidió hacer la separación de bienes, algo que ha recomendado a todo el mundo «porque cada uno tiene que tener su dinero». También dice que pidió esta separación porque «yo ya era magistrada y no me sentía cómoda» con la decisión de su marido.
Esta empresa, i3, funcionó bien, según Carmena, hasta 2009, cuando la crisis inmobiliaria terminó por arruinar a la empresa y la colocó en un concurso de acreedores. Una situación en la que su marido «avaló créditos por valor de 800.000 euros con su dinero», e incluso, «me pidió que yo le avalara un crédito en concreto y aunque tenía muchas dudas me pareció que había que intentar salvar la empresa». Entonces, «las inversiones no vinieron» y por eso hay unas «cantidades importantes que están pendientes de que se recuperen o no», fundamentalmente de «Portugal, de Angola y alguna de China».