En el año 2011, el Partido Popular se presentó a las elecciones con un programa electoral en el que se podía leer lo siguiente: “La maternidad debe estar protegida y apoyada. Promoveremos una ley de protección de la maternidad con medidas de apoyo a las mujeres embarazadas, especialmente a las que se encuentran en situaciones de dificultad. Impulsaremos redes de apoyo a la maternidad. Cambiaremos el modelo de la actual regulación sobre el aborto para reforzar la protección del derecho a la vida, así como de las menores”.
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La Gaceta / Cuatro años después y tras el incumplimiento de todas sus promesas referentes a la familia y a la defensa de la vida, el partido liderado por Mariano Rajoy certifica la traición a su electoradoevitando incluir el aborto en su programa electoral para las elecciones generales que se celebrarán el próximo 20 de diciembre.
En Génova se encuentran inmersos en la redacción de las propuestas. Su objetivo es tener listo el documento a finales de octubre para así dedicar el mes de noviembre a darlo a conocer. Este se dividirá en cuatro bloques: políticas sociales, cambio económico, regeneración y calidad democrática, y política exterior. Sin embargo, en vez de pelear por las convicciones de sus electores buscan el aplauso fácil de la izquierda y entre sus páginas no habrá ni una sola medida contra la supresión libre y voluntaria de vidas humanas en el seno materno.
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Cuando los ciudadanos dieron la victoria a los populares en los pasados comicios lo hicieron, además de para que emprendieran una lucha eficaz contra la crisis, para que lucharan contra la política abortista del PSOE. Pero la pasividad y la falta de iniciativa que constantemente ha demostrado el Partido Popular han provocado la decepción de muchos de sus votantes.
El programa únicamente incluirá una ley de maternidad con medidas que “acompañen a la mujer a la hora de tomar la decisión de llevar a cabo su modelo de vida”, según adelantó la vicesecretaria de Estudios y Programas del Partido Popular, Andrea Levy.
La protección a la familia en España se encuentra en una permanente contradicción. Así lo ha afirmado en varias ocasiones el presidente del Instituto de Política Familiar. Se trata de la institución que goza de “mayor aprecio y valoración” pero al mismo tiempo existe un “abandono y/o rechazo generalizado en las administraciones” para introducir políticas que la apoyen.
