En medio de la planicie central de China, en plena provincia de Henan, varios capitalistas del país han emprendido un estrafalario proyecto: edificar una gigantesca estatua del líder comunista Mao Zedong. Pintada de color de oro y con 37 metros de altura, esta reproducción podría pasar por un buda feliz -relativamente común en el país- si no fuese por dos detalles: Mao aparece sentado en una silla -también reproducida-, y su semblante parece mostrar contención.
«…El hombre que dirigió con puño de hierro los destinos de centenares de millones de chinos durante tres décadas del siglo pasado, recibe ahora este peculiar homenaje con 37 metros de altura…», ha señalado desde el diario El Economista.
Aunque quizá lo más llamativo sea que este proyecto no es obra del Partido Comunista, sino que es una iniciativa desarrollada por varios empresarios locales, que han juntado más de 500.000 euros que se calcula que ha costado este Mao de hormigón y ladrillo, inaugurado el pasado mes de diciembre del pasado año 2015.
Aunque muchos internautas de las principales redes sociales han recordado que la figura histórica de Mao está llena de sombras, y que precisamente Henan sufrió especialmente las consecuencias de una hambruna en la que se calcula que pudieron fallecer más de 40 millones de personas.